VILLENA. Hace justo un año, en momento de confinamiento total, Alicante Plaza hablaba con Carlos Pérez, que, en aquel momento era el director de Ingeniería de Eventbrite, la plataforma tecnológica global de gestión de eventos y de compra de entradas con una de sus sedes punteras en Villena. Era un momento de incertidumbre para el sector, pero desde el centro de trabajo en Villena apostaban por renovarse para continuar. No obstante, tiempo después, la multinacional con sede en Estados Unidos planteó un ERE con el que cerró varias de sus sedes en Sao Paulo (Brasil), Vancouver, (Canadá), Berlín (Alemania) y también la del municipio villenero. A pesar del golpe para quienes trabajaban en este proyecto desde la provincia alicantina, de este cierre ha nacido un nuevo proyecto independiente, made in Villena y que impulsa y hace crecer startups en Silicon Valley. Se llama Devaway y tiene en su equipo a buena parte de este equipo especializado en ingeniería y desarrollo de producto y también a exjefes de Eventbrite que salieron de la empresa tiempo antes del ERE. Un año después, este diario vuelve a hablar con Carlos Pérez, ahora director financiero de Devaway, para preguntar por las novedades de esta firma tecnológica que crece mes a mes.
Para entender el recorrido de Devaway es necesario conocer los inicios del equipo, que nació con la compañía Telémaco, de Villena, y que fue socia de Ticketea hasta que en 2018 la adquirió Eventbrite, que buscaba presencia en varios puntos de Europa y tenía planes de crecimiento entonces. "Lo que ocurrió fue que afectó mucho la pandemia a Eventbrite, que es una multinacional para eventos en vivo. Su plan de supervivencia pasaba por cerrar oficinas en todo el mundo", afirma Pérez. También es necesario conocer el proceso de cambios durante 2020 y lo que va de 2021. La experiencia del cierre de la oficina de Eventbrite en Villena fue "un poco decepcionante", según asegura Pérez. "Al ser nuestro departamento el de ingeniería nos dijeron que no había peligro, pero la previsión no fue realista. En Estados Unidos es más fácil despedir, la empresa decidió hacer ERE que afectó a decenas de personas entre Madrid y Villena". Hubo dos meses de negociación de ese ERE pero "no había mucho que hacer, ya había una decisión, aunque no estábamos de acuerdo".
Con esta situación, el equipo de Villena lo formaban empleados de Eventbrite hasta junio de 2020 y en julio cerró la oficina. "Fue una pena, porque el plan de crecimiento de Eventbrite en la provincia de Alicante para 2020 era el más ambicioso: duplicar plantilla ese año, era una oportunidad genial para la provincia y podía convertirnos en centro de referencia de Silicon Valley en la Comunitat Valenciana", mantiene Pérez. Así, asumieron lo que pasaba con una respuesta "bastante emocionante" por parte de un equipo que había creado una "identidad de oficina" muy grande. Según el director financiero de Devaway, "cuando pasó esto estábamos peor por dejar de trabajar juntos que por la empresa".
No obstante, de esas cenizas nació el germen de Devaway. "El feedback que daba la gente era de ganas de seguir juntos. También lo recibimos de antiguos compañeros que dejaron Eventbrite antes del ERE y que ahora están en San Francisco". Según el cofundador de Devaway, fue "genial" que quienes fueron antiguos compañeros estadounidenses, les quisieran ayudar. "Movieron contactos para la nueva firma mientras por otro lado se negociaba el ERE". Y es que, en Estados Unidos buscan perfiles de ingenieros, y captan ese talento de forma veloz "y pagan muy bien".
