BENIDORM. Benidorm llenará sus calles y alojamientos este fin de semana para despedir el 2022. Año en el que los apartamentos turísticos hacen un balance positivo después de empezar renqueante por los altos casos de covid y las restricciones en los primeros meses. El presidente de la asociación de apartamentos turísticos (Aptur CV), Miguel Ángel Sotillos, aseguró a este diario que para este fin de semana en el que se celebra la Nochevieja, los pisos turísticos de la ciudad rozarán el lleno, con ocupaciones de entre el 95 y el 100%. Eso sí, las estancias serán por poco tiempo, un par de días porque no alargarán hasta Reyes.
"Ha sido un año bueno", dice Sotillos, remarcando que hasta Semana Santa no hubo apenas actividad por la pandemia. Desde entonces, se abrió al público español que salía de casa con miedo y no conseguían una ocupación parecida a la de la antigua normalidad. Llegados a mayo y junio fue subiendo, pero seguía sin ser tan bueno en líneas generales.
El antes y el después se vio en los meses grandes del verano: julio y agosto. En este tiempo se concentró "mucho trabajo" que dejaron ocupaciones altas y con "buenos precios". Sin embargo, septiembre volvió a "flojear" debido a que en la Costa Blanca, y sobre todo Benidorm, el turismo familiar deja paso a la mediana edad española y los extranjeros. Pero no ha terminado de despuntar, sobre todo con los visitantes internacionales, que han acusado el problema de la economía actual, con incrementos del IPC, la cesta de la compra o la factura de la energía. Además, Sotillos recuerda que los vuelos desde el extranjero siguen sin recuperar su esplendor de 2019 y están por debajo en asientos.
Con todo, a pesar de que Benidorm cuenta con una planta alojativa grande que cuesta llenar, el empresario aseguró que se acercan a la facturación del año previo a la pandemia. Un logro teniendo en cuenta "que ha sido un año de nueve meses en lugar de 12" por las restricciones ya comentadas.
Al margen de estas buenas noticias está la liquidez de las empresas. Después de unos años duros en los que muchas de ellas se han tenido que endeudar para seuguir a flote en los meses más complicados de la pandemia, ahora toca pagar todos estos préstamos "que ahogan la liquidez diaria", de las pymes y autónomos, no de las grandes cadenas, quiso matizar Sotillos.
Desde Aptur ven con incertidumbre el futuro a corto plazo por las escasas reservas para enero, que es "más flojo que otros años", según Sotillos. Así que dijo que les tocará "luchar este invierno hasta Semana Santa, mes a mes y quincena a quincena para atraer a turistas". Algunas de las apuestas para conseguir adeptos dice que no están funcionando como les gustaría. Es el caso de los nómadas digitales. Sotillos cree que algunas de las empresas que tienen teletrabajadores están haciendo volver a sus empleados a la oficina, sobre todo aquellas que no están vinculadas al mundo de la tecnología.
Tampoco es la panacea ofertar viviendas para aquellos extranjeros que no quieren pagar facturas desorbitadas de luz en sus países. "Nos piden 500 euros al mes, incluyendo luz e internet", se queja el empresario, señalando que eso no son precios competitivos para las viviendas vacacionales.
"Se espera un verano normal", comentó el empresario, que teme por los ahorros de la clase media a la que le puede afectar la deriva de la economía: la subida del IPC, las revisiones al alza de las hipotecas, la subida de impuestos o la bajada de la actividad económica. Todo ello factores que amenazan a la salida de viaje por ocio. Sin embargo, cuentan con la esperanza de que las vacaciones son cada vez una prioridad más alta para la sociedad, "no están por renunciar a ellas", concluyó.
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