BENIDORM. "Tomar buenas decisiones antes de que sucedan las cosas". Este es el fin último de los festivales inteligentes, un modelo que usa la información en su favor para mejorar el festival en sí y potenciar la experiencia del público asistente. Una conclusión que se ha expuesto durante las IV Jornadas Tiim (Turismo & Industria Musical), organizadas por Turisme Comunitat Valenciana y Musicaprocv, y que se han celebrado por primera vez en Benidorm, en Invat·tur. Los encargados de inaugurar el evento han sido Francesc Colomer, secretario autonómico de Turismo, y Sergi Almiñana, secretario de Musicaprocv.
El secretario autonómico de Turismo ha puesto el foco en la música como "elemento turístico identitario y de calidad". Es decir, que la música sea "una de las tres o cuatro ideas fuerza de la Comunitat, junto a la gastronomía o las playas". Por su parte, el secretario de Musicaprocv ha matizado que los festivales son "la cabeza visible del turismo musical" y ha apoyado las nuevas tecnologías para "mejorar la experiencia del público y analizar datos de gustos". Precisamente, la primera mesa de debate de las jornadas se ha centrado en festivales inteligentes y ha estado integrada por Daniel Arnal, responsable de Mediterranew Musix en Turisme Comunitat Valenciana, y Fiachra Mc Donagh, representante del festival Rototom Sunsplash.
"Invertir en tecnología para crecer en parámetros como la seguridad o la sostenibilidad", ha definido Arnal. "Y es la desembocadura a donde vamos desde Mediterranew Musix desde hace cinco años", ha declarado. Se trata de una marca que se creó desde Turisme Comunitat Valenciana para que los festivales tuviesen un "apoyo de la administración" en materia de formación, promoción y diplomacia. "Para mí, la parte más importante ha sido la del reconocimiento; dentro de la Ley de turismo, ocio y hospitalidad hemos conseguido que los festivales sean un Bien de Interés Turístico de Primer Orden", ha recordado, poniendo estos eventos a la altura de las playas o la gastronomía autóctona.
Con todo esto, el responsable de Mediterranew Musix ha desvelado una carencia de los festivales: "Les falta el dato. Es por ello que queremos ayudarles a que inviertan en mejorar su tecnología para que crezcan en seguridad o sostenibilidad. En todos esos parámetros para que, entre todos, tomemos mejores decisiones". Y es que Arnal ha adelantado que la intención es formar una "gran mesa de festivales" entre las cuatro asociaciones -Promfest, ProFest, Infotur y Musicaprocv- para "ahondar en el estudio de cómo tecnificar los festivales para llegar al punto de excelencia. Ahora somos más de 130 y no todos van a poder llegar a ese nivel, pero vamos a ayudarnos entre todos a crecer juntos".
La herramienta para hacerlo no va a ser otra que la información, lo cual "se traduce en tomar decisiones", ha resumido el representante de la administración valenciana. "Los datos te permiten tener un programa que te dice cuántas personas hay dentro del festival, en qué zona se encuentran, la barra que mejor está funcionando... Eso te posibilita tomar decisiones empresariales en el momento, tomar buenas decisiones antes de que sucedan las cosas", se ha reiterado.
Como ejemplo de festival que ha hecho la transición hacia lo smart se fija el Rototom Sunsplash, que se celebra en Benicàssim. ¿Pero cómo se materializa? ¿En qué le ha servido al festival aliarse con la tecnología? Para dar respuesta a estas preguntas, Fiachra Mc Donagh ha establecido que implementar un festival inteligente empieza por "encajar mejor dentro de las infraestructuras turísticas ya existentes, entender dónde nos proyectamos". En este sentido, ha indicado la necesidad de "conectar con el público", pero también con la administración y el entorno. "Tenemos que saber gestionar el bulto de personas que viene al festival, el impacto que pueden tener, cómo encajar a artistas y participantes para compaginar las necesidades de la administración y el turismo. Saber cómo gestionar", ha sintetizado.
El siguiente paso una vez se tiene clara la dirección es la gestión, "cómo hacer que sea más simple, porque somos un festival sin subcontratas, lo gestionamos todo nosotros", ha informado el responsable del Rototom, quien también ha resaltado el tema de la seguridad: "Tenemos que saber cuántas personas hay dentro de nuestro recinto, porque este año tuvimos que desalojarlas por una tormenta de arena. Es necesario saber el número de personas, dónde las podemos ubicar y también poder comunicar todo esto que sucede a las fuerzas de seguridad, porque de repente se vacía un espacio muy grande. Si no tenemos esta información, causaremos problemas".
Además de la seguridad, la sostenibilidad también es un asunto que se vuelve latente. "A mí me interesa mucho medir el impacto medioambiental que tenemos nosotros y el de la gente que viene. Y para eso necesitamos datos", ha evidenciado Mc Donagh. En la línea del impacto ambiental, el Rototom Sunsplash está trabajando con Aenor para convertirse en el primer festival español en medir y certificar la huella de carbono que genera. Así, a grandes rasgos, la información obtenida es sinónimo de seguridad, sostenibilidad y gestión.
