SANTA POLA. El Guernica cumple años, 80 en concreto. Radio 3 de RNE lo ha celebrado llevando ante él lo mejor de la música que puede ofrecer en sus hondas, como una ofrenda votiva, con su ciclo Suena Guernica. Por él han pasado 12 actuaciones en carne viva,Vetusta Morla, Albert Pla, Jorge Drexler, Belako, Amaral, Rayden, Rosalía y Refree, Christina Rosenvinge, Marlango, Niño de Elche e Iván Ferreiro.
Hace unos días supimos, a través de su perfil de la red social Facebook, que el artista urbano Sam3 había decidido hacer su particular homenaje de aniversario a este icono mundial del siglo XX, y lo había hecho en Santa Pola, utilizando como lienzo la superficie de otro de los iconos del diseño del mismo siglo, el Toro de Osborne varado entre las aguas de las Salinas de la ciudad costera.
Desde el domingo, el Osborne emplazado entre las Salinas de Santa Pola se ha convertido en un ir y venir de turistas y curiosos que aprovechan la notoriedad de la obra por las redes sociales para visitarlo y hacerse fotos con él.
“El monstruo de la guerra fue retratado en 1937 y Guernica es sólo uno de sus nombres, le gusta pastar donde hay inocentes y desarmados. Tauromaquia de cobardes. Reverencia a #picasso”, estas eran las palabras que acompañaban la publicación de una foto a cuerpo completo de la valla publicitaria -no olvidemos que esa fue su función original-, en la que utilizando el mismo cromatismo sobrio que la obra de Picasso, reproducía algunos de sus elementos clave: el toro, el caballo, la madre con u hijo muerto, la bombilla, el guerrero muerto, la mujer del quinqué, la casa en llamas. Incluso ha intentado mantener, en los 14 metros de altura del cuerpo del gigantesco toro, la estructura de tríptico y las triangulaciones de los originales 3,50 por 7,80 de la pintura del malagueño universal.
El artista tras el pseudónimo Sam3 ha puesto en un compromiso a los propietarios del monumento publicitario. Borrar topos de color rosa, una colección de tags, una bandera multicolor, es una decisión discutible, pero legítima. Borrar lo que ya se está convirtiendo, en solo unos días, en una estación más del turismo de la memoria, será más difícil de hacerse entender.
Lo que no acaba de quedar claro es quien sale más beneficiado de esta acción artística… ¿efímera?. ¿El autor? ¿La marca de la valla publicitaria? ¿Las diferentes concejalías y patronatos de turismo? ¿La memoria histórica? Quedan pocos Osbornes ya en la N-332. Con la película Jamón, Jamón ya se convirtió en un objeto fetiche. Ahora, ¿un icono turístico de Santa Pola?