Fotos: PEPE OLIVARESALICANTE. Podría ser una habitación adolescente repleta de póster de ídolos del deporte, la música o la interpretación, pero el paisaje que se presenta en las fotografías es la exposición Prohibit fixar cartells. REA, en la Lonja de Alicante. La muestra suma la friolera de 600 carteles que empapelan el interior de la sala cultural, con una particularidad: todos ellos son made in la Comunitat o están relacionados con ella. Tras haber visitado Valencia y Castellón, la capital del sur valenciano acoge ahora un proyecto cohesionador, con el interés de "difundir el diseño en todo el territorio a través del cartel, un formato visual, que comunica y conecta con el público en general", traslada Ángel Martínez, presidente de la Asociación de Diseñadores de la Comunitat Valenciana (ADCV), impulsora de muestra junto con el Consorci de Museus y el apoyo del Ayuntamiento de Alicante.
La selección de estas seis centenas de ejemplares la explica Boke Bazán, uno de los dos comisarios del proyecto (junto con MacDiego): "Hubo una primera convocatoria a la que todos los autores y autoras de la Comunitat podían mandar digitalmente su obra para que optase a ser seleccionada. Recibimos casi 3.000 carteles", da el dato. Una cantidad que ha permitido crear un paisaje de lo que se está produciendo en la cartelería valenciana, donde, "por una cuestión de población y de centralidad oficial, Valencia tiene más peso, más producción en cantidad. Pero para mí, que soy alicantino, era muy importante que se estuviese viendo toda la actividad de Alicante y provincia", confiesa.
Tras un proceso de selección, 600 fueron los ejemplares finalistas, "una buena representación de todos los presentados a la convocatoria. Me gusta pensar que es una exposición de carteles buenos y al pasas el tiempo no envejecen", apunta. Cultural, fiestas populares, ferias, social, comercial e, incluso, deportiva son las temáticas que visten las paredes de la Lonja y que podrán visitarse hasta el 26 de septiembre. De manera complementaria, se ha editado un catálogo de la exposición en el que se amplía el número de piezas y se distribuyen siguiendo un orden temático, a diferencia de la exposición, que atiende a criterios cronológicos.
Podría decirse que estos 600 carteles son la élite de todos los diseñados en la Comunitat en los últimos 20 años. ¿Pero qué cualidades debe tener un cartel para ser considerado digno de entrar en esta jet set del diseño? "Su misión es comunicar de manera clara, breve, atractiva, simplificada y, además, visible", enumera el comisario, quien señala que un cartel tiene que "atraer y tener un mensaje claro y perfectamente legible". Un pensamiento similar es el de Martínez, quien coincide en que debe comunicar, pero añade un factor esencial: el impacto. "Si primero no llama la atención, no vas a poder comunicar lo que quieres", matiza
Prohibit fixar cartells es un título rebelde, desafiante. Pero tras esta contradicción provocativa entre palabra y acto se esconde la reivindicación: "Es curioso que en una época en la que se están haciendo muchísimos carteles, los espacios en la ciudad se van reduciendo casi hasta el punto en el que solo es posible ponerlos legalmente en los espacios habilitados, como mupis, mobiliario urbano o marquesinas de autobuses y si los pones en ciertos sitios corres el riesgo de que te denuncien. Reclamamos espacios de expresión libres -que en algunos sitios sí existen- donde cualquiera pueda fijar un cartel sin irse a un descampado a las afueras de la ciudad o tener que pasar por caja", demanda Bazán.
La distribución cronológica de los 600 carteles permite al visitante observar cómo ha evolucionado este formato a lo largo de los últimos veinte años. Según afirma el presidente de ADCV, "el cambio a nivel creativo no ha sido notable, porque el proceso (documentación, bocetado...) no ha cambiado tanto. Sin embargo, lo que sí ha evolucionado es cómo reflejar esa creatividad, además de toda la parte gráfica".
La digitalización y las nuevas tecnologías también ha favorecido el cambio del canal de difusión, siendo antes irremediablemente en formato físico y dejando ahora gran espacio para las redes sociales. "Hace años había paredes en las que se podían fijar carteles; eso tenía su esencia, le daba la personalidad al barrio. La regulación de esta situación lleva a que los formatos de comunicación hayan cambiado y ahora los carteles se puedan ver en mupis y espacios específicos reservados o directamente en redes", expone.
Además, la digitalización ha acercado las herramientas a la ciudadanía, ya que cualquier persona con un ordenador puede acceder a ellas. Ahí es donde se sitúa la frontera del intrusismo en el sector del diseño, un tema en el que Martínez tiene una postura clara: "Desde la asociación defendemos la contratación profesional del diseño. Llevamos muchos años peleando para que haya buenos hábitos a la hora de contratar". Es por ello que ADCV ha puesto en marcha una plataforma donde explica el proceso a seguir para contratar diseño profesional.
"Está claro que las herramientas digitales dan acceso a que mucha gente pueda intentar diseñar. Pero un diseñador no es solamente una persona que domina una herramienta, sino alguien que utiliza todo un proceso de creatividad y desarrollo. El ordenador es como un lápiz que te da un montón de posibilidades, es la herramienta que permite llegar a eso que has pensado", establece la metáfora. Y admite que "intrusismo siempre va a haber, pero cuando se habla de diseño profesional, las empresas e instituciones que quieren contratar lo tienen claro".
