MADRID. El par euro/dólar acumula una escueta rentabilidad desde principios de año de apenas el 0,2% debido a la gran toma de beneficios iniciada el pasado jueves, día en que el BCE subió los tipos de interés 50 puntos básicos hasta el 3%. Aunque la FED subió los tipos (+25 puntos básicos) con menor agresividad que el Banco de Inglaterra y que el BCE, durante la última semana, parece que el mercado está poniendo en precio los buenísimos datos macro que se publicaron en Estados Unidos el pasado viernes, de empleo e ISM de servicios, acompañados por menores rentabilidades de deuda de las principales referencias de renta fija. Por ende, la demanda de dólares puede volver en el corto plazo y la volatilidad en los activos de riesgo también.
Pero, a pesar esta toma de beneficios en el corto plazo, creemos que el repunte de la moneda comunitaria seguirá durante los próximos meses entre otros factores:
Todo ello nos hace pensar que la trayectoria del tipo de cambio, que se ha mantenido desde los mínimos del pasado mes de septiembre (más del 12% de rentabilidad), siga la senda alcista salvo circunstancias geopolíticas imprevistas como un recrudecimiento adicional en el conflicto entre Rusia y Ucrania, nuevas tensiones diplomáticas entre China y Estados Unidos, o nuevos aranceles entre ambos países o con Rusia.
A priori un euro más fuerte relajaría las condiciones macroeconómicas de algunos países europeos que durante el último año han sido castigados -en particular los países principalmente exportadores como Alemania-, al asumir balanzas por cuenta corriente negativas durante un largo periodo de tiempo debido al alto coste de las importaciones energéticas.
Por otro lado, también debería ayudar a que la inflación se relaje en el medio plazo. Además, desde un punto de vista corporativo o empresarial, debería de favorecer a las compañías europeas que tengan la mayor parte de su negocio en moneda local o dentro de su mercado doméstico, en particular sobre todo a las compañías que no tuvieran una fuerte vía de ingresos en dólares. Por ejemplo, Acerinox, que podría verse afectada negativamente en un contexto de caídas del dólar debido a que la mayor parte de su negocio proviene de Estados Unidos.
También una mayor subida de los tipos en Europa en el corto plazo puede dar un impulso adicional a la renta variable europea, en mayor parte favorecida por el sector financiero. En este sentido vemos perspectivas alcistas para el próximo trimestre en bancos medianos como CaixaBank, Sabadell o Bankinter, además de la alta ponderación del sector dentro de los índices de referencia o benchmark europeos.
Desde el punto de vista de análisis técnico, situamos la próxima resistencia del tipo de cambio euro/dólar en zonas de 1,12 unidades y por la parte inferior podemos mantener la calma mientras no se pierda la zona de las 1,05 unidades, es decir, mínimo anual de este año 2023.
Juan José del Valle es analista de la agencia de valores Activotrade