XÀBIA. Quienes la conocen más de cerca la definen como una «visionaria» del interiorismo y la arquitectura, una mujer que ha sabido «adelantarse a su tiempo y crear un estilo propio» con los recursos existentes y con la tradición de los artesanos de la Marina Alta. Es Jessica Bataille. Esta empresaria de 46 años lleva veintiséis en el mundo de la decoración y explica que en este tiempo su profesión y su forma de entender su trabajo le han llevado hasta un modo de entender la creación de interiores y el aprovechamiento de construcciones y materiales que llama estilo Mediterráneo. Ha introducido en la Marina Alta el concepto de vivienda pasiva (passivhaus), un modelo de construcción que permite ahorrar hasta el 70% en consumo energético utilizando materiales naturales y adecuándose al entorno.
Bataille tiene en Xàbia su centro de operaciones. En estos momentos, y tras un periplo de apertura de locales, experiencias con otros profesionales y viajes por España, cuenta con tres espacios de trabajo: La Nave, el Estudio de trabajo y la tienda Sea by Jessica Bataille, ubicada en el puerto de Xàbia. Los dos primeros son donde la empresaria y su equipo de 70 personas sacan adelante proyectos de todo tipo, desde decoración, remodelación de viviendas o construcción de casas de nueva planta imprimiendo su estilo Mediterráneo.
Jessica Bataille y su equipo tienen algo muy claro: «No hay que malgastar recursos y todo tiene que ser aprovechado. A todo hay que darle una nueva vida». Así es como trabaja en sus proyectos, ya sean de interiorismo o de edificación. En estos momentos, Jessica Bataille cuenta con un grupo de marcas que le permite sacar adelante todo tipo de iniciativas. Lejos queda aquella joven que en 1996 abrió su primera tienda en el puerto de Xàbia y comenzó a importar mueble mexicano. «Era el que mejor encajaba en las construcciones que había en la zona. En aquel momento había un gran nicho de mercado y estas piezas coloniales tenían una cabida perfecta en las residencias de la zona», rememora.
No hay que dejar de lado, que la provincia de Alicante ha sido durante décadas el lugar escogido por muchos europeos que buscaban un lugar donde fijar una segunda residencia o donde pasar una vejez dorada cerca del mar, de zonas verdes y en medio de un oasis de tranquilidad. Eso lo hallaron belgas, holandeses y alemanes, entre otros, en urbanizaciones de Xàbia y de otras localidades de la Marina Alta y Baja. En los años setenta del pasado siglo comenzó la llegada de estos nuevos residentes y las viviendas que se levantaron en esos años y en los ochenta han sido revisadas y renovadas por expertos como Bataille.
De hecho, la empresaria recuerda 2008 como un año clave y uno de los momentos que han marcado su vida profesional. En esa etapa, con la crisis inmobiliaria en ciernes y la posterior quiebra de bancos y el cierre de empresas y el aumento del desempleo, se experimentó uno de los momentos de más trabajo en Xàbia y, aunque Bataille tenía proyectos en otros puntos de España y una tienda en Madrid, en la Marina Alta las inversiones seguían llegando: «Aquí se trabajó mucho, pese a que España estuvo casi paralizada. Llegaban las inversiones en segundas residencias, algo similar a lo que ha ocurrido con el covid, que muchas familias han buscado viviendas más espaciosas y mayor contacto con la naturaleza».
* Lea el artículo íntegramente en el número 99 (enero 2023) de la revista Plaza