VALÈNCIA. Cuatro chicas han llegado a València para revolucionarlo todo. Ellas son, redoble de tambores por favor… Estela Valldecabres, al bajo; Alba Esteve con las batutas en la batería y Gabriela Osorio y Serena Martínez a las guitarras. Y todas ellas cantan, o al menos lo intentan, lo suyo ha sido más bien ir aprendiendo los instrumentos un poco sobre la marcha. Sobre una base musical clave han ido conectando ensayo tras ensayo como grupo y como amigas. Todas ellas se conocían de estudiar juntas en Gandía, pero fue una fiesta la que las unió, una borrachera de Gabriela hizo que se pronunciaran las palabras mágicas: “¿Montamos una banda?” una propuesta indecente de parte de Gabriela a Estela mientras ella la consolaba.
La cosa fue tal que así: entraron a la discoteca y engancharon a Alba como siguiente víctima y finalmente a Serena. Estela desvela que eran todas amigas pero que realmente no se conocían tanto como para dar luz verde al proyecto, lo que tenían era las ganas de empezar algo nuevo: “Teníamos mucha ilusión de juntarnos también para aprender y para cumplir un poco el sueño de tener una banda que todo el mundo tiene. íbamos sin la ambición de “hacernos famosas”, simplemente porque nos apetecía. Por diversión”, explica la bajista del grupo.
Lo de “sobre la marcha” es una de sus filosofías, pero ojo, no dista de la profesionalidad con la que se suben al escenario. Alba toca el saxo y el piano, pero le regalaron unas clases de batería a principios de año y decidió aventurarse con eso para Grita Bonita, al igual que algunas de sus compañeras con sus instrumentos: “Me hace mucha gracia pensar que Estela y yo en enero no sabíamos tocar el instrumento que tocamos y tras tanto tocar juntas hemos ido mejorando. Hemos ido aprendiendo mucho las cuatro de esto y hemos ido mejorando nuestras habilidades”. Con energía autodidacta y perdiendo los miedos fueron motivándose para presentarse a un concurso de bandas de Gandía, donde nació oficialmente el grupo. Antes de este concierto Gabriela confiesa que tenía pánico escénico, y fueron sus amigas y compañeras las que le ayudaron a superarlo: “No podía cantar en público ni sabía hacer cejilla, pero estar con más gente que te anima a mejorarte. Es una gran ventaja”.
Alba coincide en que es la fuerza del grupo la que les ha permitido dar esta energía tan única: “Nos hemos puesto muy en común todas estas cositas y de todo esto es de lo que sale el grupo y de lo que sale nuestro estilo y nuestra forma de ser. De aprender las unas de las otras y de que es una mezcla de las cuatro, que somos cuatro chicas súper diferentes, pero súper iguales. De esa diferencia sacamos nuestra igualdad”, explica. A lo que Estela añade que esto les ha servido como un ejercicio de valor, para convertirse grandes mujeres en este mundillo de la música: “En especial muchas de las mujeres, tenemos esta limitación desde primeras de que no podemos hacerlo, o de pensar que siempre habrá alguien mejor que nosotras. Ponernos en marcha con cosas a mejorar no es nada malo, a la gente del entorno le gustaba mucho también”, y reflexiona sobre los comienzos, “lo primero es tener la valentía de ponerse delante y salir, y hacerlo, y perder esa vergüenza y ese miedo al fracaso que parece que tenemos tatuado”.
Sus referentes van desde La Culpa, Luna Valle y Shego hasta los grupos tipo Queen o su adoración al movimiento Riot Grrrl. También Jane Garzay y las voces de grupos alternativos y rock. Gabriela añade que también son muy fans de Anacurra, figura clave del punk español. Lo que quieren con su banda es reivindicar que en España también hay mujeres que hacen música (muchas) y que se van abriendo paso, poco a poco, sobre los escenarios.
Explica Estela que les llama la atención ver inclusión de mujeres en bandas masculinas, donde suelen ser las cantantes: “Siempre suele haber una cantante femenina, pero no la ponen tanto a jugar con instrumentos, en todo caso a las bajistas. En estos conciertos te das cuenta que no siempre el hombre tiene que llegar a ciertos estándares, su voz a veces desafina o no tocan perfecto ningún instrumento, y solo se les exige el show”. Bajo esta premisa comprendieron que no hacía falta ser “un 10 en todo” y que les queda por mejorar, y que está bien: “La música es una carrera larga, no un sprint. No hay que ir con prisas, y de todo se puede ir aprendiendo”, explica Estela.
Sin intención de hacer mucho spoiler las componentes de Grita Bonita desvelan lo que se va a ver esta misma noche en Matisse Club. La mayoría de su concierto serán covers de géneros variados llevados al estilo “bonita”, con un remix de todo un poco. Sobre el escenario les gusta fluir, y es imposible prever qué va a pasar porque cada vez suena todo un poco diferente. Sonarán versiones de Ozuna, el tema Ella no sigue modas, y A mi ya me iba mal de antes de Aiko el Grupo. También algo popero como I Kissed A Girl de Katy Perry… y hasta aquí los avances, el resto es para dejarse sorprender. El postre de la velada será Te he encontrado en Spoty y es lo peor que podría haber hecho, su tema original -acortado como Te he encontrado en Spoty para los de memoria a corto plazo- en el que se habla de “ser una chica, amar la música y tener el corazón un poco roto”. La letra, ideada por Serena, habla sobre una chica que va a un bar porque va la persona que le gusta (¿quién no ha hecho eso alguna vez?), pero la persona nunca llega y ella no sabe volver a casa sin los cascos.
Pero vaya quien vaya al concierto, y esté ahí o no la persona que te gusta… Esta noche en la Matisse Club habrá un séquito de bonitas gritando hasta reventarlo todo. Porque todo es temporal y la música siempre está ahí, hasta cuando se te olvidan los cascos.