Empresa de calzado en Elche, en una imagen de archivo. Foto: APALICANTE. Los costes energéticos, las dificultades en los suministros de materias primas y la escasez de mano de obra cualificada son los tres principales problemas que enfrentan las empresas en el final del año 2022 y el primer trimestre del ejercicio en curso. Un contexto en el que, a pesar de que el incremento de costes ha comenzado a moderarse, más de la mitad de las empresas prevén tener que aumentar sus precios de venta y retrasar o reducir el importe de sus inversiones.
Así lo recoge el último informe sobre la Evolución de la Actividad Industrial, elaborado por el gabinete de estudios de la Cámara de Comercio de Alicante a partir de los datos oficiales del Banco de España, el Banco Mundial, Eurostat, Bloomberg o el Ministerio de Asuntos Económicos, entre otras fuentes. El informe, elaborado el pasado mes de enero, señala que el sector empresarial se enfrenta a una caída de los niveles de producción por cuarto mes consecutivo y a un descenso de los nuevos pedidos.
"El índice PMI del sector manufacturero español aumentó en diciembre por segundo mes consecutivo, situándose en un 46,4, tras caer hasta el 44,7 el pasado mes de octubre (su nivel más bajo desde mayo de 2020)", señala el informe. No obstante, "a pesar de que, en los dos últimos meses del año, la evolución ha sido algo más favorable, la actividad del sector manufacturero se mantiene en zona contractiva (por debajo de 50) desde el pasado mes de julio, en un contexto de elevada inflación, tipos de interés al alza e incertidumbre económica generalizada".
La caída de los niveles de producción y el descenso de los nuevos pedidos que afrontan las empresas, aunque en diciembre cayeron a un ritmo más lento, ha llevado al sector a recortar su actividad de compras y reducir sus stocks de materias primas y productos semielaborados. El ritmo de creación de empleo también se ha visto afectado por este escenario, por las menores necesidades de producción y el exceso de capacidad en las plantas, "aunque los últimos datos apuntan hacia la estabilización del nivel de empleo".
El informe apunta también algunos datos para el optimismo. Así, aunque los precios de la energía, el transporte y las materias primas se mantienen en niveles elevados, "el ritmo de aumento de los precios de los insumos y los precios de venta mantuvieron su tendencia a la baja. Una reducción de las restricciones de suministro también contribuyo a bajar los precios". De esta manera, la moderación del ritmo de caída de los nuevos pedidos, el mejor comportamiento del empleo y los indicios de que las presiones de los precios y las restricciones de suministros se están reduciendo "sustentan una mejora de las expectativas empresariales para los próximos doce meses".
Las empresas anticipan que en el primer trimestre de 2023 la presión del coste de los inputs será similar a la del trimestre precedente, a la vez que aumenta la proporción de empresas que tienen intención de aumentar sus precios de venta. A un año vista, se espera que la presión de los costes siga siendo elevada, pero algo menor que hace tres meses, y el porcentaje de empresas que espera aumentar sus precios de venta en los próximos doce meses se mantiene estable por encima del 60%. En todo caso, "los incrementos actuales y previstos para los precios de venta siguen siendo inferiores a los registrados en el coste de los consumos intermedios, lo que apunta a una compresión de los márgenes empresariales".
El principal canal por el que la guerra en Ucrania está afectando a la actividad empresarial, según el documento de la Cámara, sigue siendo "el alza en el precio de los consumos intermedios, principalmente los energéticos, que afectan al 80% de las empresas". Este impacto negativo es generalizado por ramas productivas, aunque "su incidencia es mayor en las que presentan una mayor dependencia de la energía, como las ramas industriales y agrícolas". El corte del suministro de gas ruso afecta a un 50% de las empresas y las dificultades de suministro asociadas al conflicto estarían incidiendo de forma negativa en algo más del 45%.
Ante este escenario, "cerca de la mitad de las empresas han decidido retrasar o reducir sus inversiones ante los cambios en las perspectivas económicas tras el inicio del conflicto bélico", indica el informe. "Las empresas de menor tamaño son las más afectadas por la reducción de la demanda mundial y las que más han aplazado sus decisiones de inversión".
