socialmente inquieto / OPINIÓN

José Tomás, el gran maestro de la guitarra

14/09/2020 - 

“Nací en Alicante y soy un gran defensor de mi tierra, me encuentro muy a gusto en ella. He recibido bastantes invitaciones para trabajar en otros sitios. Prefiero hacerlo donde estoy cómodo, en una ciudad que no tiene grandes distancias, en la que el clima es muy agradable y, además, están sus playas. Soy un enamorado de la mar. Todo el trabajo que he hecho está dividido entre la docencia y los conciertos. A mí me gusta mucho el trabajo en la clase, analizar una obra y ver todo lo que tiene dentro”. Así se definió a sí mismo Jose Tomás Pérez Sellés (1934-2001) en una entrevista en 1986, alicantino mundialmente famoso y reconocido por sus interpretaciones musicales con la guitarra clásica, además de por sus enseñanzas. Es sorprendente cómo - en tan pocas palabras - fue capaz de definir toda su vida artística llena de tantas cosas.

Tuve la suerte de conocer a José Tomás cuando yo era niño. Ocurrió a principio de los años 70 del siglo pasado. En Santiago de Compostela, meta del Camino que lleva su nombre donde los peregrinos llegan a su destino para rezar al santo o por cualquier otra motivación que hayan traído con ellos en sus mochilas desde sus lugares de origen. Sitúense en el Hostal de los Reyes Católicos, precioso edificio de estilo plateresco (1501). Fue un hospital de peregrinos convertido en Parador Nacional desde 1953. En una de sus “buhardillas”, con robustos muros de piedra, suelo de madera y techo artesonado. Un lugar apropiado para el sosiego, el estudio, la reflexión y la interpretación. Allí, en silencio, seis personas y el guitarrista, algunos sentados en el suelo, mirando a José Tomás mientras acariciaba con sus dedos las cuerdas de su guitarra, escuchando una melodía preciosa que nos cautivó a mis padres, mis hermanos y a mí. Fue el broche de oro de un viaje inolvidable en familia por poblaciones del Camino de Santiago. Mis padres eran amigos de José Tomás y esta audición fue un regalo inesperado durante uno de sus ensayos para “Música en Compostela”. Imaginen la escena. Si yo entonces tenía 10 años, el inquieto benjamín de la familia, mi hermano Paco, tenía 8. Ninguno nos movimos, él tampoco, de nuestro asiento, atentos, escuchando a José Tomás, este grande entre los grandes guitarristas del mundo.

José Tomás se inició con la guitarra clásica a los 17 años y lo hizo por casualidad al ver tocar a un amigo que había ido a visitar porque estaba enfermo. Su primera guitarra fue de color gris (1951). La pintó de esa tonalidad porque no le gustaba su color madera original. Empezó a tocar la guitarra con partituras de piano. Fue autodidacta, se hizo así mismo, aunque luego se formó con los guitarristas más célebres del momento. Em 1952 conoció al guitarrista Francisco Rodríguez, que le dio clases de guitarra en Alicante.

En un tranvía camino de su trabajo a una oficina del Banco Central en Santa Faz, José Tomás tarareaba una melodía de un concierto de Rachmaninov. Un pasajero le preguntó si era músico y le contestó afirmativamente manifestando que tocaba la guitarra. Ese pasajero era Jose Juan Pérez, director de la Orquesta de Cámara de Alicante antes de la guerra civil española. Le dijo que le quería presentar a otro músico alicantino, que resultó ser Oscar Esplá, que viajaba en otro vagón del mismo tranvía en dirección a su finca Ruaya a las afueras de la ciudad de Alicante. Desde entonces hicieron una gran amistad, y Esplá consiguió a Jose Tomás una beca para estudiar guitarra en Valencia con el profesor Rafael Balaguer. Su primer concierto de guitarra fue en 1952 en el hotel Samper en Alicante organizada por la Peña Madrileña “El Tejadillo”. A partir de esta fecha vinieron otros conciertos con la Sección Femenina, en el Convento de los Javerianas, en el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros del Sureste, … En 1952 firmó sus primeras transcripciones: “Serenata con Borodín” y “Canción triste de Chaikovski”.

En 1953 viajó a Madrid para estudiar con Regino Sainz de la Mata coincidiendo con los guitarristas venezolanos Rodrigo Riera y Alirio Díaz (este en formación de postgraduado) que también eran alumnos del primero. Posteriormente, los tres se fueron a Siena a recibir clases del vihuelista Emilio Pujol y del guitarrista Andrés Segovia. En estos cursos se inició la gran relación entre Jose Tomás y el maestro Andrés Segovia, determinante para la carrera musical de José Tomás.

En Alicante la Caja de Ahorros del Sureste creó el Instituto Musical (1957) que después se llamaría Instituto Musical Oscar Esplá, siendo Antonio Ramos Carratalá director de dicha Caja de Ahorros. Más adelante cambió de nombre por el de Conservatorio de Música Oscar Esplá. Este propuso a Jose Tomás como profesor de guitarra de este conservatorio en noviembre de 1958 consiguiendo la plaza por oposición en 1961. En esta organización se creó el Conservatorio Profesional de Música Jose Tomás para guitarra (1974). Este fue también subdirector del Conservatorio Superior de Música (1976).

Permitan que volvamos unos años atrás en este recorrido por la vida profesional del guitarrista alicantino. Así, en 1958 Jose Tomás se apuntó a los cursos “Música en Compostela” dirigidos por Andrés Segovia, del que sería su asistente más adelante, y a los que asistió durante más de veinte años primero como alumno hasta 1963 y luego como profesor. Durante 1958 José Tomás hizo una gira de conciertos incluyendo en su repertorio el “Concierto de Aranjuez” del español Joaquín Rodrigo en donde la guitarra tiene un especial protagonismo técnico y musical en una conversación excepcional con la orquesta que produce unas melodías inolvidables. Por esto, actualmente es el concierto más interpretado del mundo.