En cuanto a los hándicaps que se ha encontrado el Rototom para hacer la transición, su responsable ha enumerado tres: tiempo, energía y financiación. En esta última, Daniel Arnal ha señalado lo necesarias que se vuelven las ayudas económicas para "impulsar la tecnificación de los festivales. La tecnología es cara; el iPhone nuevo es más caro que el antiguo". Es por ello que desde Turisme Comunitat están cambiando la línea de ayudas a las asociaciones musicales para que, al menos, dos de las cuatro, puedan invertir y que "desde la administración podamos pagar algo de ese gasto". En este sentido, Mc Donagh ha añadido la necesidad de "que las inversiones sean duraderas".
Como ha comentado Arnal, Mediterranew Musix es la marca que se ha creado desde Turisme Comunitat Valenciana para "ir de la mano" de los festivales y brindarles ayuda. Además de formación, promoción y burocracia, Arnal ha apuntado que "les hemos facilitado el dinero para que reorienten sus festivales hacia el punto turístico. Tras la pandemia, abrimos nuestro abanico para que todos y cada uno de los festivales de la Comunitat pudieran tener acceso a esta marca", ha informado.
En cuanto a las próximas líneas de trabajo desde la administración autonómica, el responsable de Mediterranew Musix ha adelantado que se está elaborando una encuesta para remitirla a los 133 eventos de la Comunitat, preguntándoles su concepto de festival inteligente. "Nosotros tenemos claro lo que es y tenemos un modelo montado, pero queremos saber si nuestra idea y todo lo que hemos invertido cuadra con lo que la industria está esperando", ha establecido como margen de mejora.
Asimismo, la marca también quiere atender a los consumidores y consumidoras de los festivales, suponiendo un sello de calidad: "Nosotros queremos que cuando el público vaya a comprar una entrada vea el logo de la palmera y el nombre de Mediterranew Musix y diga compro. Porque ese festival está respaldado por una administración. Es como si compras con PayPal, que está ahí como seguro. Queremos apostar por el sello de calidad", ha insistido.
La jornada tuvo como protagonista a la música, pero se le dio un papel relevante a la ciudad de Benidorm y su vinculación con este arte para crecer en turismo. Uno de los eventos estrella en el último año ha sido el Benidorm Fest, la celebración ligada a la búsqueda del representante español para Eurovisión. Un acontecimiento musical que ha servido para rememorar uno de los motivos por los que la ciudad brilló en los años 60: el Festival Internacional de la Canción de Benidorm, como así pusieron el relieve Herick Campos, director general de Turisme Comunitat Valenciana; Carola Valls, técnica en Promoción y responsable de producto Film Friendly en Visit Benidorm; y el concejal de Eventos del Ayuntamiento de Benidorm, Jesús Carrobles, en una mesa moderada por la periodista de Información, Cristina Martínez.
El Benidorm Fest está sirviendo de excusa para promocionar la ciudad durante los días en los que se celebra, con numerosos actos ligados a Eurovisión y cómo se vive en la capital de la Costa Blanca. Una semana en la que se aprovecha para hacer marca y atraer a un público que, de momento, no es el mayoritario en el municipio.
Pero, ¿se puede replicar el modelo de Benidorm en otros lugares? Hay quienes lo tienen claro: Nuria Montes, secretaria general de la patronal hotelera (Hosbec), y José Manuel Piñero, director de Producciones Baltimore (Low Festival o Spring Festival). La respuesta es que no, o dificilmente. Para ellos, la localidad reúne una serie de circunstancias que la hacen especial y fácil para desarrollarse en este ámbito. Por una parte, dice Montes, los trabajadores del municipio se vuelcan con estas celebraciones, como es el caso de los hoteles o la hostelería cercana al Low, así como los taxistas organizándose junto al Ayuntamiento para prestar un servicio digno.
Uno de los aspectos a tener en cuenta es la capacidad alojativa que tiene Benidorm, con plazas entre todas las modalidades, campings, hoteles y apartamentos turísticos. Una situación que solo se asemeja a las grandes ciudades como Madrid o Barcelona. Los hoteles precisamente han sido conscientes de la importancia que tiene para el destino los eventos musicales como el Low Festival, tal y como reseñó Montes. Así, indicó que a pesar de que se celebra en julio, días en los que Benidorm no necesita nutrirse de eventos especiales para poder llenar, sí que han acogido la fecha como una oportunidad para reinventarse y convertirse en algunos puntos, como una actividad paralela al Low con conciertos y sesiones de DJs en sus piscinas.
Piñero, además, reconoce que la zona es un plus para aquellos que optan por el festival de Benidorm y no cualquier otro con un cartel parecido. No solo acompaña sus playas, sino la gastronomía, con restaurantes de estrella Michelín, o rincones especiales como calas, el ocio y todo lo que rodea al municipio y las localidades vecinas.