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¿Conoce la represión republicana en el Alicante de los años 30?

12/02/2024 - 

La crónica de hoy empieza por donde terminó la anterior. Ya verá por qué. Se lo avisé. Aunque pensaba esperar algunas semanas para hacerlo, me he decidido a contárselo hoy, así tienen más fresco el origen de este escrito.

Me gusta que los acontecimientos sociales tengan nombre propio. Que sus protagonistas sean personas como podemos serlo nosotros, con sus sueños, sus anhelos o sus esperanzas. Individuos que no eligieron estar donde su destino los puso pero que con su empeño salvaron la vida y emprendieron hechos algunos de ellos de mucha importancia para la ciudad de Alicante y sus ciudadanos.

El cónsul de Argentina, Eduardo Lorenzo Barrera Stang, vuelve a destacar aquí por la narración de sus actos. Y el de su gobierno. Sin su coordinación no se hubiera podido organizar la huida en sus buques Tucumán  y 25 de Mayo de miles de refugiados perseguidos por autoridades republicanas que no les deseaban nada bueno.

Además de salvar a perseguidos políticos, a empresarios, y sus familias, Barrera protegió a diversas personas como el liberal Francisco Alberola Such quien llegó a ser alcalde de la capital alicantina entre los años 1949-1954, además de vicepresidente de la Caja de Ahorros de Alicante entre otros cargos.

Deje que le nombre algunos de esos refugiados que, gracias al apoyo de las autoridades del Consulado argentino en Alicante, pudieron tener otra oportunidad para disfrutar de su libertad.

Bienvenida Navarro Catalán, casada con Luciano Trpodi, emprendedor empresario italiano de textiles. Cuando estalló la guerra civil huyeron a Marsella en el buque Tucumán desde Alicante. Estaban amenazados por mercenarios republicanos por ser católicos y de derechas. Eran finales de 1936. Después de la guerra volvieron a la capital alicantina, emprendieron varios negocios y llegaron a hacer una gran fortuna que destinaron a investigaciones médicas.

Carmen Lacy Zafra, hija del I Marqués de Lacy. Casó con el abogado Ramón Alberola, perseguido y encarcelado en Madrid cuando estalló la Guerra Civil Española por ser militante del partido monárquico Renovación Española. Carmen y su hija encontraron refugio en la Embajada argentina. Trasladados a Alicante consiguieron embarcarse en el Tucumán el 21 de diciembre de 1936 junto con otros 127 refugiados.

Ramón Bono, hijo del empresario alicantino del mismo nombre, que llegó a ser militante y vicepresidente del comité provincial alicantino del Partido Republicano Progresista, al estallar la guerra civil española fue acusado por un vecino porque decía que era favorable al bando nacional. Ya ve, tampoco se respetaban entre aquellos que fueron de la misma ideología republicana. Fue época de intrigas, rencillas, envidias y venganzas. Para evitar el terror rojo, que así se llamaba, se embarcó en el Tucumán el 14 de febrero de 1937 junto con otros 217 refugiados.

La lista es muy larga, David Rubio recopila y cuenta de algunos de estos refugiados en Alicantepedia. Gracias a él, y a la narración de acontecimientos de aquella época como los del historiador Vicente Ramos, podemos imaginar el testimonio, las esperanzas y certezas de aquellos durante la espera y después de embarcarse rumbo a lo desconocido.

Por cierto, Eduardo Barrera se trasladó en 1938 con su familia a la finca Villa Marco en Campello propiedad del empresario René Bardin. Allí también protegió a no pocos refugiados. Por un acuerdo con Antonio Ramos Ayús, funcionario de la Diputación, en el que participó también Francisco Alberola Such - según nos cuenta Rubio -, Barrera escondió en dicha finca la reliquia de la Santa Faz para evitar que fuera destruida o quemada por mercenarios republicanos como los que entraron en la iglesia de su Monasterio arrasando con todos los símbolos católicos que encontraron a su paso. Casualidad de la vida que fuera este Cónsul argentino quien guardara reliquia tan venerada por los alicantinos.

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