XÀBIA. El paseo marítimo de de Xàbia, el "mejor lugar" que el artista valenciano Joaquín Sorolla conoció "para pintar", acogerá este sábado 16 un desfile de moda con vestidos inspirados en las obras del artista, quien destacó Xàbia como un lugar "sublime" e "inmenso".
El desfile, con vestidos diseñados para la ocasión por Alba García de Cache y titulado Sorolla, mar y luz, se desarrollará a partir de las 19 horas con unos diseños en los que se han plasmado algunos de los cuadros más representativos del pintor, de cuyo fallecimiento se cumplen cien años este 2023.
Son quince piezas elaboradas con materiales reciclados y con tejido sostenible por los alumnos de la Escuela de Moda Cànem, la Escuela de Artesanos, la Universitat Politècnica de València y el San Juan Bosco de Valencia, así como pintores profesionales como Toni López, Daniel González, Alberto Ruslan, Nieves Puente, Rosana Martí, María Fragoso y Nacho Climent.
Según ha explicado el consistorio, las modelos desfilarán con sombreros, tocados y calzado tradicional realizado para la ocasión, en un desfile que cuenta con la colaboración de las concejalías de Cultura y Dinamización Económica, así como el Rotary Club Jávea, la asociación de Comerciantes Xàbia Port, el artista local, Toni Marí y otras entidades de Xàbia.
Este paseo de los vestidos a apenas unos metros del mar se realizará junto a la escultura de bronce del pintor valenciano que preside el paseo al que da nombre y está abierto a todos los vecinos.
Hace menos de dos años, una exposición temporal del Museo Carmen Thyssen de Málaga sacó a la luz la indisoluble relación entre Xàbia y el pintor, quien conoció la localidad en 1896 y se convirtió en su paraíso particular.
"Jávea, sublime, inmensa, lo mejor que conozco para pintar. Si estuvieras tú, estaríamos dos meses. Estaré solo unos días", escribió Sorolla a su mujer, Clotilde, en un telegrama cuando llegó a la localidad de la Marina por primera vez, recordó en su día Enrique Varela, director del Museo Sorolla de Madrid y comisario de la exposición en el museo malagueño.
De hecho, este fue un hallazgo casi accidental, porque un industrial chileno había encargado al pintor valenciano unos paneles para su casa sobre el cultivo de la vid y la producción de vino, y Sorolla acudió allí en busca de un lugar que le inspirara para esa temática.