ALICANTE. La actualización de la ordenanza del ruido de Alicante, que permanecía en suspenso desde 2019, se adentra -ahora sí- en su fase de tramitación administrativa con la presentación de enmiendas por parte de los grupos políticos que ejercen funciones de oposición. En realidad, solo tres de ellos -Unides Podem EU, Compromís y Vox- han llegado a plantear aportaciones o sugerencias al texto reformulado por los técnicos de la Concejalía de Urbanismo con la intención de regular los niveles máximos y favorecer el descanso vecinal. Así, entre otras medidas, ese texto plantea multas de hasta 300.000 euros para las infracciones muy graves y exige la disposición de limitadores de ruido en los locales de ocio, así como la contratación de personal de control de los accesos en sus puertas para evitar aglomeraciones en la calle.
Además, también concreta cuál es el proceso a seguir para acordar la declaración de Zonas Acústicas Saturadas (ZAS) y qué tipo de medidas pueden adoptarse tanto en esos supuestos como en los estadios previos -las Zonas de Protección Acústica Especial (ZPAE) y las Zonas de Situación Acústica Especial (ZSAE)- para los ámbitos del término municipal en los que se registren niveles sonoros inferiores.
La pretensión del equipo de gobierno, el bipartito compuesto por Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs), es elevar la propuesta a debate en el pleno ordinario de abril -la última sesión del mandato- para que pueda someterse a aprobación provisional. Para ello, debe exponerse a la criba de las aportaciones de la oposición, que serán analizadas en una comisión de Urbanismo con carácter previo.
¿Qué se plantea en esas propuestas de modificación respecto al texto promovido por el bipartito? A grandes rasgos, las tres formaciones que han registrado enmiendas plantean reforzar el protagonismo de la llamada mesa del ruido con la incorporación de más representantes sociales, así como la posibilidad de adoptar medidas adicionales por lo que respecta al ruido generado en las terrazas de la hostelería, por ejemplo.
En primer término, Unides Podem EU propone hasta 17 enmiendas distintas. Entre las más relevantes, plantea que se requiera informe favorable de la mesa del ruido, participada por entidades sociales y vecinales, para adoptar decisiones como las declaraciones de ZAS, ZPAE o ZSAE o la elaboración de los mapas de ruido, por ejemplo. Además, se propone que se requiera la instalación de elementos antivibración a cualquier actividad desarrollada en el interior de un edificio que incorpore elementos de amplificación de sonido.
En tercer lugar, se plantea que en los casos en los que el ayuntamiento ya esté adoptando medidas preventivas para la disminución de los niveles sonoros ambientales, "será potestativo del Ayuntamiento la realización de estudio sonométrico o justificando la adopción de otras medidas adicionales que puedan contribuir a la mejora de los niveles acústicos de la zona". De igual modo, Unides Podem EU solicita que se incorpore a la mesa del ruido un representante de cada asociación en la que esté vigente una zona de protección acústica especial, así como un refuerzo en las condiciones de aislamiento de los locales en las que se desarrollen actividades que generen ruido.
Al margen de ello, también sugiere que se garantiza la obligación de transmisión "en tiempo real" sobre los niveles sonoros captados por los limitadores de sonido de los locales de ocio para que pueda producirse "una reacción inmediata" por parte de las autoridades en caso de que exista una superación de los máximos permitidos o una manipulación.
Y se incorpora una nueva redacción para la regulación de los veladores (las terrazas de la hostelería) con el fin de que pueda contemplarse la reducción de sus horarios de actividad y una limitación en el número de mesas en el supuesto de que se superen determinados umbrales de sonido, al margen de lo que pueda disponer la ordenanza de ocupación de Vía Pública, ahora también en fase de revisión. Por último, entre otros puntos, Unides Podem EU demanda que se incluya también, como excepción para la autorización del desarrollo de actos en la vía pública, la celebración de actos sociales o reivindicativos como las manifestaciones.
El grupo municipal de Compromís coincide en gran parte de esas mismas enmiendas. Sobre todo, por lo que respecta al refuerzo de la mesa del ruido y la incorporación de representantes vecinales de ámbitos afectados por la declaración de zonas acústicas. Además, también introduce un protocolo de funcionamiento en los supuestos en los que se registren averías en los limitadores de sonido de los locales de ocio, de modo que se disponga el cese de la música en la medianoche hasta que se acredite su reparación.
Además, la coalición valencianista plantea que se recupere el límite de 90 decibelios como nivel máximo para el desarrollo de celebraciones populares, como -según Compromís- se preveía en la ordenanza de 2019.
Y, por último, también incide en la regulación del ruido en las terrazas para plantear que pueda acordarse una "reducción horaria de la terraza", una "reducción porcentual del número de mesas", "si fuera posible, reubicación de mobiliario, alejando las mesas y sillas de viviendas" o la "instalación de paramentos acústicos (toldos fono absorbentes o pantallas acústicas) u otros cerramientos, siempre y cuando la estética y la normativa urbanística lo permita". Es más, llega a sugerir que pueda acordarse la "suspensión temporal, o definitiva en casos graves o reiterados, de la autorización de la terraza".
En tercer lugar, el grupo municipal de Vox plantea que se incluya también a las asociaciones profesionales al dar traslado del inicio de los expedientes para la declaración de una zona acústica especial, no solo a los residentes, y que se incorpore a la mesa del ruido a técnicos del área de Asuntos Jurídicos. Por último, también solicita que se corrija el redactado del artículo por el que se prohíbe la instalación de pantallas de televisión orientadas a la vía pública para que quede constancia de que no queda autorizado que emitan sonido. Se trata de una modificación que ya preveía promover el mismo equipo de gobierno al advertir que la redacción actual podía dar lugar a interpretaciones erróneas.
El PSOE, por su parte, renuncia a presentar enmiendas sobre la ordenanza al considerar que la propuesta resulta correcta, sin solicitar cambios, en la medida en que "supone una trasposición de la normativa autonómica y estatal preexistente", según explicó la portavoz adjunta del grupo municipal Trini Amorós, a consulta de Alicante Plaza.
De ahí que la posición del PSOE sea la de la crítica -más que la de la exigencia de modificación- al sostener que ya existían instrumentos para poder tomar decisiones que atajasen el conflicto del ruido y que "por mucho que se actualice la ordenanza ahora para incorporar esas herramientas ya disponibles, no servirán de nada si no existe la voluntad política de actuar", según recalcó Amorós.
Es más, fue especialmente dura con el hecho de que el equipo de gobierno, el bipartito compuesto por Partido Popular (PP) y Ciudadanos (Cs), vaya a plantear la aprobación inicial de la ordenanza "en el último pleno del mandato, como si no hubiese tenido tiempo de hacerlo hasta ahora". "La revisión de la ordenanza partió en 2018 con el gobierno en minoría del PSOE y el PP ha tenido cinco años para sacarla adelante desde entonces", incidió.