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el segundo libro de una saga de viajes en el tiempo

José Francisco García se zambulle en el pop de los años 80 con 'Brincando por la historia'

22/02/2021 - 

ALICANTE. ¿Quién no ha querido regresar al pasado a vivir un acontecimiento único? Aquel concierto de los Rolling o el estreno de Star Wars, momentos por los que sentimos una extraña y bonita nostalgia. José Francisco García Gisbert se zambulle en la historia y los viajes en el tiempo en su saga, La Cancillería de las Puertas Históricas. Brincando por la Historia. Un tour apasionante por la música pop de los 80.

Tener la oportunidad, para los que no estuvimos, de presenciar algunos conciertos y el ambiente de la Movida Madrileña; con todas esas bandas que nos siguen emocionando, es un sueño. García ha transformado ese sueño en una realidad dentro de los márgenes de una novela. “La idea de crear una saga de viajes en el tiempo creo que es deudora del gusto de mi generación por las historias de viajes a través del tiempo”, comenta el autor. “Yo nací en 1976, y vi estrenar la saga de Regreso al futuro y de alguna manera todos los de mi generación hemos querido ser Marty Mcfly, y coger el DeLorean para pasear por el tiempo y vivir locas aventuras en las que tu destino puede cambiar con la mínima alteración de los acontecimientos”, reconoce.

Ese DeLorean fue el sueño de muchos; los viajes al pasado siempre nos han maravillado: ver lo que ahora solo podemos imaginar o vivir lo que ya no podremos vivir jamás. “He intentado recoger ese testigo y hacerlo un poco a mi manera, juntando todas las cosas que me apasionan: la música, la historia, mis recuerdos de juventud, infancia y adolescencia. De la mezcla de todo eso surge la saga La Cancillería de las Puertas Históricas, que empecé en 2005 con una novela juvenil llamada Madrid 1980, en la que se contaba la historia de un chico de 17 años envuelto en la vorágine de la  movida madrileña”, señala García.

Vivir aquello con esa idea tuvo que ser increíble, por ello el autor decidió continuar con los personajes de Madrid 1980. “Me gustaron y me encariñé con los personajes (Enrique y Alice) y años más tarde cuando creé la saga enseguida vi que debía de recuperar a aquellos personajes y hacerlos viajar conmigo en una sucesión de acontecimientos histórico- musicales que son la banda sonora de la saga”.

El autor no solo escribe libros sino que también es componente de un grupo, Amiga Mala Suerte. Una banda que comenzó hace 16 años con versiones y canciones propias. “Surge entre amigos en 2004, yo me di cuenta enseguida de que aquello no iba a ser una cosa puntual, y descubrí que tenía cierto talento para componer y poder expresar sentimientos, que en forma de canciones me resultaba más fácil de mostrar”, comenta. El grupo ha pasado, como todos, por varios momentos. “Desde entonces, hemos tenido muchas etapas que han pasado desde mis conciertos en solitario en plan cantautor a tener una banda completa en formato eléctrico o dúo acústico”. Con el grupo también ha cumplido algunos sueños relacionados con su amor a la música española de una generación.

“He tenido la suerte de poder participar en algunos proyectos muy ilusionantes como varios conciertos en Madrid tributos al desaparecido líder de Los Secretos (Enrique Urquijo), en salas tan emblemáticas como Chesterfield, Galileo Galilei o el  Rincón del Arte nuevo y a su vez, poder participar en el disco Homenaje a Hombres G titulado Los chicos del barrio donde hicimos una versión de la canción, Huellas en la bajamar.  Amiga Mala Suerte siguen en pie y con ganas de continuar pese a la pandemia.

“En la actualidad realizamos conciertos en formato dúo eléctrico (junto a la teclista y vocalista Raquel Peñafiel, la otra mitad de AMS) en los que alternamos canciones de nuestros últimos discos, Fotos de ayer y La vida es una canción, y siempre acudimos a nuestros referentes para completar un repertorio que procuramos sea divertido”, señala García. Repasando algunos grupos y temas que aparecen en el libro, uno se pregunta las diferencias entre aquellas tonadas y las actuales en el pop. Evidentemente el pop español de aquella época se sitúa muy por encima de las modas actuales”, sentencia. En la actualidad cada vez parece haber menos música pop.

