Ayer tuvo lugar un acto organizado por la empresa Aparcisa para explicar la situación del proyecto del nuevo mercado central de Elche. Situación que lleva enredada cinco años y lo que nos queda.
El equipo de gobierno del ayuntamiento de Elche ya ha hecho firme su decisión de rescindir el contrato. Las razones esgrimidas son principalmente dos. La primera, el informe de ICOMOS que afirma que el proyecto del nuevo mercado, sobre todo el aparcamiento subterráneo que conlleva, afectaría a la declaración del Misteri d’Elx como Patrimonio de la Humanidad, por el paso de vehículos en calles que forman parte de la celebración de la Festa. Y la segunda razón a la que se aferra, ahora sí, el gobierno local es que han encontrado “milagrosamente”, el segundo refugio de la Guerra Civil que se sabía que había en las inmediaciones del mercado en perfecto estado. La ley Valenciana de abril 9/2017 establece la necesidad de poner en valor y proteger el patrimonio bélico de la Comunitat
No voy a entrar en dudas sobre la repentina aparición de la entrada al refugio ni tampoco en las razones por las que llevamos cinco años empantanados en bucle o enredados en este asunto. Me gustaría abordar otros detalles de esta situación.
El primero es que, sin la sociedad civil, en concreto la Plataforma Salvem el Mercat, el mercado y el parking estarían a a punto de inaugurarse a pesar del refugio, de la afección al Misteri y de cualquier otro impedimento que se nos ocurra. Y otro detalle que quiero destacar es la utilización que casi todas las partes están haciendo o han hecho de la ciudadanía.
Utilización política y utilización económica. ¿Hasta qué punto nos vemos en medio de situaciones en las que nos hacen entrar con excusas de que son nuestros intereses los que defendemos y acabamos viendo que formamos parte de un juego, de una negociación de la que todos sacan tajada, menos los de siempre?
Me llama poderosamente la atención que no se cuente con la gente para decidir qué hacer o cual sería el mejor proyecto y sin embargo, se la convoque cuando las cosas se tuercen y entonces si interesa por algún motivo hacer presión apoyándose en el supuesto malestar ciudadano.
Es necesario recordar que el contrato para construir el mercado se tramitó y firmó siendo alcaldesa Mercedes Alonso. Con unas prisas poco frecuentes en la administración, máquinas a toda mecha, cuadrillas numerosísimas de obreros y doblando turnos incluso en días festivos, se habilitó un mercado provisional. Se construyó en una zona verde, en plena ladera del río Vinalopó para trasladar a los placeros por un periodo de dos años. Soy vecina de la zona y cuando vi echar cemento y los cimientos y forjado que se estaba preparando ya me di cuenta que esa edificación había venido para quedarse.
Las prisas tenían un motivo. Las elecciones estaban a la vuelta de la esquina, tanto que Alonso no pudo inaugurar como tal el mercado provisional porque ya estaban en tiempo de descuento de la ley electoral. Mientras tanto, todos los partidos de la oposición, PSOE, Compromís y Ciudadanos se posicionaron junto a los colectivos ciudadanos que ya advertían del despropósito y se mostraban en contra de que la obra se ejecutase de esa manera y en ese lugar, “el mejor solar de Elche”. Se dio la circunstancia que, aunque el PP fue el partido más votado, no logró los apoyos suficientes para gobernar y el PSOE con Carlos González a la cabeza, junto a Compromís, pactaron y se hicieron con el gobierno.
Esto fue en 2015. Muchas personas pensaron que ya estaba claro el futuro del proyecto. Se habían presentado a las elecciones prometiendo que no permitirían que se construyera.