ALICANTE. Aguas de Alicante presentó su Plan Estratégico 2022-2025 en el primer trimestre de este año, una detallada hoja de ruta que guiará su actividad durante los próximos cinco años. Compuesto por un extenso número de acciones, se vertebra entorno a cinco ejes y a objetivos concretos: “Circularidad de Proyectos” (objetivo: transformar lo circular en un hábito compartido); “Pacto Social” (objetivo: trabajar para no dejar a nadie atrás); “Lucha contra el Cambio Climático” (objetivo: adoptar medidas eficientes para frenar el Cambio Climático); “Las Personas en el Centro” (objetivo: identificar nuevas formas de estar cerca de las personas); y “Eficiencia y Recursos” (objetivo: innovar para una gestión eficiente de los recursos).
Una de las principales claves del éxito del Plan Estratégico en el ámbito de la eficiencia es la búsqueda de robustez de los sistemas de abastecimiento frente a fenómenos climáticos cada vez más frecuentes (sequía e inundaciones), con el objetivo de garantizar la cantidad y calidad de los servicios de abastecimiento. Otra, la búsqueda de la eficiencia y rendimiento de las redes, tanto en sistemas de medición, como en sistemas de distribución, de cara a optimizar cada vez el recurso escaso y valioso que gestionan. Para lograrlo, una de las principales palancas será continuar con la digitalización del ciclo del agua, un proceso que la compañía recorre desde hace más de veinticinco años, con el uso de herramientas avanzadas y de modelos predictivos que permitan aprovechar toda la información disponible para adelantarse a las incidencias. También, para gestionar el riesgo sanitario vinculado al agua, con la implantación de tecnologías que permitan garantizar su total calidad, gracias a sensores online y a la gestión de los datos.
Junto a nuevas tendencias como el Internet de las Cosas (IoT), la progresiva implantación de la telelectura o lectura en remoto de los contadores de agua de los clientes permite a Aguas de Alicante un gran salto cualitativo en su gestión. Así, en el marco del Plan Estratégico está previsto que en los próximos cinco años se incorpore a la telelectura el 100% de los clientes lo que, junto con la integración de dicha información en la gestión diaria, es uno de los objetivos definidos por esta nueva hoja de ruta. En materia de eficiencia en la gestión del agua, los principales proyectos para Aguas de Alicante estos próximos años son: la incorporación de herramientas avanzadas de inteligencia de cara a aprovechar toda la información que recoge la empresa gracias a la lectura en remoto; junto con redes de sensores que aporten información del estado real y del comportamiento de redes, para adelantarse en la detección de fugas e incidencias y planificar las necesidades de renovación en infraestructuras hidráulicas.
La empresa trabaja de forma coordinada y desde diferentes vertientes para lograr la eficiencia, intensificando todas aquellas medidas que implican un ahorro directo de consumo de agua. Ello, con un impacto directo en el medioambiente: con la reducción de los volúmenes de extracción de las diferentes captaciones vinculadas al servicio, de manera directa se reduce la sobreexplotación de los acuíferos, lo que lleva asociado de forma directa una mejor conservación de la calidad del agua, dicha sobreexplotación de los acuíferos y la intrusión marina.
La implantación de telelectura que Aguas de Alicante lleva acometiendo desde 2011, en el caso de la ciudad de Alicante (205.710 clientes) alcanza ya los 169.090 clientes con contadores de telelectura (dato julio 2022), lo que representa que más de un 82% de clientes disfrutan ya de sus ventajas. Este impulso a la transformación digital del ciclo del agua, esencial para lograr una gestión eficiente, supone un servicio a la ciudadanía y a la Administración mejorado y más amplio, en eficiencias económicas y en la gestión de procesos comerciales y operativos, etc. Con el objetivo de avanzar, la empresa comunica el día previsto en que el personal operario acudirá a realizar los cambios de contador en una finca, con la posibilidad de poder elegir entre mañana o tarde para poder facilitar el acceso en caso de que contador se encuentre dentro del inmueble, por lo que es esencial que los clientes tengan sus datos de contacto actualizados.
Dentro de los puntos críticos para la compañía se encuentra el de las facturas de importe elevado producido por fugas interiores. Tener la posibilidad de detectarlas, en aquellos casos en que el agua no aflora, implica por parte del usuario tener que controlar periódicamente su contador físico, lo que raras veces se lleva a cabo, o bien, esperar a la toma de lectura del contador para la facturación. A ello se suma el hecho de que, con un 46% de contadores en Alicante que se sitúa aún en interior de viviendas, muchas veces la toma de lectura por parte de la compañía no es posible. Gracias a la digitalización, es posible detectar ciertas incidencias sin necesidad de desplazamiento, desde cualquier dispositivo electrónico con conexión a internet.
Tanto clientes particulares, como los agentes municipales disponen, gracias a la telelectura, de una gran herramienta para la detección rápida de fugas interiores; pueden acceder a través del Área de Clientes de la compañía a la información de sus consumos, para llevar a cabo un seguimiento y control, y para la parametrización de alarmas, que permitirán confirmar una posible fuga interior o un exceso de consumo, y así poder acortar el tiempo de detección, con el consiguiente ahorro de agua desperdiciada y evitando facturas elevadas. Dos de estas alertas permiten al cliente la detección rápida de una posible fuga interior: las alarmas por exceso de consumo (el cliente puede establecer un rango de consumo diario de forma que en caso de que éste se supere recibirá un aviso por correo electrónico) y las alarmas por posible fuga (el cliente establece que el sistema le envíe un correo electrónico si detecta que el contador registra consumo continuo a lo largo de más de 24 horas, u otro periodo a elección del cliente). Además, Aguas de Alicante lleva a cabo comunicaciones a través de SMS, e-mail y/o correo postal a sus clientes con telelectura, avisando del consumo continuado durante al menos 72 horas, con el propósito de que, en caso de que no haya justificación para la misma, revisen su instalación interior en busca de la posible causa (pérdida en cisterna WC, goteo de grifo, problemas con algún aparato de Osmosis o similar, etc.).
Los datos recogidos gracias a la telelectura son también esenciales para aspectos como el rendimiento técnico y el volumen de agua no registrada (ANR), dos de los indicadores más utilizados para evaluar la eficiencia de la gestión de la red de distribución de agua. Aguas de Alicante trabaja tradicionalmente promoviendo acciones encaminades a mejorar dicho rendimiento de sus redes, al tiempo que, a reducir el volumen de agua no registrada provocada por las fugas y las averías en la red; también, por los errores de medida de los contadores, y por los consumos no autorizados y no controlados.
La empresa lleva a cabo un diagnóstico de las pérdidas existentes y elabora planes de acción específicos para su reducción, gracias a la sectorización de la red de distribución de agua, al control de los caudales mínimos nocturnos, a la búsqueda activa de fugas, al mantenimiento preventivo de la red, a la gestión eficiente del parque de contadores, o a la búsqueda activa de fraudes, combinadas con un alto nivel de digitalización de la red.
Desde el año 2011 y en este proceso de digitalización de la red, la instalación de telelectura a todos los contadores de los clientes permite hoy la monitorización del rendimiento diario y en continuo de los diferentes sectores hidráulicos en los que se divide la red. Gracias a la implantación de todo este sistema de vigilancia activa, los beneficios son medibles en relación con la disminución de la vida media de las averías y/o de las roturas en red y, por lo tanto, del volumen de agua perdido a través de estas. Del mismo modo, se ha logrado aumentar la eficiencia de los recursos para la detección de fugas, orientándolos a aquellos sectores donde se observan las anomalías.