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análisis ap - el nombramiento de la nueva titular de sanidad 

Ana Barceló: Ximo ya tiene consellera de Alicante, ¿tendrá gobernadora?

8/06/2018 - 

ALICANTE. Cuando el Botànic cerró su estructura de Gobierno y puso nombre a cada conselleria, muchos recriminaron a Ximo Puig que no hubiera puesto un conseller del PSPV que fuera de la provincia de Alicante con el objetivo de que las comarcas más alejas del cap i casal tuvieran un referente al que acudir en caso de que Puig no pudiera atender todas las inquietudes territoriales. En cambio, Compromís sí que situó a dos titulares de carteras a dos hombres del sur -como ellos lo llaman- y, además, en carteras visibles, como Manuel Alcaraz, en Transparencia, y Rafael Climent, en Economía.

Ahora, casi tres años después, Puig tiene por fin una consellera de Alicante. Es Ana Barceló, que asume la cartera que deja Carmen Montón, flamante ministra de Sanidad. Aunque ha tenido que ser un relevo, y no una crisis de Gobierno, Puig ya tiene a alguien de su partido, el PSPV, a la que delegar determinadas acciones de representación y interlocución. Tampoco es que le haga mucha falta: a diferencia del PP, que sí nombraba un gobernador -siguiendo su estructura interna-, que muchas veces coincidía con el presidente provincial del PP, o con el segundo del PPCV, pero con sello de Alicante, Puig se ha tomado la alicantinidad en primera persona. Pisa y ha pisado el terreno más que algunos de sus propios consellers, que siguen viendo Alicante muy en la lejanía. 

Pues bien, Puig ya tiene consellera de la terra, pero la primera pregunta qué hay que hacerse es si tiene gobernadora de Alicante y la segunda, es si ejercerá o querrá ejercer. Barceló tiene mimbres para ello, conoce el terreno: fue la primera secretaria general del PSPV de Alicante, cuando Jorge Alarte recuperó las estructuras provinciales, conoce a los empresarios y a los principales agentes sociales y de la sociedad civil, pero quizás internamente esté en su etapa con menos empatía con el resto de familias. Quizás sea por su tarea actual, como portavoz adjunta de la Mesa de les Corts, o por su vinculación a Puig y a su núcleo duro -Manolo Mata y los primos de Gandía, Alfred Boix y José Manuel Orengo-, la cuestión es que Barceló llega a la conselleria desconectada -voluntariamente- de muchos de sus antiguos compañeros de partido.

Si Barceló ejerce de gobernadora será porque se lo encarguen, pero todo hace indicar que Puig deseará seguir ejerciendo de president en Alicante, algo que siempre ha tenido en mente y no ha olvidado, por mucho que el PP se lo ha reprochado. En caso de que no pueda, su delegado de Presidència, Esteban Vallejo, siempre estará al quite.

Barceló ahora debe ponerse al día en la Conselleria de Sanidad, con varios frentes abiertos, tanto en culminar los procesos de reversión de la gestión concertada, culminar infraestructuras, resolver conciertos de servicios sanitarios -como la radiología-; retrotraer despidos que han sido infructuosos, o culminar el cronograma de los servicios estivales con el reto de que quejen lo menos posibles por el cierre vespertino de algún consultorio.

Ahora bien, Barceló, como parte del núcleo duro de president que es, sólo tiene como aliados internos a los ximistas de toda la vida: los Ángel Franco, Rubén Alfaro, Manuel Pineda, etc. Con los hoy sanchistas rompió y con los herederos del pajinismo de ahora, su primigenios aliados, también. La suerte que tiene es que la Sanidad no entiende de todo eso, aunque puede servir de ayuda para salir de algún entuerto en algún pueblo o alguna comarca. Y la otra ventaja que tiene es que de gobernador seguirá ejerciendo Ximo. Los galones, por si se presenta la ocasión de nuevo, habrá que ganárselos internamente y demostrarlos en el día a día para futuros mandatos. Ahora bien, la lección de agravio territorial se la sabe, y muy bien, y la pondrá combatir con eficacia y no permitirá que la dirija otro que no sea el propio Puig.

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