ALCOY. Todo parte de un juego de palabras puesto, a estas alturas, en boca de todos, y que se ha convertido en realidad, al no poder hablar entre nosotros, comunicarnos. El distanciamiento social ha llegado hasta el arte de la alcoyana Mónica Jover a través de la técnica de la superposición de retazos de tela que, paradójicamente, es todo contacto entre los materiales que participan, que acaban tocándose entre ellos. "El tema de los collages intocables viene con la cuarentena, a raíz del confinamiento; pienso que quiero hacer algo diferente con todo este tiempo que vamos a estar encerrados", confiesa.
En concreto, buscaba algo "fresco" e "inmediato" con una técnica que "adora", a diferencia del tiempo, mayor, que le suponía crear una obra completa por día. La materia prima son lienzos reciclados, algún trozo de fieltro, que la artista ya tenía en casa. Y el hilo, claro, siempre su más fiel compañero de batallas. "Restos que tenía yo por aquí, de otros cuadros. Es un ritual; me siento, cojo los colores y los trozos y voy creando, según gama cromática, o no, viendo cómo enlazar estos últimos". Cuando hay una respuesta clara desde el punto de vista estético el momento ¡Eureka! ha llegado para la artista.
Material guarda de sobra, asegura. "Tengo toda la habitación desparramada", bromea. Porque no se cansa de ir puliendo para que todo encaje, incluso no descarta reinventarse con otros tipos de collage, en esta eclosión de creatividad sobrevenida. Entre las referencias geométricas y paisajísticas, cada pieza de los 37 que lleva cuando le entrevistamos este miércoles - va a collage por día desde que comenzó a decorar su particular 'pandemia'- se corresponde con un concepto distinto de #elbicho, y tiene una forma "puntiaguda", intentando asemejar las distintas mutaciones de la Covid-19, detalla Jover.
Los trabajos los va colgando en su Instagram y también en Facebook. Y es que su cuarentena está siendo más que fructífera. Junto a la serie de #collagesintocables, ha creado, en este caso, una obra de grandes dimensiones, de 195 x 130, acrílico, hilo y polipiel sobre lienzo, a partir de una pintada que posteriormente ha roto a pedazos y que luego ha vuelto a ensamblar, desordenándola, justo como el "caos" que estamos viviendo. La ha titulado Primavera Rota. Una pieza que ha presentado a un concurso internacional de Bellas Artes impulsado por la San Carlos de Valencia.
"Yo soy mucho de cómo me siento en cada momento; esta obra me venía al pelo", relata. "Cuando viene la primavera, soy mucho de explosión, de color, todo muy verde, porque es la época del año cuando todo vuelve a nacer", explica. "Lo de rota es porque se nos ha roto todo; nuestro ambiente, el salir fuera, todo, la alegría, un poco", reconoce. En su caso, la crisis sanitaria también ha truncado algunos contactos que había lanzado para que florecieran en algún proyecto en un par de galerías, una en Madrid y otra en Marbella.
"Yo creo que en algo, seguro, me voy a reinventar, es el momento de apostar por el tema de redes", avanza la artista alcoyana. "Claro que le va a costar, al arte, más todavía", reconoce. Pero lo tiene claro: "Yo lo veo como una oportunidad, completamente. Además, no voy a poder dejar de hacer esto", que es su pasión, asegura. "Creo que lo que va a venir son las visitas virtuales a galerías y museos, sí, pero ahora estamos en pleno proceso de asimilación, aunque tendremos que hacer algo si no podemos salir afuera ni tampoco ir a sitios", detalla. "No obstante, es cierto que la gente ahora se preocupa más de ver dónde está, pendiente de su espacio, como es lógico, y que querrá estar lo más agradable que pueda en él", insiste. Un buen momento para "retomar" y decorar la vida interior con una bonita obra, por ejemplo, de la gran artista alcoyana Mónica Jover y su particular pandemia colorida.