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El último partido de Errejón... ¿y de Montiel?

10/02/2017 - 

VALENCIA. Casi hubo pleno, tan sólo unas pocas butacas quedaron vacías en el salón de actos de La Petxina que aguardaba a Íñigo Errejón para cerrar la campaña de la candidatura 'Recuperar la ilusión' que él encabeza'. Haber elegido la Comunitat como última parada de un viaje de largo recorrido no fue un gesto al azar. Es un territorio declaradamente errejonista, al menos en lo que se refiere al sector oficialista encabezado por el secretario general, Antonio Montiel, quien junto a su equipo ha apoyado su candidatura y proyecto político desde el principio. En una apuesta arriesgada, ha fiado su futuro al triunfo del portavoz de Podemos en el Vistalegre II.

Una maniobra del sector oficialista en la Comunidad Valenciana que puede marcar su futuro. No en vano, una posible derrota de Errejón en el cónclave estatal podría en jaque el liderazgo de Montiel. Y, aunque siempre se ha remarcado que lo que ocurra en Vistalegre II no tendrá consecuencias en los territorios, el apoyo tan explícito podría intensificar los movimientos internos para derrocarle. Más con la particular asamblea valenciana a la espera, y con los críticos guardando distancias -incluso aquellos que respaldaron el manifiesto y simpatizaron con la candidatura- con el errejonismo. La debilidad de la dirección valenciana podría poner las cosas más fáciles a la facción opositora.

Pese a esos riesgos, el núcleo de Montiel mantuvo su apuesta acudiendo a este acto. Un debate de la candidatura de Errejón que empezaba con veinte minutos de retraso. Y que se inició cuando el actual 'número dos' de Iglesias irrumpió en el complejo deportivo municipal acompañado de sus lugartenientes: Rita Maestre, Pablo Bustinduy y la diputada valenciana Ángela Ballester. Los tres tienen un lugar en la lista que el portavoz en el Congreso de Podemos ha elaborado para este segundo Vistalegre.

Tras asegurar a los periodistas en la antesala que continuará en la formación si su contrincante Pablo Iglesias gana el pulso que ambos mantienen –aunque dijo ser consciente de que probablemente pierda "algunas de las posiciones de relevancia" que ahora tiene-, cerca de 300 asistentes lo vitorearon en su entrada al son de "sí se puede" mientras alzaban sus manos haciendo el gesto de la V de victoria –diseño del cartel de su candidatura–. En primera fila lo esperaban los diputados de Les Corts afines: Josep Almería, Antonio Montiel, David Torres y Marc Pallarés. Pero ni rastro de los críticos que algún día se sintieron cómodos con su discurso.

La diputada de Podemos en Les Corts, Fabiola Meco, que no se encontraba en el patio de butacas, se encargó de presentar el acto y de recibir al protagonista con un emblemático poema de Ausiàs March: Veles i Vents. Unos versos que cuentan la historia de un italiano que viaja a Valencia para buscar y seducir a su amada, aunque no sabe si será correspondido. Una metáfora "al pelo" –en palabras de Meco- para ilustrar lo que ha sido todo este viaje en Podemos en el que se espera que los enfrentamientos por quién controla el timón del barco no terminen llevándolo a la deriva. "Estos últimos días hemos vivido con mucho ruido, no han sido días fáciles. Pero después de nuestro proceso de discusión es importante que todos rememos juntos. En Podemos no sobra nadie", aseguraba un conciliador Errejón.

Vino con la tarea aprendida, conocía la tierra que pisaba. Así, manifestó su preocupación por el estado de los convenios de trabajo y condiciones laborales de los estibadores portuarios, quienes hace unos días amenazaron convocaron una huelga para hacer retroceder al Gobierno central en su plan para acabar por decreto ley con el monopolio en la contratación de trabajadores del puerto. Una situación que también agita Valencia. 

Interviniendo en valenciano y lejos de la política autonómica, el secretario Político de Podemos centró su discurso en tres ejes principales: la necesidad de volver a los orígenes de Podemos, la transversalidad que desde el principio ha defendido y la pluralidad del partido que aspira a encabezar. Eso sí, aunque con la dirección coral que defiende su documento organizativo que plantará batalla al de Iglesias y los Anticapitalistas en la segunda asamblea estatal.  

El tono fue conciliador. Empezando por Meco, que quiso reforzar que en Podemos no discuten, debaten; pasando por Rita Maestre, que después de abogar por abandonar los modelos verticales que les habían llevado “por el camino incorrecto” pidió “respeto” y reivindicó que los “adversarios” están fuera del partido, no dentro. “Entre compañeros hay que tratarse bien”, subrayaba -aunque sin hacer referencia a ninguna polémica o enfrentamiento concreto pero que han abundado especialmente en los últimos días en las redes sociales-.

Aunque la diputada Ángela Ballester también mentó este mantra en su discurso, se diferenció del resto. Su condición de diputada valenciana en el Congreso le obligaba a hacerlo, pues, decía, condicionaba sus posicionamientos y reivindicaciones en Madrid: “Estoy muy contenta de formar parte de una dirección estatal porque es necesaria la presencia valenciana para reclamar lo que nos pertenece, una financiación justa. Estamos cansados de esta posición subordinada”, sentenciaba.

Advirtiendo de su aspiración a convertirse en “la fuerza que anticipe la España que viene”, Errejón agradecía, a continuación de Ballester, el apoyo recibido a los que han votado su proyecto.  Y, aunque entonó el ‘mea culpa’ por el “modelo centralizado y presidencialista diseñado en el primer Vistalegre por las prisas” que tuvieron “por llegar a las elecciones”, subrayó que ahora no hay “ninguna excusa para ser una formación madura en la que ya no haya más choques de trenes que han hecho perder muchos compañeros fabulosos en el camino”.

Por eso quizá reforzó la tesis en numerosas ocasiones de que el día en el que Podemos “señale a alguien por discrepar”, habrán “perdido mucho como organización”. Así como también se reiteró a lo largo del acto que el partido morado no reparte carnés “porque no importa de dónde se venga, en Podemos todo el mundo tiene cabida si quiere mejorar la vida de sus vecinos”, aseguró Bustinduy.

Y como no hay nada más cercano e inclusivo que dar voz a las preocupaciones de la gente, Errejón abrió un turno de ruegos y preguntas entre los asistentes. Quería conocer lo que se espera de su proyecto y aprovechar para hacer un guiño a la Comunitat: "es necesario dotar de un mayor peso a los territorios, descentralizar la formación, apostar por una mayor federalización. Y hay territorios en los que esto lo entienden especialmente bien", afirmó. De momento, la andadura ha terminado. Ale jacta est. Que gane el mejor.

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