ALICANTE. El alicantino Javier Santacruz, que ha revolucionado la nueva edición La voz, el talent show musical de Mediaset, protagoniza este viernes, 7 de octubre, la gala de audiciones del concurso televisivo más exitoso de la televisión en España.
El talent show musical más importante de los últimos años ha emitido este viernes la tercera ronda de sus audiciones a ciegas, la ronda previa clasificatoria, donde Santa, como comúnmente se le conoce, ha sido el causante del primer gran momento del programa al girarse de forma casi inmediata tres de los cuatro coaches de esta edición.
Javier, que con solo 23 años ha recorrido ya millas, ha vivido en Dinamarca trabajando y componiendo. Un prodigio que se disputaban ahora Laura Pausini, Pablo López o Fonsi Nieto en una gala que dará mucho que hablar a partir de ahora en Alicante.
Su pasión por la música empezó con seis años, cuando cogió su primera guitarra y comenzó a volar para superar, como muchos chicos de su generación, circunstancias personales complicadas como la separación de sus padres.
Su familia siempre le potenció, desde pequeño, su talento y su fuerza en el amor por la música y la vida, algo que le ha llevado a vivir en Dinamarca durante cuatro años en los que ha estado creando, componiendo, enseñando y respirando con cada letra, acorde, melodía, canción… ha crecido personal y musicalmente como a través de una verdadera terapia.
La actuación ha enamorado a la cantante Laura Pausini, quien, en sus propias palabras, le ha dicho que “quiere que la voz de Javier haga el amor con su alma”, y ha demostrado ser una firme luchadora hasta el final por contar con Santa en su equipo, de quien, además, también ha añadido que es su favorito de todas las ediciones.
Finalmente ha elegido a Pablo López como su coach
Sin dar una sola clase de música, en escuelas o conservatorios, Javier Santacruz, es músico autodidacta, toca de oído desde que sus padres le regalaron su primera guitarra a los 4 años, lo que él describe como el error más bonito de sus vidas, puesto que es su motivo de vivir y de luchar. Sin abandonar su pasión por la guitarra, Javier toca a la perfección el piano, el bajo y la percusión.
Tanta es su pasión, que cuando amigos de la familia reconocieron su talento con solo 5 años, sus padres optaron por llevarlo a clases extraescolares de música, donde el ya músico rebelde, tras su primer día nunca más volvió porque, en sus propias palabras, “a él no le gustaba esa música, sino la que él hacía en casa”.
Javier, gimnasta y surfista para guardar ese físico que le permite ser feliz, es además cercano, hiperactivo y único. Pero sobre todo ha sido descrito ya como una voz única y novedosa, que “huele a nuevo”, en palabras de su ya Coach, a este mundo de la canción en el que creíamos que estaba todo visto, y desde Alicante, su tierra que ama.