ALICANTE. 35 años los contemplan, desde aquella noche de agosto de 1981, en que seis colegas en un R12 familiar, se estrellan en Vigo, camino de Bouzas, con exceso de ocupantes y sin airbag, ese colchón de seguridad que unos días antes se había presentado en sociedad y que años más tarde un soberbio Karra Elejalde, un tipo nada lejano al espíritu de estos seis, pondría en los altares del cine más frenético. Sólo uno de ellos resultará herido de gravedad, gracias, posiblemente, a que el conductor, un joven llamado Julián Hernández, conduce como una vieja. Iban seis en el coche, porque seis eran los componentes de Mari Cruz Soriano y los que afinan su piano. Cuando recibieron el resultado del peritaje del seguro, pasaron a llamarse Siniestro Total, y a utilizar en sus conciertos el grito de guerra ¡Somos siniestro total!,¿Quiénes somos?, ¿de dónde venimos?, ¿a dónde vamos?
Después de ocho cambios de formación y de diecinueve elepés, presentan nuevo trabajo, el que hace veinte de larga duración. Una colección de canciones a la manera clásica, la de antes de la moda de los discos conceptuales, este El mundo da vueltas, editado en vinilo, como debe ser.
El sábado 20 de mayo, a las 21:30 horas, en la Caja Negra de Las Cigarreras CCC de Alacant, Julián Hernández y sus compañeros de viaje darán más de una vuelta a su repertorio. Para ir abriendo boca, nos ha respondido a unas cuantas cuestiones que nos ardían en la lengua.
- 36 años después del castañazo que supuso el germen de Siniestro Total, ¿es más necesario que nunca el espíritu punk?
-Sí, no, no sabemos y ¡a saber! En todo caso el punk nosotros no lo entendemos sólo como la música anglosajona que cambió el mundo a mediados/finales de los 70 del siglo pasado. Muchas cosas venían de antes y otras tantas han seguido luego.
-¿La corrección política es un lastre de los tiempos?
-La corrección en sí misma no es un lastre. Lo que es un lastre es judicializar banalidades como un tuit o que todos interioricemos que hay cosas que no se pueden decir. Ahí la sociedad ya empieza a tener problemas de salud mental muy graves.
- En este El mundo da vueltas la carga de la ironía es grande. ¿El chico de ayer?
-La ironía es un plug-in del sistema operativo, que es el humor. En el caso de Chico de ayer, las balas no van dirigidas a nadie más que al letrista (Julián Hernández) que se veía incapaz de encajar la letra en la música del compositor (Xabier Soto).
¡Qué menos que llamarme a mí mismo "hijo de puta"! Por cierto, el vídeo de Darío Adanti y Rapa Carballo, de la Revista Mongolia, lo pilla al vuelo.
- ¿Todavía sigues pensando que el último disco grabado es el último?
-Hombre, el último disco grabado siempre es el último… Que sea el último que grabemos ya es otra cosa. En esto, como en todo en la vida, nunca sabemos que pasará mañana, ¿no?
- La producción de Joe Hardy, el sonido sacado en la Casa de Tolos, ¿os acercan más al rythm’n’blues que al sucio sonido originario?
-Pues repetimos respuesta: sí, no, no sabemos y ¡a saber! Lo que no hacemos es "buscar un sonido", ese concepto extraño que a veces manejan las bandas de rock. Cada canción es un mundo y dependerá de la intención particular en cada caso. Y aún no sabemos qué es exactamente rythm’n’blues…
- Si alguién, pongamos por caso un chavalín o una chavalina de 16 años de ahora mismo, escucha por primera vez Siniestro Total en El mundo da vueltas… llegará a Cuándo se come aquí?
-Dependerá del interés que le provoque la escucha. Si a mí me interesa una cosa procuro enterarme de los antecedentes. Así llegamos muchos a Chuck Berry, Howlin’ Wolf o Robert Johnson, por ejemplo, por las firmas que aparecían en discos de los Beatles, los Rolling Stones o Eric Clapton. Además ahora es mucho más fácil: con sólo teclear Siniestro Total en el ordenador, cualquier adolescente tiene delante de sus narices la discografía entera. Otra cosa es si le apetece escucharla, claro.
-Sustancia negra, tu primera novela, ya tiene un par de años. ¿Para cuándo podemos esperar la continuación de tu carrera novelística?
-Continuó al día siguiente de enviar Sustancia negra a Espasa. Es un vicio y me lo confirmó Albert Pla: le pasó lo mismo al acabar su novela España de mierda (¡qué título, por Dios!). Pero las cosas del escribir van lentas y dan tantas vueltas como el mundo. Estoy en ello, pero a ver cómo saco a los personajes del atolladero en el que los he metido esta vez…
-¿Por qué Julián Hernández no tiene un perfil de twitter dedicado exclusivamente a rebatir a Pérez Reverte? Se agradecería.
-(Risas a cascoporro) Lo que se agradece es la sugerencia, de verdad. De todas formas, Pérez Reverte es un caimán muy duro de roer. Dudo que ni siquiera se inmutara con lo que yo dijera de sus opiniones o afirmaciones. Pero me lo pensaré, mira tú.