En 1961 José Tomás ganó el Premio Internacional Andrés Segovia organizado por el Conservatorio de Orense. La dotación del premio fue de 30.000 pesetas y una gira de conciertos por Galicia.

La relación de Oscar Esplá y Jose Tomás fue muy profesional y cercana coincidiendo en Música en Compostela, en el Conservatorio de Música de Alicante y en muchos eventos nacionales e internacionales. El 10 de enero de 1978 José Tomás estrenó “Tempo di Sonata” compuesto por Oscar Esplá, y en memoria de este, en el Aula de Cultura de la Caja de Ahorros del Sureste en Alicante.

José Tomás dio su último concierto el 17 de febrero de 1984 en el Aula de Cultura de Caixa Galicia en Santiago de Compostela, para dedicarse después plenamente a la docencia, otra de sus pasiones. Jose Tomás había tocado su guitarra por todo el mundo, además de por España, pero le llegó el momento en el que creía tenía que elegir entre dar conciertos o impartir clases. Era muy perfeccionista y dudaba de dar la calidad necesaria en sus conciertos si al mismo tiempo que los preparaba tenía que dar clases.

José Tomás escribió “Escuela de Guitarra. Curso primero”. Manifestaba que su actitud con la enseñanza “es ver la música a través de la guitarra, y disfrutar de la música tratando de descubrir que hay detrás de las notas, el mensaje real del autor a través de intentar tocar exactamente lo que ha escrito”. El profesor Juan Antonio Ballester cuenta que vio en las enseñanzas con Jose Tomás “el efecto electrizante que su toque tenía en la clase”.

También es reconocido Jose Tomás porque ideó una guitarra de ocho cuerdas para poder tocar mejor el repertorio del Renacimiento y del Barroco.

Su sensibilidad con la guitarra era excepcional, como lo fue su manera de amar a este instrumento del que decía que “la guitarra es el más humano y el de más rica personalidad de todos los instrumentos. Porque es probablemente el único instrumento donde el sonido proviene directamente de los dedos, de la piel. Los dedos de un arpista tocan las cuerdas, pero nosotros podemos estimular el vibrato, cosa que el arpa no puede. Así que el arpa tiene menos posibilidades emocionales. El sonido del piano emerge de un mecanismo, del mismo modo que lo hace el arco del violín, pero con la guitarra podemos sentir las cuerdas bajo nuestros dedos. Probablemente esta es la razón por la que a tanta gente le atrae la guitarra. Es muy humana”.

José Tomás fue discípulo de Andrés Segovia del que decía que “de Segovia aprendí el amor y el respeto por la guitarra. Me sentí como un apóstol, me decía a mí mismo “yo estoy contigo, seguiré ese camino”. Esto no significa poner las manos en la misma situación, o usar el ataque apoyando de la misma forma”. Aprendió del gran maestro Andrés Segovia pero incorporando en la interpretación su estilo propio, su personalidad, su inspiración “porque la música es lo principal”.

Otro discípulo, esta vez de José Tomás, el también alicantino y afamado guitarrista Ignacio Rodes, profesor del Conservatorio Superior de Música Oscar Esplá de Alicante y director académico del Master en Interpretación de Guitarra Clásica de la Universidad de Alicante (probablemente el mejor Master de Guitarra del mundo), manifestó - en una entrevista para la tesis doctoral  “Aportaciones de José Tomás a la evolución del repertorio, la interpretación y la enseñanza de la guitarra”, de Pedro Jesús Gómez Lorente - que “sin duda José Tomás fue uno de los grandes pedagogos en el ámbito guitarrístico de la segunda mitad del siglo XX. Los mejores guitarristas de todo el mundo acudían a él para recibir sus consejos y enseñanzas. Era extremadamente perfeccionista, muchas veces me decía que nunca podría saber si el día del concierto estaría en la mejor disponibilidad para tocar la guitarra”.

No hay dos sin tres, dice un dicho popular. Les mencionaré otro discípulo, pero esta vez de Nacho Rodes: el guitarrista y compositor Joe Ott, el culpable de escribir hoy este escrito (y bien que así sea) por los recuerdos que me despertó su interpretación rescatando de mi memoria a Jose Tomás, mis padres y mis hermanos junto a una interpretación musical inolvidable. Hace unos días recibí una invitación de Joe para asistir a su examen de graduación del Master en Enseñanzas Artísticas de Interpretación e Investigación de la Música. Asistí sin dudarlo. Tuvo lugar en el salón de actos del Conservatorio Superior de Música Oscar Esplá de Alicante, siguiendo las estrictas medidas de seguridad por el covid-19. Joe Ott es un joven guitarrista cubano con una proyección musical extraordinaria. Según su maestro Nacho Rodes, “el talento y la musicalidad de Joe Ott le convierten en un gran representante de la nueva generación de guitarristas a nivel internacional. Joe interpretó en dicho examen del Master el “Estudio N 11”, de Villalobos; Guajira a mi madre”, de Nico Rojas; “Sonata”, de Leo Brouver; y “Concierto de Aranjuez”, de Joaquín Rodrigo. El jurado le dio un sobresaliente por su interpretación. Joe es también solidario y – entre otros – participa en el proyecto “Guitarras en la escuela” del Club Rotario Alicante Costa Blanca como profesor de alumnos del Instituto Gran Vía de Alicante. Este proyecto lleva la guitarra a la escuela con el objetivo de integrar a través de la música a jóvenes en riesgo de exclusión social. Una gran labor social y solidaria en Alicante.

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