el sur del sur / OPINIÓN

La A-70, una ratonera

19/02/2023 - 

Ya lo era antes, pero en los últimos meses se ha visto acrecentado: la autovía A-70, la conocida como la primera circunvalación de la ciudad de Alicante es una auténtica ratonera. Quizás esta semana alguien que haya querido huir de las obras del frente litoral de la capital se ha dado cuenta de lo aventurado que es tomar esta carretera a primera hora del día y a última de la tarde, bien para ir al trabajo, bien para volver. 

No es nada nuevo. Posiblemente, pasó en anteriores ocasiones cuando había obras en el túnel a la altura de Sant Joan, pero es que ahora, que no hay nada -una vez terminado el nuevo acceso a la rotonda de la Universidad de Alicante- la carretera ha vuelto por sus fueros. Cualquier accidente, por pequeño que sea, o problemas en las incorporaciones, a la altura de la A-31 o en otros puntos, ha convertido en esta autovía en una auténtica montaña rusa con la que desplazarse en horas punta: el flujo entre el término municipal de Elche y el de El Campello/Sant Joan y sus múltiples vías de acceso a otras carreteras es un auténtico peligro.

Desconozco las cifras de tráfico, pero sólo hay que experimentarlo: ir de Alicante a Elche o de Elche con destino a la Playa de San Juan es una lotería, de mañana y de tarde: si no pasa nada, llegarás justo y con tensión; como pase algo, todo al traste.

Hay varias razones por las que esta autovía es toda una encerrona. La primera, y la más actual: en cuanto ha fallado la principal vía de escape, la N-332, a su paso por el litoral de Alicante -como ha ocurrido esta semana-, la circunvalación se ha vuelto a saturar. 

La segunda, la principal alternativa, la vía parque de Alicante-Elche, que debe absorber el tráfico de la N-332, sigue teniendo puntos negros; es decir, está sin acabar. El tramo que discurre entre el final del PAU1 y el barrio de la Florida está en precario y, por tanto, es un verdadero embudo. Si alguien se ha dejado caer por el nuevo supermercado que ha abierto en la calle Río Muni lo habrá detectado. S

La tercera alternativa, la segunda circunvalación de Alicante, está infrautilizada, y además, sigue siendo de peaje. A las arcas públicas; es decir, a todos nosotros, nos ha costado un pastizal: 276 millones por la obra, 78 por las expropiaciones y un 8% de intereses. No se va a recuperar ni una cuarta parte. La mejor decisión que podrían hacer nuestros dirigentes es eliminar el peaje;  fomentar su uso, sobre todo, en las horas puntas del día y desviar parte del tráfico pesado. Si hace falta, premiar su uso. Sería el mejor favor a la seguridad vial de la A-70 y a todos los usuarios que la utilizan para ir a su trabajo, sea en Alicante, Elche o núcleos intermedios.

Creo sinceramente que esta última alternativa es la más urgente, la más fácil de aplicar y la menos costosa. Después de las obras, la Explanada de Alicante no puede seguir siendo un circuito urbano de velocidad, y, además, ensordecedor. Si el turismo ha de ser sostenible, como se llenan la boca de decir nuestros políticos, la Explanada debe dar ejemplo. 

De la segunda alternativa, sólo hay que rogar que los responsables de la Generalitat y el Ayuntamiento de Alicante hagan un último esfuerzo por acabar esa obra, y en condiciones: a ser posible con doble carril en todo su trayecto.

Podría hablar de la cuarta, que sería la más lógica, ampliar a tres carriles la actual A-70, desde Elche hasta El Campello, como acaban de reivindicar Cámara, CEV e Inecapero como las promesas de nuestros políticos van como van y los Presupuestos Generales del Estado son un filfa, pues tan pronto hay dinero que no aparece en las cuentas y se mejora un tramo, como, simplemente, no hay dinero, y no hay nada.

Lo dicho, los presupuestos son mentira. Sea demuestra cada año, y diría que en cada obra que se ejecuta: se presupuestan 6 y acaba costando 10, y hay dinero para terminarlas. Sólo hay que ver las últimas infraestructuras acabada -accesos al aeropuerto y variante de Benissa-. En este caso, por tanto, hay que pedir que alguien comience (o acabe) algo: el tercer carril de la A-70; quitar el peaje a la segunda circunvalación; finalizar la vía parque o acabar de humanizar el tráfico el frente litoral de la ciudad de Alicante. Con una de ellas, sólo ejecutando una de estas cuatro medidas, mejoraría el resto y posiblemente la A-70 dejaría de ser una ratonera. A veces no es cuestión de dinero, o de mucho dinero, sino de voluntad política. Esta vez, sólo con el gesto -el de quitar el peaje y fomentar el uso- de la segunda circunvalación, mejoraría la seguridad de muchos. Las promesas las dejamos para las elecciones, que curiosamente vienen ahora: escucharemos soluciones, soluciones que llevarán años: diseño del proyecto, expropiaciones, obras, etc. Pero ahora sólo es necesaria voluntad política para evitar la ratonera.

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