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CHARLARÁ ESTE JUEVES SOBRE LOS LÍMITES DE LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN ESPACIO SÉNECA

Juan Soto Ivars: "Hay que cargarse a gente para que no hagan bromas de tu religión"

13/04/2023 - 

ALICANTE. El periodista y escritor murciano Juan Soto Ivars no se caracteriza por morderse la lengua. Dice lo que piensa y le pagan por ello. "Tengo una suerte tremenda", confesó al respecto en una reciente entrevista con este diario a raíz de la publicación de su último libro, Nadie se va reír, en el que recogía un caso polémico sobre una condena por una parodia y el consiguiente ostracismo social del condenado. Esa lengua sin pelos le lleva a tratar asuntos poco habituales en los medios. Mejor dicho, desde una óptica distinta, que no suele ser la oficialista o la que esperan las legiones de acólitos. Todo un peligro si lo que se pretende es evitar que las hordas de castigadores acudan al acecho. Ahora está de vuelta en la terreta para debatir sobre libertad de expresión y esa ola puritana de poscensura o cancelación que lleva al ciudadano a percibir una regresión en la sensación de libertad de expresión en el momento de la historia en el que más libertad de expresión ha habido. Sobre todo ello charlará este jueves, 13 de abril, en Espacio Séneca, a partir de las 19 horas

 El consejero de Presidencia de la Junta de Andalucía, Antonio Sanz, decía este lunes que el sketch de TV3 con la Virgen del Rocío ha superado los límites de la libertad de expresión…

— Si algo se puede reprochar a ese sketch en TV3 es que se esté haciendo con dinero público para destilar cierto supremacismo catalán, pero es que la misma cómica ha hecho lo mismo con La Moreneta, La Virgen de Montserrat. Lo que tiene que hacer Canal Sur es contestarles con una broma más gorda y reírse de la sardana, los castellers o lo que sea.

Cuando se ríen de tus símbolos, pues te ríes tú también de los suyos y punto, para que se entretenga al respetable. Es cierto que con el islam no se atreven. Hay que cargarse a gente para que no hagan bromas de tu religión. Eso es de primero de fanatismo, así que otra opción es entrar a la redacción de TV3 con escopeta y cargárselos a todos.

Es una ofensa muy pueblerina la que ha despertado, en plan Villarriba y Villabajo. En Cádiz, con las chirigotas, los catalanes se ofendieron con una parodia de los presos del procés. Aquí es que los límites de la libertad de expresión se superan cuando te pisan el callo. Lo que hay que hacer es pisar todos los callos y, si te pisan el tuyo, pisar el otro en lugar de hacer el ridículo hiperventilando.

 ¿Y eso no llevaría a una escalada de insultos?

— No. Si te hacen un chiste, entonces tú puedes hacer otro, incluso peor. Eso es lo que hacemos los murcianos y por eso somos una raza superior. No nos ofendemos por nada de lo que digan de Murcia y les superamos con la broma. Nosotros incluso hacemos la broma más gorda sobre nosotros mismos.

En Murcia, no se nos entenderá cuando hablamos, pero nuestro sentido del humor es universal

Siempre lo digo. En Murcia, no se nos entenderá cuando hablamos, pero nuestro sentido del humor es universal porque todo el mundo se puede reír de nosotros y esperamos poder reírnos de todo. Esa es la actitud más sana y no estas cosas regionales de que “te has reído de lo mío”. Y puede ser regional, de género, de raza o de lo que sea. Bueno, pues yo me voy a reír más de lo mío que tú y, encima, me voy a reír también de lo tuyo. Esa es para mí la receta para acabar con la ofensa.

 En ese sentido, Teresa Rodríguez, de Adelante Andalucía, decía que cuando el humor es hacia hacia arriba, es liberador, pero cuando es hacia abajo es opresor…

— Pero, bueno, ¿habrá algo más alto que la Virgen?

 Tampoco esto es nuevo. Cuando la religión está en el centro, siempre se bordea esa línea. Por ejemplo, ha pasado varias veces en Fogueres o en Fallas. Se han retirado elementos como mezquitas o una media luna árabe para no ofender…

— Va a pasar continuamente esto y es lógico que no se atrevan a hacer esas cosas. Si te matan, ¿cómo te vas a atrever? La única solución sería que un católico se pusiera a matar aprendiendo de sus hermanos musulmanes. Quien algo quiere, algo le cuesta. Si no quieres que caricaturicen a tus santos, empieza a matar tú también y lo conseguirás.

También es cierto que hacer bromas con el catolicismo me parece un humor demasiado fácil porque ya se han hecho todas. No me suele hacer reír mucho, aunque también se puede hacer mejor, porque la Biblia da para mucha coña. El otro día vi un monólogo de Robin Williams en el que decía que, si María y José hubieran tenido un segundo hijo, sería una putada haber sido el hermano segundón de Jesucristo, que es Dios, y estarían todo el rato comparándote. Pues me pareció gracioso.

