EL VERGER. “De momento sigo como alcalde”. Así acabó este martes Ximo Coll su intervención en el pleno que a la fuerza había convocado los dos partidos de la oposición municipal (PP y Compromís con tres concejales cada uno) con el fin de instarle a dimitir. Un pleno en el que no se sometía a votación ningún acuerdo pero en el que quedó patente lo antagónicas que están las posturas en este pequeño municipio de la Marina Alta. PSPV y Compromís no pueden ni verse desde la pasada legislatura y Coll gobierna el municipio con 5 concejales.
En el pleno, Compromís y el PP reclamaron la dimisión del alcalde por colarse en el proceso de vacunación contra la covid. La popular Adela Moncho hizo un repaso por “seis meses de espectáculo” en El Verger, primero fue la aprobación de los presupuestos y la moción de confianza, luego fue una polémica por una campaña de la concejalía de Igualdad con mensajes en forma de piropos que también saltó a la fama mediática nacional igual que la de la vacunación de Coll (y su esposa, la alcaldesa de Els Poblets).
Moncho exigió que pidiera disculpas a los vecinos y “se deje de excusas”, ya que a su juicio la inoculación de la dosis “atendió a una decisión personal en la que ha primado su persona”. Y le instó a “abandonar el cargo porque con esto ha demostrado que no es un buen capitán del barco”. Pero la popular fue más allá y le espetó que “un sueldo no puede justificar el acto” para renglón seguido añadir “usted ha demostrado hoy -por el martes- que ha empezado a ser prescindible”.
En la misma línea argumental se mostró el portavoz de Compromís, Basili Salort, fueron compañeros de gobierno la pasada legislatura, con sus más y sus menos, pero le dijo que “la mejor decisión ahora era la dimisión” y exigió a los otros cuatro concejales del PSPV “cumplir lo que ha pedido del partido”. Salort comentó que respetaban la decisión que tomara “pero pensamos que hasta aquí hemos llegado”, y quiso desearle “lo mejor en lo personal y lo profesional”.
El nacionalista expuso que la renuncia de Coll “es la mejor decisión para la imagen” del municipio y aseguró que esto es “un problema político de gobernanza del pueblo y del prestigio de nuestro municipio”. En el debate con el alcalde, tras concluir este su alegato, Salort arrancó el compromiso de la renuncia al cargo si así lo exigía formalmente el PSPV.
Por su parte, Coll centró su intervención en tratar de defender que no se había saltado “ni un protocolo sanitario establecido”, relató como fueron avisados para recibir la vacuna y que desde el centro de salud de la localidad llamaron a sanitarios, policías locales, guardias civiles, farmacéuticos y dentistas.. “era las 16 aun han sobrado dosis y por eso nos llamaron”.
El socialista, que durante los primeros días de la noticia apareció en todos los informativos y programas matinales para tratar de rebajar la polémica, consiguiendo el efecto contrario, volvió a pedir disculpas públicas, pero insistió en que desde su punto de vista, moral y político no cometieron “ninguna irregularidad”.
Coll también echó mano del comunicado que hizo la gestora de la sanidad comarcal, Marina Salud, poco después de hacerse pública la vacunación en la que se destacaba que todas las dosis se han inoculado siguiendo los protocolos y con el criterio de los profesionales sanitarios.
Y criticó que la oposición es capaz de convertir una cuestión de habladuría de correveidiles en una cuestión de estado”, en alusión a que toda la polémica trascendió cuando en la junta de portavoces hace unas semanas el propio Basil.li Salort le preguntó por el rumor que había en el pueblo al respecto y el respondió que era cierto.
Además acusó a PP y Compromís de intentar “asaltar esta alcaldía con una cuestión menor” e insistió que a él y al equipo de gobierno les había elegido el pueblo “y lo único que nos puede tirar a la calle es una moción de censura o las elecciones”.
En tierra de nadie y con una difícil papeleta quedaron en el debate los cuatro concejales socialistas, Miguel Pou ya avanzó en declaraciones a los medios antes del pleno, la que sería su postura. Los expedientes abiertos por el PSPV y la investigación de la Conselleria de Sanitat, no se han concluido. En el debate su compañera, Inma Pericás, aseguró que “el hecho de renunciar al acta de concejal, es un hecho personal que debe asumir quien ostenta el cargo, y no un hecho impuesto por el pleno municipal, el acta es personal, y por tanto la dimisión es personal, por mucho que se exija la dimisión. No tiene relevancia jurídica”.
Con todo, estará por ver como actúan la dirección comarcal del PSPV que dirige Óscar Mengual y la provincial que dirige el xabiero José Chulvi. Las presiones que a buen seguro han ejercido desde todos los ámbitos socialistas con su alcalde, para la renuncia al cargo hasta ayer no llegaron a buen puerto. Coll no obstante deslizó durante el debate que el estaba en un partido por algo insinuando que asumirá la decisión.
Mientras tanto Compromís y PP siguen valorando la moción de censura, si bien, Basili Salort apeló a los ediles socialistas durante el debate “estaremos apoyando si es necesario”, aunque posteriormente añadió que están dispuestos a valorar “todas las opciones que recoge la Ley de Bases de Régimen Local”.