ALICANTE. La multinacional Cemex ha logrado la declaración de impacto ambiental positiva a su solicitud de ampliar la cantera de Serra Mitjana, ubicada en el término municipal de Alicante, que, a su vez suministra calizas y margas para el suministro de la fábrica de cemento gris.
En la actualidad la superficie afectada por la explotación de la concesión de Sierra Mitjana es de 56,42 hectáreas, de forma que, con el nuevo permiso, el perímetro de ampliación propuesto lo eleva a 65,59 hectáreas, de las cuales 63,8 son las realmente afectadas por el proyecto de explotación-restauración.
El informe positivo está emitido por la Dirección General de Calidad Ambiental, con fecha 12 de julio, y en él, se deja claro que la ampliación propuesta se justifica desde el punto de vista de realizar una restauración acompasada al ritmo de explotación, de forma que "los bancos explotados se restaurarán conforme se abandonan, reduciendo así el impacto visual, paisajístico y medioambiental de la explotación y haciendo coincidir el final de la explotación con el final de la restauración". "El procedimiento de explotación previsto será mixto haciendo uso de explosivos y arranque mediante bulldozer. El todo uno se transporta a la planta cementera propiedad del promotor situada a cuatro kilómetros", dice el informe.
El proyecto valora las reservas de la cantera Sierra Mitjana en unas 48.863.990 toneladas, de manera que se ha estimado un ritmo de producción de 1.628.800 T/año, por lo que la vida útil prevista para la explotación es de 30 años, según la Generalitat Valenciana.
La nueva concesión incluye un plan de restauración integral de la zona. El presupuesto calculado para el PRI asciende a 1.872.030 euros; es decir, que la inversión por hectárea será de 29.250 euros.
Esta nueva autorización se suma a la que ya logró Cemex para su cantera en la Serreta Llarga, también en Alicante y muy cerca de la Serra Mitjana. Entonces, la multinacional ya logró ampliar la superficie de su cantera y gozar de otros 30 años de concesión para explotarla. Ahora, estas canteras y sus permisos no han estado exentos de polémicas, pues en 2018 algunas de ellas fueron expedientadas por la Conselleria de Transición Ecológica por carecer de la preceptiva licencia de emisiones a la atmósfera, que se convirtió en obligatoria para las actividades extractivas tras la modificación legislativa de 2007.
