ELCHE. Después del teórico final de las negociaciones entre la confluencia entre Podemos-Esquerra Unida-Alternativa Republicana y Compromís, o al menos amago de final por parte de Iniciativa, las tres fuerzas han formalizado este viernes su acuerdo para concurrir juntos a las elecciones municipales de mayo. Eso sí, siempre que no prospere la alianza con Compromís, algo a lo que no se cierran dado que según su versión, no han finalizado oficialmente las negociaciones, pero el hecho de que hayan presentado este viernes el acuerdo habla por sí solo. Si las expectativas por ambas partes eran bajas antes de iniciar las negociaciones, después de la postura de hace unos días por parte de Iniciativa deja el asunto prácticamente zanjado.
La vocación, según explicaba el candidato por Podemos Moisés García, y que sería el alcaldable de la confluencia, es "formar una candidatura amplia", y añadía que también abierta a colectivos sociales, explicando que han estado hablando en ese aspecto con asociaciones como Volem Palmerar, Salvem el Mercat, las aparadoras o ecologistas como Margalló, así como con vecinos que se están movilizando contra los proyectos de fotovoltaicas que se han presentado en el municipio. Una cuestión que aseveran quieren paralizar y revisar si entran al Ayuntamento. También indica García que han hablado con vecinos de barrios y pedanías para escuchar sus revindicaciones.
En este sentido esgrime que esperan que su candidatura sea "decisiva" y que nace "desde el respeto y la generosidad, teniendo en el centro a las personas". Hacen un llamamiento a que se sumen "aquellos que se han sentido ninguneados sistemáticamente por las políticas por el equipo de gobierno durante los últimos ocho años". Han estado dos años trabajando en este acuerdo para presentar "una alternativa que defienda los servicios y derechos sociales, laborales, para poner en valor nuestro patrimonio y nuestra cultura, protegiéndola de la privatización sistemática a la que asistimos estos años". En ese sentido hacía mención especial a la "privatización de nuestros campos y pedanías que este Ayuntamiento no quiere frenar", en referencia a las plantas solares.
Por su parte, el coordinador de Esquerra Unida, Fernando García, hacía mención también a la "relevancia" del acuerdo, diciendo de la candidatura que busca "la transformación, hacia una ciudad más amable, que apueste por la sostenibilidad energética, por la justicia social, políticas integradoras, claramente feministas, democráticas, cuyo objetivo es que vivan bien aquellos que siempre han vivido con precariedad y zozobra como las capas obreras y populares". También a la transparencia en la gestión.
El último de los representantes, Carlos Medina por Alternativa Republicana explicaba que llevan tiempo trabajando en otras cuestiones como la memoria histórica, que quieren hacer de freno "frente a las derechas que en otros municipios impulsan privatizaciones u ordenanzas de la vergüenza", especificaba en referencia a Alicante. Rompía también una lanza en favor de "un futuro para los jóvenes, porque nos hemos comido crisis tras crisis y hay que ofrecer esperanza a la gente y devolver la ilusión por la política".
En cuanto al acuerdo con Compromís, siguen abiertos pero añadía de nuevo Moisés García, que "no fuimos nosotros quienes se levantaron de la mesa de negociación", según su versión, con sus dos propuestas: el 3 y el 5 para la confluencia, siendo el secretario de grupo para Esquerra Unida y quedando Podemos sin asesores, o incluso que el propio García renunciara si era la persona el problema de cara a ese hipotético tercer puesto. Ellos por su parte rechazan ese número 3 rotatorio que había ofrecido Compromís: "La confianza que no teníamos ha quedado corroborada cuando llamaron a los medios".
En cuanto al nombre de la alianza, aún no tienen, están pendientes de que se pueda refrendar uno a nivel autonómico por si debe hacer de paraguas para acoger acuerdos similares en las principales ciudades. En cualquier caso, será una misión difícil por lo disputada que estará la competencia en la izquierda. Quedará ver cómo afecta la dispersión del voto a la confluencia y a Compromís. Eso sí, los tres concejales a los que aspiraban a intentar conseguir si iban juntos 'cuestan' unos 10.000 votos.