Tras la puesta a punto del palacio Gravina, sede del Museo de Bellas Artes de Alicante, sus salas se abren al público destacando la figura de los pintores alicantinos Antonio Gisbert, Vicente Rodes y Joaquín Agrasot
ALICANTE. Dieciocho meses es el tiempo que ha requerido la reforma de las instalaciones del Museo de Bellas Artes Gravina para el acondicionamiento de sus salas y la climatización que requería la óptima conservación de las obras que allí se almacenan y exponen. Un tiempo en el que el personal del museo se ha dedicado, mientras tanto, a la restauración y conservación de hasta 81 piezas de su colección permanente, que ahora se muestran al público en plenitud y de alguna forma rejuvenecidas, recuperando el lustre robado por los siglos de historia que acumulan. Esplendor con el que la Diputación de Alicante celebra la mayoría de edad del museo. Dieciocho años poniendo en valor a los grandes pintores alicantinos del siglo XIX.
Como recientemente adelantó Alicante Plaza, uno de los principales atractivos de esta nueva etapa del MUBAG será su espacio destinado al artista de reconocimiento internacional, con cinco obras de Antonio Gisbert. El pintor alcoyano, a quien el Museo Nacional del Prado ha homenajeado este año durante su bicentenario ya que fue director de la pinacoteca entre 1868 y 1873, centra la atención de esta renovada sala bajo tres temáticas diferentes.
Por un lado, dos obras de autorretrato con Mi hermana María leyendo, perteneciente a una colección particular de una familia de Alcoy, junto con Autorretrato en su estudio (1865), cedida por el Museo de Bellas Artes de Bilbao. Más adelante se enfrentan dos obras mitológicas con Venus anadiomena (1858), prestada por la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, junto con Bacante (1857), de la Universidad Complutense de Madrid. Por último, su obra jamás expuesta, de tipo histórico, perteneciente a Patrimonio Nacional: Muerte del Príncipe Don Carlos, hijo de Felipe II (1858).
Pero con motivo del centenario de la muerte de Joaquín Agrasot, se rinde especial homenaje al pintor oriolano en la sala destinada al artista destacado. Allí se podrán encontrar las dos piezas cedidas por el Museo del Prado que ya en mayo avanzó este diario: Lavandera de la Scarpa (1864) y Las dos amigas (1866). Dos protagonistas de excepción, Gisbert y Agrasot, que se suman a Vicente Rodes y su muestra El estudio del natural: De la academia al Romanticismo, inaugurada el pasado mes de noviembre, cuando el MUBAG reabrió parcialmente sus instalaciones.
Así, Agrasot y Gisbert podrán disfrutarse en el MUBAG durante el próximo año. Sin embargo, la muestra sobre Rodes finalizará el 26 de enero. Será entonces cuando las obras del artista que figuran en la Colección Diputación pasen a engrosar y complementar la muestra ubicada en el nuevo espacio expositivo con el que cuenta el museo, habilitado tras la reforma. Y es que en la entreplanta se muestran por primera vez al público los fondos íntegros de la institución provincial sobre los artistas de la Escuela de Dibujo del Consulado Marítimo y Terrestre. En esta nueva exposición, además de Rodes, destacan los trabajos de Vicente Suárez Ordóñez y José Aparicio.
En la planta baja del edificio ha quedado acondicionada una nueva sala que será destinada de forma permanente a Emilio Varela. Sin embargo, el presupuesto de esta primera actuación de reforma y climatización, que ha rondado los 500.000 euros, no ha bastado para culminar dicho proyecto. Será el año que viene cuando el MUBAG pueda inaugurar este nuevo emplazamiento, debido a las complicaciones burocráticas a las que se debe someter el museo, dependiente de la Diputación de Alicante y su nueva ley de contratación. "Desde aquí lanzo un mensaje de auxilio para transmitir que quizá un museo no deba regirse por esos mismos mecanismos legales, que ralentizan el normal funcionamiento", afirmó durante la presentación a los medios Joserre Pérez-Gil, directora del MUBAG.
Durante año y medio se ha realizado un exhaustivo trabajo de conservación y de restauración sobre las obras expuestas en la muestra permanente, El siglo XIX en el MUBAG. De la formación a la plenitud de un artista, y sobre 32 piezas de diversos formatos y técnicas, como pasteles, dibujos, grabados, oleos, abanicos, muebles y elementos ornamentales, de la nueva exposición del Consulado Marítimo y Terrestre de Alicante. Un total de unas 81 obras revisadas e intervenidas en conservación entre las que destacan El marco de Solos de Heliodoro Guillen, Academia (Mitología) de Fernando Cabrera, y Diógenes de Peyret y Bosque.