CALP. La alicantina Gravity Wave es una startup social y de impacto medioambiental que, a través de la limpieza de plásticos de los mares y puertos, permite a las empresas comprometerse con una causa que tiene un impacto real en el medio ambiente, sin olvidar sus objetivos de negocio. Recientemente, se ha incorporado a la junta de administración el empresario Pablo Fernández como socio del 21% de Gravity Wave. En esta senda de crecimiento, la firma se acaba de mudar a unas instalaciones más amplias en Calp para continuar con su labor.
Teniendo en cuenta las nuevas incorporaciones que se han dado en el equipo su oficina original se ha quedado pequeña y se han trasladado a otra sede de mayores dimensiones. "Seguimos donde todo comenzó, despegando el movimiento que esperamos que sea toda una revolución".
Además, la compañía en tres años, cuenta ya con más de 85 empresas que se han unido al compromiso Plastic Free Oceans. Entre ellas, empresas como Mini, Dockers o Clicars. También lo hacen firmas tan dispares como Flying Tiger, Bit2Me o Reale Seguros o Vidu, que ya han colaborado con la startup de Calp con el fin de limpiar plástico de mar a través de la venta de sus productos. Además, se han sumado firmas como Garden Gourmet, o Viña Esmeralda.
Asimismo, la empresa ha aumentado las redes con las que trabajan. "La expansión que hemos realizado por los puertos de España se materializa en el incremento de redes de pesca rescatadas del mar. Kilos y kilos que sirven de materia prima para seguir creando más productos de valor". Si los datos de los que disponen es que caen más de 8 millones de toneladas de plástico en el mar cada año, también recalcan que el 40% de todos estos residuos pertenecen a las artes de pesca.
"En Gravity Wave nos dedicamos a retirar esas redes de pesca que caen por accidente al mar para reciclarlas y fabricar muebles u objetos útiles con ese plástico. Nuestro proceso consiste en recoger el plástico que se encuentra en los océanos para luego fundirse y crear objetos de uso común que no dañen el medio ambiente".
A través de Reciclamás realizan la primera fase de su proceso de fabricación, recepcionan las redes que llegan de todos los puertos y las maquilan -cortan las redes y empaquetan en palets- para que sea más manejable y fácil de transportar. Además, cada producto fabricado en su empresa pasa por un proceso mecanizado que llevamos a cabo de la mano de CMPlastik Recycling para que el proceso de fabricación sea lo más ecológico posible y sin usar químicos ni tintes perjudiciales para el ecosistema.
Los impulsores de Gravity Wave, Julen y Amaia Rodríguez ya tenían la preocupación por revertir la contaminación, pero no tenían claro cómo hacerlo. Julen estaba un día en un bar de Madrid con bien entre amigos y allí se encontró, casualmente, con Lefteris Arapakis.
Así, Arapakis le contó a Julen que era el fundador de una escuela de pesca sostenible en Atenas. Entre cañas le confesó que los pescadores que trabajaban en la escuela se sentían abrumados por la cantidad de plástico que sacaban del mar y que no sabían qué hacer con él.
Todo esto llamó la atención de Julen profundamente, ya que él tenía una empresa de venta de fundas para móvil y deseaba que su empresa fuera más sostenible, entonces Arapakis le dio la idea de fabricar fundas recicladas y a Julen le encantó la idea.
Pasado varios días se puso manos a la obra. Reunió a un equipo de trabajo extraordinario apasionado por el mar y sus maravillas y así fue como nació Gravity Wave, que ha ido evolucionando hasta la empresa social que es hoy en día.