Alicante reparte el 70% de su bono cultural en libros, teatro y cómics y prevé otra edición en 2023 

ALICANTE. La primera experiencia promovida por la Concejalía de Cultura de Alicante para fomentar el consumo de productos culturales en librerías, programación de conciertos y teatros de la ciudad se cierra con el reparto del 70,18% de los recursos asignados. En concreto, al cierre del programa -inédito entre el conjunto de poblaciones de la provincia, según fuentes municipales- se habría concedido vales por un importe global de 42.110 euros entre los 60.000 euros contemplados en la convocatoria.

Con ese balance, el departamento que coordina el edil Antonio Manresa prevé abordar una nueva convocatoria a desarrollar durante el ejercicio de 2023 con el fin de potenciar el consumo en los establecimientos locales especializados y de dinamizar la actividad cultural, después de haber promovido una facturación por el doble del importe de las ayudas concedidas. Es decir, por una cifra de más de 84.000 euros, ya que las bases del programa establecían la obligación de realizar un consumo mínimo equivalente al doble del importe de cada vale, de 10 euros. En esta línea, cada usuario podía obtener hasta un máximo de cuatro vales por una suma total de 40 euros con la obligación de efectuar compras por 80 euros en los establecimientos adheridos al programa.

¿Qué ámbito cultural habría sido el más beneficiado por la iniciativa? En primer término, el de las librerías. De hecho, la librería Pynchón habría sido la que habría acaparado el mayor número de operaciones por un valor de 11.990 euros (lo que supone compras por un mínimo del doble de dicha cifra), mientras que la tienda de cómics Ateneo habría ocupado la tercera posición del ranking con operaciones por 7.930 euros. La librería especializada Cilsa, además, figuraría en cuarta posición con operaciones por 4.260 euros.

El segundo ámbito que habría concentrado el consumo de los bonos es el teatro. En concreto, el Teatro Principal, que habría acumulado operaciones por 8.190 euros. Y en tercer lugar figurarían los conciertos y actividades musicales, de la mano de Producciones Baltimore (responsable del Spring Festival y del Low Cost) que habría registrado operaciones por 4.150 euros. 

En las bases de la convocatoria se establecía que las ayudas concedidas a través de los bonos culturales podían destinarse a la adquisición de productos relacionados con las artes en vivo y artes audiovisuales, como entradas para artes escénicas, música en directo, cine, museos y exposiciones. También para productos culturales en soporte físico: libros, discos de vinilo, CD, DVD y Blu.ray.

La experiencia ha generado un rédito económico mínimo de 84.000 euros en los establecimientos adheridos

Eso sí, quedan expresamente fuera del programa los libros de texto curriculares, productos de papelería, equipos informáticos, software y consumibles de informática y electrónica, juegos de cualquier tipo, material artístico, instrumentos musicales, partituras, así como los espectáculos deportivos o taurinos. De igual modo, tampoco era subvencionable la adquisición de productos que hayan sido calificados como X o pornográficos, de conformidad con el sistema de regulación de contenidos aplicable a cada producto.

A partir de ahora, se prevé que la probable segunda convocatoria que pueda promoverse durante el año 2023 repita el mismo presupuesto subvencionable que la primera edición, por importe de otros 60.000 euros, con la pretensión de poder agotar esa partida mediante un refuerzo adicional de la campaña de difusión para dar a conocer la existencia del programa. De hecho, uno de los objetivos centrales sería ampliar la relación de establecimientos adheridos, ya que, en esta ocasión, solo se registraron diez, entre los que figuraba el Teatro Principal y los conciertos organizados con motivo de la etapa de salida de la Ocean Race.