ALICANTE. El Consell aprueba la Estrategia Valenciana de Regadíos 2020-2040 con la que pretende fijar las líneas de actuación y prioridades de inversión y de este modo implantar mayor modernización e impulso de medidas de innovación técnica del regadío de la Comunitat Valenciana. De este modo, tiene como objetivo reducir las emisiones de CO2, los costes energéticos, la eficiencia hidráulica y aumentar la capacidad de almacenamiento y regulación de los sistemas de riego, entre otros. El documento, de más de 300 páginas y al que ha tenido acceso Alicante Plaza, desarrolla por comarcas las actuaciones primordiales a acometer. Para la Vega Baja fija siete medidas indispensable de cara a las próximas dos décadas y les atribuye un total de 78,8 millones de euros.
Divide la comarca de la Vega Baja en dos subregiones, la zona que abarca el valle más estricto de la comarca y una segunda, el Campo del Bajo Segura. Esta última corresponde a las zonas más elevadas de la comarca, las de la margen derecha del río y cuyas tierras agrícolas se riegan o mediante motores o aportaciones del trasvase Tajo-Segura.
En esa primera subregión, protagonizada por el regadío tradicional, se fijan dos ejes. En el primero, energía, sugiere como medida el fomento de energía fotovoltaica y otras energías renovables para reducir los costes del riego y la huella de carbono del regadío, por lo que se estima necesaria la instalación de sistemas con una capacidad total de 500 kW. En cuanto a eficiencia energética el documento contempla la sustitución de equipos de bombeo.
En materia de agua, la primera medida es la mejora de riegos por gravedad. La Vega Baja, además de las aguas del río, los regadíos emplean la reutilización del agua a través de las acequias y azarbes. Esta medida busca llevar a cabo mejoras en este sistema de riego. La superficie susceptible de esta actuación abarca unas 4.750 ha y se automatizará el riego por gravedad en unas 2.350 ha. También en esta estrategia se contempla la mejora y renovación de instalaciones de riego localizado y la instalación de nuevo riego localizado en unas 300 ha.
Una tercera medida se centraría en el almacenamiento y regulación de recursos con la construcción o mejora de balsas de riego, con lo que se calcula que se beneficiaría con más de 100.000 m3. El bloque que supone mayor inversión es en materia de gestión integrada de recursos hídricos. En este caso se contemplan infraestructuras para la optimización del uso de aguas superficiales e infraestructuras para la reutilización de aguas regeneradas. En esta línea de actuación se incluye la construcción de balsas de 0,88 hm3 y las infraestructuras para conducir las aguas regeneradas hasta las entidades de riego que se abastezcan de ellas.
Todas estas actuaciones suponen, según contempla el documento, cuya resolución de aprobación se publicó este viernes en el Diari Oficial de la Generalitat Valenciana (DOGV), una inversión de 27,8 millones. Esto, añade, conllevaría un ahorro potencial de agua superior a los 8 hm3 y un ahorro energético de 600 MWh al año y una reducción de las emisiones de Co2 de 231 t/año.
La otra subregión dentro de la comarca tiene que ver con las tierras que se han transformado a lo largo del siglo XX y cuyos recursos hídricos se obtienen mediante la elevación con motores o las aportaciones del Trasvase Tajo-Segura. En cuanto a las medidas contempladas para las próximas dos décadas se centran por un lado con reducir los elevados costes energéticos del riego. Para su reducción y también para adentrarse en una economía baja en carbono, desde la Conselleria de Agricultura, quien ha elaborado el documento, precisa la instalación de sistemas fotovoltaicos y otros sistemas de energía renovables con capacidad total de 600 kW. En el mismo sentido recoge la sustitución de equipos de bombeo por otros de mayor eficiencia energética.
En materia del agua, el documento recoge que se precisa la mejora de las instalaciones de unas 3.000 ha de riego localizado y la implantación de unas 1.500 ha de TICs. En cuanto a la gestión integrada de los recursos hídricos considera necesario la construcción de embalses de regulación e infraestructuras con capacidad superior a 1,4 hm3 y 38 km de conducciones para elevar las aguas desde la desalinizadora de Torrevieja hasta las entidades de riego.
La inversión contemplada para todas estas actuaciones se cifra en 51 millones de euros. De esa forma, los cálculos presentados desvelan un ahorro de agua de 2,3 hm3 al año, un ahorro potencial energético de 730 MWh y año, y una reducción de las emisiones de CO2 de 281 t/año.