Eso me parece que tiene más gracia y no es ofensivo. No creo que con eso ofendiese a un cristiano y no tuvo que hacer chistes malos diciendo que un cura es pederasta, porque eso ya se ha dicho muchas veces. Pero, mira, también ahora el Dalai Lama está apostando fuerte con la lengua y ha adelantado por la derecha a otras religiones.


 Pero se empieza por ‘indultar’ a un ninot para no ofender al islam y se acaba por perder la libertad de expresión…

- La situación es, más bien, al contrario. Cuando la libertad de expresión está bajo sospecha, y eso es ya constante, pues se acaban retirando muchos ninots. En Sant Cugat del Vallès se ha retirado esta Semana Santa una mona de Pascua que tenía forma de mujer y, como además era de chocolate, pues enseguida se dijo que era una mujer negra esclavizada…

Esto es síntoma de que nos pasa algo y lo que nos pasa es que no nos fiamos de nadie. Pensamos que todo el mundo viene con malas intenciones. Entre un grupo de amigos se pueden decir de todo o hacer bromas de la hostia, pero son amigos y se las pueden hacer porque confían entre ellos. En la sociedad lo que nos ha pasado es que ya no confiamos en los demás.

Se ha roto ese contrato con el que entendíamos que una broma no siempre era para burlarse de ti

Un desconocido hace un chiste y crees que lo hace para hacerte daño porque te odia, pero no tiene por qué ser así, en absoluto. Se ha roto ese contrato social en el que entendíamos que la broma se hacía para cosas distintas y que no era para burlarse de ti. No toda broma busca burlarse de ti. Primero, no eres tan importante. Segundo, no solo puede estar esa intención.


 Otro caso mediático de polémica moral es el que ha suscitado Ana Obregón con la gestación por sustitución y por su edad. Se ha generado una conversación muy tóxica repleta de insultos. Decía David Mejía el otro día que no hay conversación posible con quien ve toda gestación subrogada como una compraventa, como tampoco con quien considera todo aborto un asesinato…

— Está muy bien tirada esa frase de David Mejía. Es que, si tú estás convencido de que todo aborto es un asesinato o si crees que toda gestación subrogada es tráfico de personas ¿cómo vas a tener una conversación civilizada?

 ¿Es imposible entonces que se pueda dar un debate público sosegado sobre estos temas?

— No sé, porque todo el mundo está cambiando de posturas. El problema es el maximalismo. Son temas de debate con los que la izquierda se ha radicalizado con una unanimidad que antes no había. Pasa también con la prostitución. Si tú piensas que prostitución y trata de personas es siempre lo mismo, entonces no puedes discutir. Es imposible. Con la esclavitud, con la trata de personas o con el asesinato de bebés no se discute. Llevarlo todo a esas posiciones maximalistas nos impide tener un debate.

Además, son posiciones que nos llevarían a pensar que en la sociedad hay mucha gente que quiere asesinar bebés o esclavizar a mujeres, pero eso es mentira. Cuando eres un fanático y te fanatizas en torno a unas ideas tan maximalistas, entonces ves a los demás como potenciales asesinos, violadores o traficantes, y es ahí donde estamos ahora.

 Cada cierto tiempo, cuando las polémicas cómo estas copan el debate público, surge una pregunta: ¿Había antes más libertad que ahora?

— No. Esa es la gran falacia. Había mayor sensación de libertad en los que ya podían disfrutar de la libertad, en los que tenían acceso a los medios de distribución de los mensajes. Las redes sociales nos han dado la mayor libertad de expresión que jamás hemos tenido. 

Ahora hay total libertad de expresión, pero total. El problema es que hordas de auténticos intransigentes castigan constantemente con ejecuciones sumarias a cualquiera. También pasa que como ahora no hay que pasar esos filtros y todos estamos en igualdad de condiciones.

Hemos podido conocer mejor la opinión del que tenemos al lado y vemos que estamos rodeados de gente que piensa cosas que no nos gustan. Antes no lo sabíamos, porque había cortesía, pero las redes sociales han traído el fin de la cortesía. Ahora sabemos lo que vale un peine con la libertad de expresión, que es muy cara. Pensábamos que no era tan cara porque creíamos que la gente opinaba como nosotros ya que nos llegaban los mensajes filtrados.

Hay más libertad de expresión y eso produce muchísimos más castigos y, por tanto, más riesgos para la libertad de expresión de cada uno. Es una gran paradoja. Más libertad de expresión que produce muchísima menos sensación de libertad de expresión porque te da miedo a decir tu opinión por ese castigo.

 Dijiste que eres “subnormal” porque sigues votando a la izquierda. Se aproximan unas elecciones…

— Creo que ya no voy a votar.

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