“Del trap o reggaeton no quiero ni oír hablar, pero tampoco me gusta demasiado lo denominado indie .Soy consciente de que muchos grupos indies tienen gran calidad musical; pero quizás por estar en otra generación no acabo de entender el calado de sus letras e irreversiblemente me sigue emocionando mucho más escuchar a Enrique Urquijo, Antonio Vega o Manolo Tena, por citar a algunos de mis referentes”, apunta.

No hay que ser un lince para ver claramente una similitud indisimulada con El Ministerio del Tiempo en la saga La Cancillería de las Puertas Históricas. “Es muy evidente que la saga es un guiño o tributo a la serie de TV”, dice el autor.  “Es una genialidad de la ficción española que a mi me cautivó desde el primer episodio, y que considero que debería de tener muchas más temporadas porque cumple su función principal de entretener y divertir, pero es que además se podría hablar de que es un servicio público que ha hecho llegar los acontecimientos históricos de España de una manera magistral”, comenta.

El Ministerio ha sido más que una serie, también se ha convertido en un fenómeno social y transmedia con libros y cómics. “Desde aquí sólo puedo tener palabras de admiración hacia esa creación, y si sirve de algo, reclamar que el ente público se decida a renovar indefinidamente una serie que ha sido muy injustamente tratada, y que siendo genial no ha podido desarrollarse aún más convenientemente por las dudas que siempre ha suscitado su renovación por una temporada más”, sentencia.

La serie no solo está íntimamente relacionada con la saga de libros sino que también su posible final fue el revulsivo para su creación. “De la desazón de pensar que era posible que no hubiera más temporadas del Ministerio del Tiempo, nació la idea de crear mi saga literaria que no escondo y además señalo con orgullo, es un claro homenaje al Ministerio del Tiempo pero desde mi personal óptica”, admite con entusiasmo.

La Cancillería de las Puertas Históricas es mi visión de cómo me gustaría a mi viajar por el tiempo, qué acontecimientos musicales e históricos querría contemplar y por supuesto, intenta divertir y entretener. Incluso hacer pensar en que el destino es tan caprichoso que cualquier mínimo cambio que le hiciéramos a la historia sería de consecuencias inimaginables”. Jose Francisco tuvo que trabajar mucho en la saga, más allá de escribirla, también había un componente emocional. “Soy músico y profesor de secundaria (Licenciado en Historia) así que para mi fue fácil y lógico dar un enfoque musical e histórico a esta saga”, señala. Algo que llama la atención de la novela es que el autor es el protagonista, es él mismo el que ha sido reclutado por una organización para viajar por el tiempo. “En la saga es cierto que yo mismo me sitúo como protagonista”, revela. 

“No lo dudé demasiado porque precisamente quería tener esa sensación de divertirme directamente paseando por la historia”, comenta. No solo eso, después de charlar con él apreciamos en el texto muchos rasgos autobiográficos. “Por supuesto que tiene rasgos autobiográficos . En la precuela de la saga, Madrid 1980, utilizo muchos de mis recuerdos de adolescencia en los 90, para trasladarlos a un imaginado Madrid de los 80 en plena movida madrileña”, confirma. “Y muchas cosas de las que se  narran tanto en Llamando a las Puerta de la Movida  como en Brincando por la Historia , me han sucedido a mí o pertenecen a mi vida personal. Mucha gente que me conoce podrá identificar varias situaciones reales aunque también hay mucho de ficción en todo ello, ya que al fin y al cabo, estas novelas pertenecen a mi deseo de haber estado presente en algunos acontecimientos, que por edad o por impedimentos geográficos no pude constatar en primera persona”.

Si algo desprende la novela, es pasión. Se nota que su autor disfruta como un niño con el juguete que está escribiendo y se lo pasa pipa recreando cómo hubiera sido estar aquí o allá en los 80.  “Gracias a esta  saga me estoy permitiendo sentir aquello que hubiera deseado vivir como espectador de primera fila. Doy fe que me estoy divirtiendo muchísimo o... ¿Quién sabe? Igual lo que cuento en realidad es totalmente cierto, y sí puedo viajar por el tiempo y vivir todo aquello que  soñé”, comenta jocoso.

