MADRID. Desde Luis Aragonés, no hay una selección española tan de autor, con un sello tan evidente de un entrenador, como el actual ciclo de Luis Enrique, el líder de un proyecto que, más allá de su eliminación al borde de la final, sale reforzado de la Eurocopa 2020 rumbo a Catar 2022, frente a las adversidades con determinación y con la mirada prometedora hacia un futuro de éxito.
Las semifinales han sido el límite en esta Eurocopa. No el techo del equipo, que apunta a cotas mayores. "Ojalá esto sea el principio de algo muy grande", proclamó el central Eric García, cuya selección se rebeló contra las dudas y la inquietud de los dos empates contra Suecia y Polonia, de los que la única explicación irrebatible fue la falta de gol, para resurgir como un equipo, con todo su significado en un deporte con un concepto tan indispensable como el colectivo.
"Somos un equipo. No hay duda", enfatiza el técnico, mientras extrae "la experiencia" que gana su conjunto en el torneo continental, que ha cerrado invicto: "Tenemos muchos jugadores jóvenes que han aportado cosas difíciles de entender por la edad que tienen. Nos hemos comportado como un equipo de principio a fin".
Lo dirige Luis Enrique, rodeado de la crítica desde la lista que configuró, con la ausencia, por ejemplo, de Sergio Ramos, o desde que eligió a 24 en lugar de los 26 permitidos, con un debate avivado con el positivo por covid-19 que dio Sergio Busquets, pero reafirmado en su idea, en su convicción y en su optimismo para dotar de soluciones a un equipo que madura a toda velocidad. Desde el 2002, nadie cambió tanto la convocatoria de una fase final a otra.
El meritorio recorrido hasta la semifinal del martes en Wembley, hasta el "sobresaliente bajo, el 9" que le da el entrenador a su equipo, es ininteligible sin las decisiones que ha tomado, sin el sentimiento que ha creado sobre los más valioso del fútbol, el grupo, cuya dimensión es aún más grandiosa, más transcendente, cuando las dificultades asoman, cuando se produjo el positivo del capitán, cuando se señaló desde fuera a Álvaro Morata por los goles fallados, cuando se jugó todo en la última jornada ante Eslovaquia y ahora, cuando la explicación a la eliminación no es nada sencilla.
"Formo parte de un grupo de 24 jugadores y más de treinta trabajadores en el staff que, es un topicazo decirlo, pero es una familia. Nos han pasado muchas cosas no positivas que hemos sabido solventar. El espíritu que se vive dentro es de mucha ilusión, de ayudarnos y mejorar. Cuando la palabra ego se aparta aparece equipo y es una maravilla formar parte de él. Somos un equipo con muchas ganas de representar a España", expuso tras el 3-5 a Croacia, una victoria que descubrió el carácter y la personalidad de su conjunto.
Es un grupo mucho más joven que veterano, al que se tildó de inexperto, porque sólo siete futbolistas tenía recorrido en las fases finales de los grandes torneos (David de Gea, César Azpilicueta, Jordi Alba, Sergio Busquets, Koke Resurrección, Álvaro Morata y Thiago Alcántara). Diecisiete estaban ante su estreno. No mira la edad el técnico. Pedri, por ejemplo, se ha transformado en el futbolista más joven de España en debutar en una Eurocopa.
"Ya dije que me gustaría traer a los jugadores que viera que volaran, independientemente de la edad que tuvieran, de los equipos que estuvieran y cómo se llamaran. Eso es lo que estamos haciendo y ya os adelanto que es lo que haré en toda mi trayectoria con la selección", repasó el técnico en esta Eurocopa 2020.
Con toda la visión decisiva que le da a la salida del balón desde atrás, él ha confiado en Unai Simón de forma inalterable para darle toda la Eurocopa como titular, con la respuesta que dio ante Suiza como exponente más alto o con la reacción que tuvo a su pifia contra Croacia, y él ha sumado a Aymeric Laporte a España para el torneo.
También decidió esperar al capitán, a Busquets, consciente de la importancia de una figura como él, campeón de todo, para el devenir de la Eurocopa; confió más que nadie en Morata -este martes lo dejó de suplente por una cuestión táctica, con la irrupción certera entre líneas de Dani Olmo para desbordar a la zaga italiana- cuando no acertó con el gol ante Suecia; llamó a Pablo Sarabia, que ni siquiera él intuía su presencia en la competición para ser tan determinante como lo ha sido ante Eslovaquia y Croacia; recuperó a Koke Resurrección o César Azpilicueta, y apostó por Ferran Torres, Eric García, Marcos Llorente, Dani Olmo...
Y el fenómeno Pedri, con tan solo 18 años. "¿Alguien se ha fijado lo que ha hecho un niño de 18 años? Eso no se lo he visto nunca a nadie. Ni a Don Andrés Iniesta. Con 18 años jugar así. Es increíble. Es una cosa única", resaltó Luis Enrique, que apostó, en suma, por un equipo por encima de las individualidades. Por un bloque en el que tan pronto puede ser titular uno como otro.
De Wembley a Wembley, de la primera convocatoria en 2018 en el 1-2 a Inglaterra hasta la semifinal del martes en esta Eurocopa, sólo han repetido ocho futbolistas en la lista, en ese movimiento constante que le da Luis Enrique a su equipo, atento a la combinación del momento y las cualidades para armar su grupo.
Con él han jugado 59 futbolistas (60 con Robert Sánchez, a la espera de su debut) en todo el recorrido de entonces a ahora, con cinco porteros, diez centrales, once laterales, once medios centros, quince atacantes (media puntas, extremos o segundos delanteros), seis delanteros y un hombre polivalente como Marcos Llorente, al que propuso primero de lateral derecho y luego reubicó como interior.
Y, sobre todo, Luis Enrique ha dotado a la selección de una identidad ya reconocida y reconocible en cada instante del partido, con su presión alta y apabullante (cuyo desajuste a veces promueve unas fisuras entre sus líneas, aunque cada vez son más puntuales) y con la posesión; las dos bases sobre las que circula todo.
"Soy un líder, eso es evidente, lo he dicho siempre, pero un líder que está fuera del campo. Los líderes importantes son los que están dentro del campo y los que no participan y siguen siendo líderes y son imprescindibles, porque ayudan a su equipo. De esos tenemos muchos en mi equipo", expresó en la víspera frente a Italia.
"Lo difícil es marcar goles, presionar bien, adelantar la línea y estar atentos a la cobertura, lo difícil es lo que hacen los jugadores", abundó el entrenador, a los que él y su cuerpo técnico los ha aportado las herramientas como equipo, tan exhaustivo como es en el trabajo táctico, en la ocupación de espacios, en que la presión sea un mecanismo tan afinado como asfixiante para su rival.
"Yo creo que el equipo ha crecido, cuantificar eso es bastante difícil. Desde hace varias concentraciones, antes de la Eurocopa, he visto muchas cosas positivas, un perfil de jugadores jóvenes que tienen muchas ganas de triunfar. Tampoco es que os haya engañado ni haya engañado a nadie. Desde que llegamos, nuestro objetivo era formar un equipo independientemente de la edad de los jugadores, del equipo al que pertenecían y que los aficionados se puedan sentir orgullosos de sus jugadores. Yo creo que lo hemos conseguido", dijo Luis Enrique, el líder de un proyecto reforzado, que desprende vitalidad y mantiene su optimismo rumbo al Mundial de Catar 2020.