ELCHE. Las posibilidades del urbanismo actual y futuro siguen a debate en la ciudad a través de las mesas redondas que se han estado organizando en torno a la agenda urbana. Uno debates que no han trascendido en demasía, pero que están aportando propuestas de actuación para las administraciones de cara a planteamientos de largo recorrido para el municipio. Si bien se ha hablado de modelos de éxito como el de Málaga y su área funcional y apuesta por la cultura o la relación con Alicante de cara a adoptar ciertas políticas públicas, otra de las cuestiones que salió a la luz en estos foros de finales de 2023, fue la de los barrios trabajadores, donde uno de los expertos incidía en la necesidad de su renovación. Pero, ¿cómo?
El profesor del Departamento de Geografía de la UA, José Antonio Larrosa, considera que "Elche ofrece oportunidades de intervención que no se están aprovechando convenientemente", y ponía el foco sobre la renovación de los barrios obreros. "Aquí nos vamos a jugar mucho como municipio. Hay muchas problemáticas y temas de debate recurrentes, pero es importante, y cuanto más tardemos en actuar, más complicado y costoso será incidir". Señala que son varios los barrios que no llegan a lo marginal, pero sí vulnerables, y el ejemplo, sobre todo en zonas como Carrús Este, es que haya concentración de viviendas a la venta por menos de 40.000 euros. "Es un síntoma de algo, está pasando algo".
Precisamente sobre Carrús recuerda que Plan General de 1962 apenas contemplaba zonas verdes dotacionales que se incorporaran en los barrios, y explicaba en su exposición que ya arquitectos de la época decían que "son mezquinas, fragmentadas e insuficientes, sobre todo en el barrio de Carrús". Se utilizó el comodín de que el palmeral computara como zona verde. Sin embargo, estaba alejado de la realidad, "porque en los años 50 sobre todo tenía uso agrícola, era privado y no estaba incorporado a los barrios". Así pues, se generó una trama urbana tremendamente densa, compacta, y que como curiosidad de aquél PGOU, prohibía la edificación en planta baja, permitiendo hasta 10 plantas en altura. Eran los años de lo que denomina la 'ciudad-fábrica', no se preveían polígonos y el área industrial estaba enclavada en la misma ciudad. "Se necesitaba mano de obra joven, mucha se captaba a través de la migración más del 50% de la ocupación entonces era en la industria. La trama urbana era la fábrica", frente a la época contemporánea, donde las unidades productivas se van fuera, generando un desplazamiento de la población.
La construcción de barrios como Carrús a marchas forzadas, como se ha abordado en otras ocasiones, sigue generando problemas en la actualidad, caso de los últimos años por ejemplo en los socavones en la zona de Porfirio Pascual. Así pues, ¿qué se podría hacer para renovar barrios obreros como este y otros de la ciudad, ya consolidados? Según Larrosa, de estos aspectos más negativos, con barrios vaciados de trabajadores, envejecimiento, pérdida de funcionalidad o "calles secundarias que no tienen la vida de la ciudad-fábrica", nacen oportunidades para hacer barrios más apetecibles para vivir. Pasan por el conocido como 'esponjamiento'. En la jerga urbanística, airear; romper la trama urbana para que entre la luz, nuevas dotaciones o espacios verdes.
"Descartamos entrar con el buldócer", explica, y pone como ejemplo la reutilización del patrimonio fabril como las fábricas abandonadas para impulsar centros sociales, culturales, biblioteca, derribarlas y generar un pequeño jardín... Actuaciones en fábricas cuya reutilización es más habitual en otras zonas de Europa. Sobre ese esponjamiento, no es más que lo que se hace y sobre todo hará en San Antón con la construcción en altura de los nuevos bloques, permitiendo zonas para el esparcimiento en el barrio. Hubo otra oportunidad en Carrús Este con los Edusi, pero la falta de ejecución a tiempo ha dejado el proyecto en el cajón.
