EL CAMPELLO. No es ningún secreto que el vertedero de 'Les Canyades', en El Campello, es un potencial generador de malos olores y, como consecuencia, molestias a los vecinos y vecinas de la zona norte. Las instalaciones están ahora inmersas en unas obras de mejora y modernización de la planta para poder cumplir con la normativa europea y dar solución al problema de malos olores, que ha desembocado en 1.897 llamadas de la ciudadanía a la Policía Local en poco más de un año notificando estos problemas. En este sentido, los agentes se han desplazado hasta el lugar y han comprobado la veracidad de las quejas.
Así lo recoge un estudio elaborado sobre la percepción de olores procedentes del vertedero, impulsado por Eduardo Seva, portavoz del grupo municipal REDcv y Doctor en Biología. Además del registro de llamadas a la comisaría, en diciembre de 2019 facilitó formularios a las asociaciones de vecinos y vecinas de la zona norte (Amerador - Coveta Fumà, Poblet y Lanuza) para recopilar más información sobre el tema. 14 meses más tarde ha conseguido 97 formularios rellenados de manera anónima por 16 personas afectadas por la problemática de los olores.
Estas dos informaciones (llamadas y formularios) han permitido a Seva mapear la masa atmosférica cargada en químicos y establecer que "son los barrios del norte del municipio los únicos afectados por el hedor constante", como así se refleja en el cartograma número 1. Con estos episodios de olores, el Doctor en Biología retrata en el cartograma número 2 -con los puntos naranja- "la máxima intensidad percibida de olores, que se identifica con los pobladores de Lanuza y Poblet, seguidos de los de final de la cuenca que va a dar a Calapiteres".
Además, Seva puntualiza que la zona clareada indica toda el área afectada por la contaminación de la planta, "sin querer esto decir que otras áreas mayores no queden igualmente afectadas por los químicos". Y cuenta que en los mapas que se incluyen en el estudio no se han reflejado las secciones del municipio que quedan al sur, porque nunca se han recibido quejas de malos olores. Esto quiere decir que la planta "afecta únicamente a los barrios o sectores del norte municipal, esto es, las zonas de Coveta, Poblet y Lanuza", insiste.
Ubicación de la planta
En la cartografía número 3 elaborada por Seva, el Instituto Cartográfico Valenciano (ICV) indica en amarillo cuáles serían las zonas aptas para ubicar este tipo de actividad, mientras que en color rosado el impulsor del estudio señala los núcleos de población. Según se observa, la planta se sitúa al margen del suelo calificado como óptimo, "excepto una décima parte de sus instalaciones", que sí se enclava en el suelo correspondiente. "También denota la distancia, no autorizada, de los núcleos de población a la llanta (menos de 1,5 km en línea recta)", apunta Seva.
En este sentido, el impulsor del estudio advierte que las urbanizaciones de Lanuza, Poblet, Coveta y Amerador datan de los años 70 y 80 y, aunque "la directiva europea no permite la instalación de estas plantas a menos de 2 km de los núcleos de población, se siguió adelante con su construcción". Así, en 2008 El Campello tenía construido en su término el vertedero del plan zonal 6 sin pertenecer a las Marinas, "pero sí que recibe toda la carga de residuos de los 51 municipios de esas dos comarcas".
Responsabilidad
Por tanto, Seva considera en su estudio que "toda responsabilidad recae en los gobiernos de la Generalitat (2008, gobierno de Francisco Camps, PP) y sus servicios técnicos y en los gobiernos locales (alcaldía de PP, J.R.Varó) y sus técnicos en el momento", por tomar la decisión final de implantar esta Planta de Tratamiento de Residuos Sólidos Urbanos (PTRSU) que ya partía con un planteamiento que no era el óptimo en cuanto a ubicación.
Quien ha elaborado el estudio durante más de un año garantiza que la información que ofrece "no tiene nada de especulativo", sino que se trata de "datos reales procedentes de testimonios vecinales que hasta ahora no habían visto la luz, simplemente formaban parte de un archivo municipal y del que solamente se ha trabajado un ciclo anual. Los que se guardan en un cajón y que corresponden a anualidades anteriores en las que todavía no se habían aplicado las modificaciones y mejoras en la planta (cosa que hemos pagado entre todos con ayudas de la Generalitat) son datos de sufrimiento y de sintomatologías y patologías que han desembocado en muchos casos en enfermedades o abandonos del lugar", expone las consecuencias de la problemática.
Además, Seva sostiene que "es preciso buscar alternativas a los grandes vertederos necesariamente asociados a grandes empresas y al negocio de la basura doméstica". Y tilda de "aurora boreal" el hecho de pensar que, "con los adelantos que se han hecho en los últimos 25 años en las ciencias de la Cartografía y la Ingeniería Civil, la responsabilidad de desastres como este no esté ligada a los intereses políticos y personales de aquellos personajes que estuvieron involucrados en esta solución".