En el libro hay una reivindicación de bandas españolas como, Los Brincos, Los Secretos o Dúo Dinámico. Por desgracia no parece que en la historia del pop universal figuren muchas bandas españolas. “Soy de los que piensan con  rotundidad, que nuestra cultura y particularmente nuestra música pop, no le tiene nada que envidiar a la anglosajona”, sentencia. “Y te lo dice un fan total de los Beatles, de los Ramones, Pretenders o Tom Petty, por citar solo algunos ejemplos. Pero los nuestros no son inferiores a nadie, ni en calidad musical ni en grandes canciones”.

“No considero que Los Secretos sean peores que U2, o que Antonio Vega pueda ser inferior a Bob Dylan. Para nada. Y si eso lo trasladamos a los años 60, aún todo es más injusto porque mientras el mundo anglosajón tenía libertad para crear en sus letras, los grupos españoles tenían que pasar la rígida censura franquista y aún así hicieron temas extraordinarios a la altura de los mejores”. En el libro, la banda madrileña, Los Brincos tiene un papel muy destacado, como también lo ha tenido en la historia del pop español. “Para mi Los Brincos son los Beatles españoles, pero es que no fueron los únicos: Sirex, Mustang, Diablos, Lone Star, Formula V, Los Bravos, Pekenikes... Hay un sinfín de pioneros del pop español de los 60, a los que nuestra sociedad les debe una gratitud eterna porque fueron nuestros maestros y los que lo empezaron todo”.

Es verdad que existe un revival de la música de los 80, pero todo lo que se hizo anterior no tiene el mismo eco en los medios o en la población en general. Quizás un problema de cultura musical. “Están en un injusto olvido porque España no ha sabido nunca cuidar a sus héroes musicales. Caemos en la torpeza de fabricar ídolos de usar y tirar, y mientras los anglosajones idolatran de por vida a sus ídolos nosotros los dejamos caer cuando pasan de moda, o dejan de tocar aburridos de que no se les recuerde con la importancia que tienen”, explica el autor.

Es probable que le haya faltado a las nuevas generaciones conocer a las bandas y artistas que llegaron antes y que fueron grandes. “Nunca hemos sabido vender nuestra cultura al mundo y nadie me va a quitar de la cabeza que somos como mínimo, tan grandes como cualquiera. Solo que ellos si han sabido respetar su legado y nosotros aún no nos hemos dado cuenta de todo lo que hemos conseguido. Con mis libros intento que estos grupos a los que debemos tanto no caigan nunca en un injusto olvido”, remata García.

Para Brincando por la Historia, el autor ha tenido que documentarse bastante, algo que se nota al leer el libro cuadrando sus fechas. “Para documentar cada uno de los libros de la saga intento siempre ser lo más fiel posible a fechas, acontecimientos, conciertos celebrados y coincidencias espacio-temporales. Es quizás lo más difícil a la hora de elaborar un primer guión de cualquiera de los libros de esta saga”, reconoce. “Para Brincando por la Historia aún fue más complicado porque no hay demasiados libros que relaten conciertos y festivales de música de la época. Pude leer una biografía de Los Brincos, otra de los Pekenikes y más recientemente la vida del gran Fernando Arbex (batería y voz de Los Brincos), para poder situar los acontecimientos y relatar de una manera lo más fidedigna posible unos hechos que, si bien es verdad nacen de mi imaginación tienen que ser coincidentes en el tiempo”

El autor continúa trabajando en la saga y en breve tendremos una continuación. “Ahora mismo estoy en proceso de documentación”, comenta. “Puedo adelantar que el siguiente libro va a tener que ver con la presencia del líder de The Clash en Granada, buscando los restos de su admirado Federico García Lorca, y de un viaje tanto a los 80 como a la Guerra Civil española”. No faltará, teniendo a los Clash por el medio, buena música y aventuras.

“Y como siempre, mezclando música, historia, amor y situaciones disparatadas. Seguramente y parafraseando al álbum de más éxito de los Clash titulado, London calling creo que el próximo libro de la saga de La Cancilleria de las Puertas Históricas, lo voy a titular Lorca calling.  Y va a ser el más audaz de todos los que he escrito hasta la fecha. La saga tiene aún varios capítulos más por escribir, disfrutar y que los descubran los lectores”, concluye el autor con esa buena noticia de la continuación de la saga.

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