En ese instante vieron que era el momento para pivotar hacia la creación de partnerships con startups, principalmente de Silicon Valley, y servirles de apoyo para arrancar proyectos y hacerles avanzar de fase. "Teníamos ya experiencia de sobra en ello y, dentro de la labor que hacíamos en Eventbrite era la parte que más nos gustaba", señala Pérez. Y es que, estos profesionales fueron quienes idearon -aún para Ticketea- los primeros sistemas de pago o acceso con pulsera y chip para festivales, o interacciones con terceros, entre otras ideas que han calado. "En retrospectiva, lo que más habíamos disfrutado era empezar desde cero proyectos y aportar la arquitectura y hacer los prototipos. Precisamente, ahora hay mucha demanda de ese trabajo en San Francisco, las startups necesitan a quienes les hagan los productos mínimos viables, por ejemplo. Ese fue nuestro arranque en Devaway. Comenzó muy bien, aún estábamos a la espera de la indemnización por el ERE y ya teníamos contratos cerrados para el nuevo proyecto", asegura el cofundador de Devaway.
De este modo, ponen el foco en empresas "recién nacidas" o que están en estado temprano y ellos les aportan tecnología y arquitectura para crecer. Así, montaron el partnership en Estados Unidos en agosto de 2020 y, tras un par de meses de rodaje ya tenían un par de startups partners. "Ya vimos que funcionaba".
¿Cómo es el engranaje de Devaway? Su equipo de desarrollo está formado por 21 personas desde Villena y otros puntos de la provincia de Alicante -en agosto de 2020 eran 15 y ya han crecido-. Después está el departamento comercial que opera desde California y que fue con quienes montaron a medias este proyecto. Ahora tienen entre manos seis proyectos entre Estados Unidos y Australia a los que ayudan a "pasar de nivel" y de los que tienen claro que quieren que acaben en exits. "Nuestro modelo no es el de anclarnos con clientes, - como puede pasar con las consultoras- sino de seguir captando nuevos proyectos".
En el trabajo buscan la proximidad geográfica en la provincia de Alicante porque, a pesar de buena parte del trabajo es en remoto, también ven positivo trabajar presencialmente en sede. "La oficina de Villena se mantiene; ahora no alberga a más de diez personas, pero está abierta a todo el mundo cuando quieran, ya sea una vez al mes, o una a la semana".
El foco de su trabajo seguirá en Estados Unidos, porque hay más oportunidades con las startups. "España está siempre a mano, pero el reto ahora era conseguir clientes en Silicon Valley y lo estamos haciendo, es la prioridad", asegura Pérez. No obstante, crecerán en más territorios cuando sea conveniente. A pesar del "buen nivel de desarrollo de startups en España y la provincia y de un talento comparable" a San Francisco, según el director financiero de Devaway, la diferencia está en el nivel de inversión, mucho mayor y más fácil en Estados Unidos.
¿Con qué proyectos colaboran desde Devaway en Estados Unidos? Por ejemplo, con Novi, que es uno de sus casos de éxito más claro por el momento. Cuando empezaron a trabajar con ellos, la startup acababa de recibir 1,5 millones de dólares para hacer crecer este proyecto centrado en la salud en el hogar ayudando a empresas a obtener ingredientes "limpios y seguros". De este modo, necesitaban desarrollar una plataforma como base para convertirse en un servicio de referencia para marcas de belleza, así como para muchas otras empresas que venden este tipo de productos. Con Devaway rehicieron la aplicación dándole un aspecto usable y gracias a esta mejora han conseguido su segunda ronda de financiación, mucho más grande en cuestión de dos meses. "Ahora tienen clientes más grandes y en este tiempo han conseguido tener un producto que genera ingresos", afirma Pérez.
Y es que, este villenero considera que "con iniciativas como esta y con otras de la provincia estamos consiguiendo una nueva industria, la idea es que capilarice y que se vea a la Comunitat Valenciana como un hub tecnológico, y que nos acompañen cada vez más".
Otras de las startups con las que trabaja Devaway "y que están funcionando muy bien" desde Estados Unidos y Australia son Olema.io, withjoy.com, wraptt.com o rightsideup.com. En 2021 quieren continuar creciendo en productos y clientes y están en búsqueda activa de perfiles de trabajadores, entre otros medios, a través de su web devaway.io. Con ello quieren llegar a tener un equipo de entre 30 y 35 personas a final de año. También quieren llegar a ocho proyectos en este período. "El secreto es introducir métodos ágiles de desarrollo y ser muy selectivos con quién y qué escogemos", apunta Pérez. Reinventarse para seguir en pie.