ALICANTE. "Somos conscientemente intensos", cuenta Rafa Val. El cantante de Viva Suecia promociona su gira de este verano que les lleva este sábado el Emdiv Festival de Elda. En el directo es donde cree que se encuentra "la máxima expresión de una banda".
La suya, con éxitos como Bien por ti o A dónde ir se ha colocado como una de las favoritas de los festivales por lo pegadizas de sus canciones y letras. "¿Y por qué tiene que estar reñido un mensaje cargado de información con una música bailable? No creo que esté peleado", se pregunta.
Si en los directos apuestan por el ofrecer "un concierto de rock en el sentido primario de la palabra", recalca que el mensaje original se basa en el pop. "Hacemos canciones pop, populares porque hablamos de cosas de actualidad o que le pasan a la gente", señala.
—¿Con la tristeza se escriben mejores canciones?
—No tiene por qué pero es más fácil.
—Y a la gente le gustan más las canciones tristes?
—La gente las necesita más que las alegres.
—¿Así lo crees?
—Sí porque la alegría es muy fácil de compartir. Y la tristeza es una cosa más que guardamos con hermetismo y que nos da hasta cierto pudor compartirlo. De vez en cuando que alguien desconocido cuente algo que te está pasando viene bien.
—¿Como compositor eso en qué te afecta?
—Tampoco escribo para nadie más que para mí. Evidentemente, sí que hay un componente en el que pretendo que alguien se sienta identificado con lo que digo pero al final cuento mis mierdas porque sé que es la misma mierda que los demás.
—Pero no estamos acostumbrados a contarlas.
—No. Pero para eso está el arte, supongo.
—Si nos remontamos hace año y medio atrás, os debe parecer la prehistoria con todo lo que habéis vivido.
—La verdad es que pasa todo muy rápido y cuando te vienes a dar cuenta, hace un año y parece que sean cuatro. Sí, muchas veces lo decimos.
—Dentro del panorama independiente español, ¿cómo se asume un éxito tan rápido? ¿Cuando preparáis 'Bien por ti' o 'A dónde ir' esperáis esa respuesta del público?
—¡Qué va! No creo que nadie piense algo así, salvo que lo hagas con la intención de llegar a ese sitio y entonces lo fuerces, en cuyo caso no creo que salga bien. Nosotros ni lo hemos buscado ni lo hemos forzado. Lo que pasa con el éxito entre comillas de la música que hacemos es que no se te puede ir la cabeza tampoco. Si tuviésemos éxito muy masivo de repente, pues igual. Pero en el mundillo que nos movemos al final todo sigue siendo como muy normal. Seguimos haciendo las mismas cosas.
—Y viviendo en Murcia.
—Sí, salvo Jesús que vive en Alicante porque se ha casado con una alicantina, todos vivimos en Murcia.
—Obviamente, la relación con Alicante es entonces muy natural.
—Siempre nos han tratado muy bien. Todos los conciertos que hemos hecho y la respuesta de la gente siempre ha sido genial. Tenemos un lazo muy guay.
—¿Por qué creéis que la escena murciana es más potente?
—En Murcia siempre ha habido movimiento cultural de todo tipo y bandas de un millón de estilos, salas programando, medios que dan voz a los que hacemos cosas... Quizás la gente se fija un poco más pero siempre ha pasado eso.
—Cuando os ponéis con los Rufus T. Firefly para lanzar 'Hoy empieza todo', debéis notar que el trabajo sí va a tener un buen camino, ¿no?
—Pasamos por momentos de crisis al principio. Porque nos juntamos unas siete u ocho personas y teníamos que ponernos de acuerdo en poco tiempo sobre cómo llevarlo y un montón de cosas. Poco a poco fue saliendo de manera muy natural y fluida y nos dimos cuenta de que estábamos haciendo algo que nos molaba a todos pero la respuesta del público nunca la conoces. Hasta que no sale y te llega ese feedback tampoco lo tienes claro. En este caso ha funcionado muy bien y estamos orgullosos de lo que hicimos.
—Y en Alicante sonáis mucho en el tardeo con las versiones de baile. ¿Cómo las gestionáis?
—Nosotros no controlamos ese tema, preferimos que la gente que se dedica a eso lo haga. En cualquier caso, es una herramienta de publicidad como otra cualquiera porque suenas en sitios donde no sonarías con la original. No es nuestro rollo pero es divertido que alguien coja tu música y la lleve a su terreno. Somos bastante abiertos en todo lo referente a lo musical, no tenemos pegas con casi nada. Si mañana nos da por contar con un tío que hace música africana pues igual lo hacemos. Nos parece estúpido el debate de qué música hacer y cuál no, lo underground y lo mainstream y toda esa mierda.
—En España vivimos una situación extraña porque los grupos que etiquetamos los medios como indies son los que llenan los festivales de verano. Vosotros habéis pasado a ser cabezas de cartel, ¿cómo lo vivisteis?
—Adaptándonos. Es una cosa tan maravillosa que venga gente a verte que no cuesta mucho. Hemos pasado de ser un grupo underground a no sé si mainstream, en muy poco tiempo y con las mismas canciones. Por eso lo estúpido del debate: porque con las mismas canciones te pueden considerar de ambas formas. El indie hace mucho tiempo que no existe como tal. Todos hacemos pop, con más o menos guitarras, electrónica o rock. Eres más o menos underground en cuanto más o menos gente vaya a verte.