ALICANTE. Paco Macià llega a Alicante "contento". Y lo está porque viene a presentar la parte que le corresponde dentro del encuentro Tercera Setmana, del que este año ha pasado a formar parte de la dirección. Una cita de la que subraya que "tiene la ambición de ser el festival de artes escénicas internacional de la Comunitat".
Con él se sitúa también en el otro lado, el del organizador. El programador que ha de elegir a las compañías que participan. Macià insiste en lo atractivo que le ha resultado formar parte de esta propuesta: "Es interesante, bonito, ilusionante". Y lo es precisamente porque "te pone la mirada en otro sitio, ese lugar en el que nunca estás porque nosotros siempre accedemos a estos festivales no somos los que programamos".
Los cinco espectáculos que participan en Alicante le darán la oportunidad de "tratar a los compañeros de la misma manera que queremos que nos traten a nosotros. Eso es bonito". Eso pasará con Deabru Beltzak, que el 7 de junio con Su a Feu abre la cita en el Ágora del Teatre Principal. Estos junto a los alaveses Zanguango Teatro representan "la tradición del teatro de calle que está muy implantada en el País Vasco".
Macià destaca el trabajo realizado en el norte, que cuentan con un festival específico, el de Leioa, para centrarse en este género. "Allí es un teatro de calle al que no estamos acostumbrados porque está más elaborada la dramaturgia, es de autor y concepto", comenta el director. El dramaturgo ilicitano, siempre interesado en ir más allá de lo convencional, pone a estas compañías como ejemplo de su voluntad de "traer a los que proponen más y apuestan por la evolución de las artes escénicas".
Y con traerlas se refiere también a lugares muy lejanos: desde Santiago de Chile llegará el 8 de junio el montaje 40 mil Kms. El trabajo de Teatro Social Club se integra en ese apartado dedicado a la internacionalización. Dentro de la programación de toda Tercera Setmana, ocho creaciones vienen del extranjero: Chile, México, Uruguay, Francia, Grecia o Irán entre otros. Una cifra que casi duplica la de 2017.
Social Club es un colectivo que con este montaje representa personajes de orígenes muy diversos: uno es de Haití, otra es de Bolivia, una tercera es española y la última una argentina judía. A todos ellos los lleva a explica cómo se encuentran como inmigrantes en Chile, "que al final viene a ser lo que sucede en todos los sitios, con el desarraigo, los problemas de acceso al trabajo que todos tienen... Es un texto entre personal y creado sobre la situación del inmigrante".
El objetivo que se planteaba desde el Institut Valencià de la Cultura con esta nueva edición de Tercera Setmana era conseguir que la salida de la capital, efectuada el año pasado se afianzara. "El que esté aquí es una de las ideas de vertebración del festival", señala Macià. "Como persona y artista quiero que pasen cosas aquí", destaca. Una labor que ha tenido la oportunidad de hacer, hablando tanto con los equipos en la administración como con los propios creadores.
"Lo que interesa es que se desarrolle el territorio donde vives y trabajas, donde estás comprometido", considera Macià. "Es una carga más de querer que las cosas salgan aquí mejor y que venga todo lo que pueda venir de Valencia", añade. La capital sigue siendo la que más peso tiene en la programación. Y la segunda es Castelló, que tiene un presupuesto mucho más grande que aquí y por ello cuenta con ocho espectáculos, "y apuesta más a nivel económico que Alicante".
La diferencia entre capitales depende precisamente de la implicación que cada consistorio ha querido tener. Como explica el director ilicitano, "el IVC pone un dinero conjunto y vamos escogiendo espectáculos que vamos poniendo aquí y allá". "El ayuntamiento de Castellón pone más dinero", recalca, y por eso la diferencia. En todo caso, puntualiza, esto "no es por la nueva corporación que ha venido".
"Desde el año pasado las partidas no estaban presupuestadas para continuar con el festival. En este caso la corporación que hay ahora se ha implicado pero nos ha dicho que no hay partidas y que ponían lo que podían en este momento", añade. Esta diferencia cree que radica en que "no hay tanta conciencia por los presupuestos que necesita la cultura para desarrollarse". "Y eso no debería ser porque Alicante como provincia es rica y los impuestos se podrían derivar a la cultura y no se está haciendo", concluye.