VALÈNCIA. Women Make Film es una serie documental de seis capítulos de una hora de duración cada uno sobre las mujeres que han hecho películas desde los orígenes del cine. Y una vez dicho esto, conviene aclarar que no es lo que te esperas, y no solo porque aparezcan muchas más mujeres de las que pensamos y de países con los que no solemos contar. Es que tiene poco que ver con el tipo de producción documental estándar a la que estamos acostumbradas y que televisiones y plataformas promueven cada vez más. Esas en las que nos atrapa el tema en función de su mayor o menor interés, pero no la puesta en escena, siempre ortodoxa y convencional, muy en la línea de un reportaje televisivo al uso y bastante lejos del concepto de documental de creación.
Women Make Film no es una colección de semblanzas de mujeres cineastas, ni un repaso cronológico de la historia para incluir nombres de directoras o para ver qué sucedía con las mujeres que querían dedicarse al cine, ni un conjunto de entrevistas a especialistas y protagonistas de aquello que nos está contando. Es, como se dice en el primer capítulo, una película sobre el arte de hacer una película, una especie de escuela de cine donde solo hay profesoras. Esta serie extraordinaria es obra de Mark Cousins, autor de la monumental, y también extraordinaria, La historia del cine: Una odisea (The Story of Film: Una odisea, 2011). Pueden verse, y disfrutarse, en Filmin.
Su subtítulo, 'Una nueva road movie a lo largo del cine' (A New Road Movie Through Cinema), es bastante explícito. Se trata de un paseo, un viaje, un recorrido en el que, como en cualquier road movie, nos vamos deteniendo y sorprendiendo con lo que el camino nos depara. La serie está construida con casi mil secuencias cinematográficas, filmadas por mujeres de los cinco continentes desde los orígenes del cine hasta nuestros días. Las secuencias están organizadas según 40 conceptos de lo más variado: aperturas, tono, conversación, trávelin, viaje, descubrimiento, niñez, primer plano, sueños, cuerpos, sexo, trabajo, política, comedia, ciencia ficción, tensión, revelación, recuerdo, vida interior, muerte, final, música y danza, etc.
Cada uno de esos cuarenta bloques reúne varias breves escenas de películas de épocas y países diferentes unidas por el concepto común que corresponda, mientras el texto que recita la voz en off de Tilda Swinton (también productora de la serie), Jane Fonda, Adjoa Andoh o Debra Winger, entre otras, va analizando las secuencias, las enlaza, busca rimas o contrastes, las pone en contexto. Puro y bello análisis fílmico que nos desvela el proceso de construcción de las imágenes y su sentido. Y que son como fogonazos de belleza, algo así como revelaciones o epifanías. En primer lugar, por los hilos invisibles que unen las secuencias y que el análisis hace emerger: es precioso y sorprendente seguir esos hilos. Y, en segundo lugar, por acumulación, por la gran cantidad de películas y nombres conocidos y desconocidos que nos interpelan y crean en nosotras la necesidad de ver más, de saber más.
Cousins analiza diferentes aspectos de la creación cinematográfica: ¿cómo empezar una película?, ¿cómo presentar a un personaje?, ¿cómo se encuadra una imagen?, ¿cómo funcionan géneros como la comedia, el melodrama o la ciencia-ficción?, ¿cómo se representa el deseo?, ¿cómo se cuenta la pérdida?, ¿cómo se crea tensión?, ¿cómo se filma un cuerpo? El planteamiento es simple y al mismo tiempo revolucionario: explicar qué es el cine solo a través de obras de mujeres cineastas acaba siendo una refutación del tradicional y canónico relato masculino de la historia del cine, ese en el que las mujeres son musas o actrices y las creadoras una nota al margen.
Cuando en los años setenta comienza a plantearse desde el feminismo la reivindicación de las mujeres artistas a lo largo de la historia, la cuestión está clara: hay que recuperar sus nombres y su obra, pero no se trata de encajarlas aquí y allá en el relato oficial de la historia del arte aumentando los listados de artistas de cada periodo, sino, justamente, de cambiar ese relato desde la base, impugnarlo y ponerlo en cuestión.
Una obra como Women Make Film es imprescindible para construir ese nuevo relato de la historia del cine. Uno que comienza por algo tan básico como ver las películas que las mujeres han hecho desde los orígenes del cine. Y, una vez vistas o teniendo el conocimiento de su existencia, preguntarse por las causas de esa ausencia, por qué ha sido y es difícil para una cineasta consolidar una filmografía continuada, a qué se debe que los proyectos encabezados por mujeres tengan menos presupuesto o las creadoras se decanten (o más bien las decanten) por un cierto tipo de “película pequeña” (en presupuesto, que no tiene nada que ver con el talento) o por el documental como forma de expresión, etc.
A lo largo de los 125 años de historia del cine, también las mujeres han dirigido grandes películas y muchas de ellas han sido olvidadas. Así que creo que voy a gastar un párrafo entero en poner simplemente algunos de los nombres de las cineastas, unas conocidas y muchas no, que recoge la serie. Porque lo que no se nombra no existe, algo que las mujeres sabemos bien:
Kira Muratova, Wang Ping, Dorothy Arzner, Moufida Tlatli, Kathryn Bigelow, Barbara Kopple, Lucile Hadžihalilović, Mia Hansen-Løve, Chantal Akerman, Wendy Toye, Jane Campion, Lotte Reiniger, Agnès Varda, Věra Chytilová, Alison de Vere, Pirjo Honkasalo, Marziyeh Meshkini, Astrid Henning-Jensen, Germaine Dulac, Elaine May, Rebecca Zlotowski, Mania Akbari, Lola Randl, Ana Lily Amirpour, D Sheela, Barbara Loden, Malvina Ursianu, Ana Mariscal, Emily Atef, Liv Ullmann, Jessica Hausner, Lucrecia Martel, Mára Mészáros, Ida Lupino, Cecile Tang, Byambasuren Davaa, Wanda Jakubowska, Maria Schrader, Mahalia Belo, Leni Riefenstahl, Kinuyo Tanaka, Maren Ade, Céline Sciamma, Joanna Hogg, María Luisa Bemberg, Yuliya Sointseva, Mai Zetterling, Marla Schrader, Alice Guy, Kelly Reichardt, Sofia Coppola, Larisa Shepitko, Catherine Breillat, Samira Makhmalbaf…
La afirmación que incluye el primer capítulo y que recogíamos al principio resulta completamente exacta: Women Make Film es una escuela de cine donde solo hay profesoras. Y el resultado es deslumbrante y abrumador. Una gozosa celebración del arte cinematográfico.
Está producida por Fernando Bovaira y se ha hecho con la Concha de Plata a Mejor Interpretación Principal en el Festival de Cine de San Sebastián gracias a Patricia López Arnaiz