Asimismo, también hay actuaciones que pueden incidir, según el profesor de la UA, como las aplicadas en Olegario Domarco Seller, más propio de la denominada 'acupuntura urbana' que se ha aplicado en los tiempos recientes. "Olegario Domarco es la única calle de Carrús en la que vemos a gente sentada en bancos, a gente mayor pudiendo pasear o árboles". Larrosa recuerda que hay 200 hectáreas de palmeral, "¿pero cuántas por barrio? No hace falta comprar parcelas ni utilizar el buldózer, la gente se ha ido fuera por trabajo, ahora hay que impulsar en los barrios áreas dotacionales, nuevas movilidades que permitan a los ancianos pasear, puesto que se han disminuido funcionalidades", indica, en referencia al abandono de esa ciudad-fábrica. Opina que obras como la de Olegario Domarco Seller, que trajo su polémica por la eliminación de aparcamiento en una zona falta del mismo, "puede generar atractivo para inversiones privadas y sacar de ahí esas viviendas de 40.000 euros", a las que hacía referencia como ese ejemplo de deterioro urbano. Una zona que ponía como ejemplo de estas viejas fábricas son las que puede haber en la Avenida de la Libertad, donde la de Maderas Castejón es la más emblemática.
De cara al desarrollo urbano, Larrosa ve interesantes y funcionales nuevos barrios y zonas de época actual como el área de Victoria Kent o Plaza Castilla, que también es muy densa, pero ambos casos son permeables a la funcionalidad que se espera de un barrio. Sí que ve "no tan interesante más allá de las circunvalaciones, los barrios cerrados y con problemas de encaje o engarce con la ciudad tradicional". Algunos de estos eran la zona del Kelme u otras de nuevo Altabix, por la Avenida Unesco, donde los cuatro carriles pasan a ser dos, dificultando conectividad y movilidad. Y aunque no lo mencionó, entre estas nuevos barrios con falta de servicios o comercios, el más patente es Travalón, donde la vivienda nueva lleva ya un par de años a pleno rendimiento pero aún faltan servicios. Por último, también planteaba que actuaciones como las plataformas únicas con aparcamiento, "pueden generar problemas. Hace desaparecer la acera y el escalón, resta posibilidades de orientación y genera peligro por falta de seguridad", observa.
Al igual que también se puso a Elche frente a Málaga, en aquella jornada de noviembre se hizo lo propio con Vitoria-Gasteiz, en quien se fijó la ciudad para el ya abandonado objetivo de Capital Verde Europea. Acudió Miren Cortázar, responsable estrategia rehabilitación urbana del Ayuntamiento. Al igual que el municipio ilicitano, tienen otras en proceso de degradación, y uno de ellos es el barrio Zaramaga. También denso, y al igual que Carrús, construido hace décadas para los obreros del área industrial. Se hizo un estudio socio-urbanístico hace cuatro o cinco años con los problemas que abordar y en 2018 se empezó a revisar el Plan General, con el planteamiento de no crecer hacia fuera, sino más compacta, cohesionada. "Para no desperdiciar recursos", que es lo que permiten las ciudades compactas. Se analizó el estado de conservación, urbanización de los edificios, dónde actuar, o el grado de equipamientos, menores que en los nuevos.
De ahí surgió un plan maestro, y se trazó una hoja de ruta para 20 años. Con una visión social y comercial, "no solo de lo construido, sino que sean zonas donde apetezca vivir", explicaba la técnica, apuntando que se hizo revisión de cada edificio de estos barrios, grado, estado, cuánto costaría rehabilitar en eficiencia energética, accesibilidad, etc. De ahí se concluyó la necesidad de impulsar o fomentar viviendas con soluciones modulares, "casas más grandes como las nuevas, con soleamiento". Una propuesta en marcha con fondos autonómicos destinados a barrios vulnerables. Con tres ejes:
Cortázar añadía que es una situación similar a la de ciudades como Elche, con peso de la industria, casas viejas sin los parámetros modernos o climáticos de hoy, y que a nivel de comercio no se renueva, con calles sin uso a nivel de pie de calle y problemas que se repiten. De estos estudios y análisis holísticos, teniendo en cuenta la vertiente urbana, social y ambiental, han nacido estas propuestas. En el caso ilicitano, cabe recordar que por otra parte ya se ha hecho lo propio con los fondos europeos para Porfirio Pascual, tan solo queda iniciar la ejecución.