La felicitat, cíclicament
L’arribada del bon oratge sempre té un punt de catarsi, de renovellament. El cos s’adapta a la calor i a les olors. També a les pèrdues.
L’arribada del bon oratge sempre té un punt de catarsi, de renovellament. El cos s’adapta a la calor i a les olors. També a les pèrdues.
Enmig d’una plataforma de fusta, construïda a la vora del riu Chao Phraya, un músic tocava amb la seua guitarra els primers acords d’una cançó d’Eric Clapton. Al voltant de l’escenari algunes cadires estaven ocupades per parelles de jubilats occidentals, que havien decidit acomiadar la jornada en aquell entorn aquàtic, potser esperant que la frescor de la nit els llevara eixa suor permanent dels carrers de Bangkok.
Un día antes de aterrizar en Italia acabé comprando los Paseos por Roma que escribió Stendhal entre 1827 y 1829. Lo juro, surgió de la nada en la librería, con el Coliseo en la portada, con los colores de la pintura romántica, con esa letra minúscula de libro de bolsillo y ese diseño académico para estudiantes de filología, de humanidades, de historia del arte o cosas peores
Decidí darle una segunda oportunidad para Elegía, la novela de Philip Roth. Calculé haberla comprado un par de años atrás, o quizás antes. Y aquel verano, pese a la brevedad del libro, lo abandoné sin razón, sin decepción y sin tristeza. Como suceden gran parte de las cosas
Todo ese escenario del 14 de Julio va llenándose de vida conforme aparecen los personajes, los asaltantes de la follie Titon, el matrimonio que desciende a la morgue para identificar uno de los cadáveres de las primeras revueltas, el juego y las joyas de Versalles, la deuda, los cambios de ministro, el fuego, las barricadas en las calles de París
Todo vuelve, hasta el telón de acero, igual que vuelve nuestro pasado más fantasmagórico. Y , en esa querencia tan española por emular la historia, no es de extrañar que Antena 3 invierta en una serie titulada Palomares, en la que aparezca Fraga Iribarne sumergiéndose en la costa de Almería y retozando en sus playas, junto al embajador estadounidense, mientras el NO-DO graba la escena para salvar el turismo español
En la presentación de un libro, alguien le preguntó a Antonio Muñoz Molina si había montado en helicóptero. El escritor, desconcertado por el interés, respondió que no. Aún hoy no he podido descifrar a qué santo vino esa pregunta. Lo único que sé es que, por entonces, ya estaba dispuesto a escuchar y a leer todo aquello que viniera de esas manos
Leila Guerriero comienza a conversar con el pianista en su departamento de Once, un barrio popular del centro de Buenos Aires. Y entre esas conversaciones, budines y pasteles, confidencias y maldades, se yergue un personaje fascinante, un geniecito de la música atrapado en el piso 12 de un edificio modernista, a espaldas de los teatros de la avenida Corrientes
Mañana se cumplirán cien años del nacimiento de Eva Perón, el personaje de ficción más controvertido de la Argentina. Ella, y no Perón (Juan Domingo), fundó un movimiento, una época y toda una tradición literaria que aún perdura en nuestros días
Hasta Stéphane Hessel entrevió el peligro de una indignación generalizada, y al año siguiente de ese ¡Indignaos!, publicó con mucha inteligencia ¡Comprometeos! Porque la indignación y el compromiso no son lo mismo
Javier Pérez Andújar practica una suerte de culteranismo de barrio, de filigrana a la hora del vermut, las papas y las aceitunas. Donde tras una referencia a Modigliani y a la Francia socialista de Jean Jaurès, aparece una señora sentándose a ver Pasapalabra, porque hay un bote de más de un millón de euros
Los atentados del 11-M se sostenían a partir de la imagen de los trenes reventados y de los sonidos de los periodistas informando vertiginosamente sobre la cifra de muertos. Por eso resultaba difícil escribir una novela sobre Atocha, Santa Eugenia o el Pozo del tío Raimundo. En el país del realismo, la realidad era tan indiscutible que cualquier reformulación parecería menor
En las cajas que desembalo ahora, en la recta final de la mudanza, saco el tomo del Quijote, con esa dedicatoria: Con cariño, Antonio. Para que te acuerdes. Y me acuerdo, no solo de él, sino de mucho más
Selva Almada trae siempre esos cuestionamientos de la infancia y la adolescencia. Con ella transitamos por esos umbrales y esos pasillos que conducen a lo que somos hoy en día
Cada mañana, decía Gramsci, quiero ajustar las cuentas conmigo mismo. Cada hora de mi vida quisiera que fuera nueva. Hace unos años comenzó a circular por la red una carta de Antonio Gramsci en la que declaraba sin ambages su odio contra el Año Nuevo
¿Qué hacer cuando nuestras propias palabras se han vaciado de contundencia y han perdido su capacidad de emocionar o de convencer? ¿Qué decir cuando nuestro lenguaje suena manido, insustancial, como si recitáramos el manual del buen rojo? ¿Qué pensar ante el sueño de la razón y ante el valor creciente del desprecio y la crueldad?
Los recuerdos de la protagonista, los silencios familiares que pretende completar, la casa, el jardín, el aguacate, los amigos, la juventud de los padres. El intento de viajar a Montevideo, como si se pudiera viajar al pasado para hablar con los muertos y que nos cuenten una vez más las historias que ya nadie nos cuenta
Ida Vitale completaba junto a Juan Carlos Onetti e Idea Vilariño ese panteón de los hombres y las mujeres (sobre todo mujeres) que ubicaban a Uruguay en el lugar de la emoción