ALICANTE. La multinacional de origen francés Eiffage asumirá la construcción de las naves cerradas para canalizar la carga y descarga de graneles en el Puerto de Alicante. El consejo de administración de la Autoridad Portuaria (APA) ha aprobado este viernes la adjudicación del concurso de obra de la nueva terminal, prevista en el muelle 17, a cambio de su explotación comercial durante los próximos 30 años, tras comprobar -como había adelantado Alicante Plaza- que la propuesta técnica presentada por la compañía cumple con los requisitos técnicos establecidos en el pliego de condiciones.
La propuesta de Eiffage contempla una inversión de 8 millones de euros para que la nueva infraestructura pueda estar operativa en el arranque de 2020, con una previsión de tráfico de 1,5 millones de toneladas de materiales pulverulentos. Es decir, cerca del 50% del volumen de tráfico global que se mueven en el Puerto, según ha destacado su presidente, Juan Antonio Gisbert, al dar cuenta del acuerdo. De hecho, Gisbert ha subrayado que su construcción resulta esencial para la supervivencia del Puerto de Alicante como puerto de interés general, ya que "las naves cerradas resultaban imprescindibles para que se mantuviese esa operativa de la que depende gran parte de la actividad económica del Puerto; la legislación ambiental marca unos determinados parámetros y lo que está claro es que esa legislación cada vez va a ser cada vez más restrictiva". "Llevamos dos largos años de contactos y de trámites en busca de una solución que fuese viable para que el Puerto pudiese contar con una terminal de estas características y lanzamos el concurso cuando constatamos que sí existía el interés de algún inversor en desarrollarlas", ha insisto.
En esta línea, ha añadido que la única forma de que el Puerto contase con esta futura terminal es que la inversión la asumiese la iniciativa privada. "Que todo el mundo sea consciente de que ni el Ministerio de Fomento, ni la Generalitat, ni ninguna administración podía financiar su construcción; en la Unión Europea los puertos funcionan en régimen de competencia, de modo que la inversión pública en la construcción de la terminal para que se canalice la operativa de empresas estibadores habría sido considerado como una ayuda de Estado y, por tanto, declarada ilegal", ha remarcado.
¿Qué condiciones reunirá el proyecto concebido por Eiffage? Su propuesta comprende la construcción de una nave central única, de 22.000 metros cuadrados de superficie, 362 metros de longitud, 50 de anchura y 17 metros de altura (aproximadamente el equivalente a un edificio residencial de tres plantas). Gisbert ha confirmado que en el pliego del concurso no se había fijado ningún límite ni condición previa sobre la altura del edificio y ha considerado que era una buena noticia que la altura propuesta para la estructura de las naves sea de 17 metros si se tiene en cuenta que "las naves cerradas del Puerto de Santander" a las que se ha venido aludiendo hasta ahora como referencia "tienen una altura de 45 metros".
El presidente de la Autoridad Portuaria ha insistido, como también ha publicado este diario, en que Eiffage deberá obtener ahora "todas las autorizaciones y permisos de obra y de actividad requeridos", tanto las que dependen de la Conselleria de Medio Ambiente, como del propio Ayuntamiento de Alicante. Así, ha detallado que, de acuerdo con la programación prevista por la APA, las obras podrían iniciarse a finales de abril de 2019 y estar finalizadas en diciembre de ese año. Para entonces, cualquier empresa que se dedique a la carga y descarga de materiales pulverulentos deberá organizar la operativa en esas naves cerradas, tras alcanzar los correspondientes acuerdos comerciales con Eiffage.
En la actualidad, son tres las empresas que se dedican a la estiba de graneles: Bergé Marítima, Alacant Port y Cesa Alicante. Con todo, Gisbert ha señalado que la terminal tiene capacidad para mover hasta 3 millones de toneladas anuales, por lo que podría llegar a acuerdos comerciales con otros posibles estibadores o multiplicar la carga actual de los tres citados operadores. Eso sí, ha recalcado que toda la actividad se canalizará a cubierto, incluido el transporte desde los buques a las naves (y viceversa) a través de cintas mecánicas.
El portavoz municipal de Compromís, Natxo Bellido, por su parte, ha sido el primer dirigente municipal en valorar el acuerdo del consejo. "Para Compromís hoy es un día importante para la ciudad", ha señalado a través de un comunicado. "Este es el fin del camino tras tres años de trabajo junto a la Autoridad Portuaria. Que la actividad pueda desarrollarse con todas las garantías medioambientales en beneficio de los vecinos residentes próximos al Puerto. De esta manera se va a seguir poder operando en pro de trabajadores y conjunto de la ciudadanía de Alicante", ha añadido. Por último, ha lamentado que "el PP durante años no puso medidas para solucionar el conflicto y, ahora gracias al gobierno del Botánico, se ha dado una viabilidad a la actividad. La mejor solución para el futuro del Puerto y garantizar su competitividad".