A riesgo de enfadar a mi urólogo al que estoy más que agradecida, me sorprenden determinados anuncios en los que andan algunos políticos que, en la recta final de la legislatura, se acuerdan de rendir homenaje hasta al arroz con costra. Hay un perfil de bromas de instagram que se ríe de los titulares que acumula Victoria Federica, sobrina del rey, sobre las chorradas que dicen de ella y juega a que los seguidores adivinemos si ese titular ha sido real o es fake.
Pues estoy expectante, a que algún perfil de ese tipo de Elche, que los hay y muy graciosos, se sume a la iniciativa e incluya alguna de las chorradas que la pre campaña comienza a dejarnos. La escultura del arroz con costra sería una de las mejores chanzas en el capítulo de promesas electorales.
Perdónenme, me encanta el arroz con costra. Está en mi top five, pero el homenaje se lo hago cada domingo que voy a casa de mi madre. Pues ahora el ayuntamiento de Elche ha anunciado que van a poner una escultura del arroz con costra en alguna rotonda. No es fake, se lo aseguro que lo han dicho.
Fuera de bromas, en mi opinión se nos va la pinza con el simbolismo, en esto como en tantas cosas, se nos dispara la metonimia y acabamos idolatrando el objeto por lo que representa. Como una escultura por toda una civilización o cultura. Léase la Dama.
Lo que se supone que homenajeamos con el arroz con costra es el ambiente en el que nos comemos ese plato tradicional, el proceso de elaboración, la elección cuidadosa de las materias primas, la consecución con sapiencia y mimo de diferentes propiedades organolépticas evocadoras, el efecto magdalena de Proust…
Está muy bien reconocer todo esto, pero con una escultural de un perol en una rotonda no sé si es la mejor manera. Piensen qué significado le podrán dar a esa escultura la gente que la vea dentro de 10 años, o 40. (No quiero ni pensar que la cosa pueda acabar como la de “Jaime El Pajas”, la escultura que se ha hecho viral de Jaime I en Banyeres).
No creo que una escultura del perol sea un homenaje que cumpla el objetivo. Me parece que en todo caso, promocionar ese ambiente que genera a su alrededor el plato y reconocer y fomentar el esfuerzo de las personas que se empeñan en mantener su esencia como la Asociación de Amigos del arroz con Costra de Elche sería más efectivo.
Pero la pre campaña es así, muy del tipo “aguántame el cubata que voy”. Tenemos ejemplos de sobra; ya saben que un presidente de Diputación dijo en otra precampaña que pagaría en Elche un Palacio de Congresos y hemos estado enredados con esto cinco años y lo que nos queda. Ayer parecía una broma propia de alguna vieja película de los hermanos Marx escuchar cómo justificaban que no se haya puesto ni una piedra. El alcalde de Elche calificó de “requisitos extravagantes” los argumentos que ahora está dando la Diputación. Carlos González, “el prudente”, sabe de qué va todo esto de sobra.
Estamos en ese momento de la legislatura en el que se promete todo, se besa a todos y en el que los equipos de campaña intentan cada día sorprender e ir escalando puestos en las encuestas. Esas que se hacen “a medida” muchas veces y son una herramienta más de campaña.
En el capítulo de sorpresas les aventuro una. Mucho ojo con el grupo de jóvenes que van a poder votar por primera vez estas elecciones. Se informan solo a través de redes sociales y su desapego a la vida política es tan grande como el desinterés de los políticos en pensar en ellos. Caldo de cultivo para el populismo y el voto tik tok. (En 15 segundos decido a quien voto)