Presenta Vistiendo a Laura este viernes, 15 de febrero, en la Casa del Libro de Alicante, y el día 22 en El Corte Inglés de Elche
ALICANTE. Hay historias que te atrapan, que te dejan un poso de melancolía y fascinación que extrañamente sabes definir. Cristina Pernas, una madrileña adoptada por la ciudad de Alicante, acaba de editar su último libro: Vistiendo a Laura. Una obra íntima, personal, que se desliza a través de tiempo con sinuosa facilidad. Este es su cuarto trabajo literario, luego del díptico Las Lunas de Rona y Te presto mi voz. Este viernes, 15 de febrero, presentará el libro en Casa del Libro de Alicante, y el día 22 en El Corte Inglés de Elche.
Vistiendo a Laura tiene de telón de fondo la plena Guerra Civil, historias que se truncan y que se quedan en el limbo. "Vistiendo a Laura" nace de un fogonazo, de una pregunta que se fue abriendo paso en mi interior hasta llegar al papel: ¿Puede un objeto conservar la energía de quien lo poseyó? Hablo de la sensación que experimentamos cuando algo nos resulta familiar por ese residuo sutil que ciertas cosas dejan haciéndonos reconocerlas en otras personas y lugares”, comenta Pernas.
Un elemento central de la trama es un vestido Mainbocher verde, que unirá a las dos protagonistas. Cristina se maneja en el mundo de la moda como pez en el agua en el libro, detallando aspectos de los vestidos. Algo que te introduce más en la obra. “La moda es una de mis pasiones que ya formó parte de mi primera novela, Las lunas de Rona, y además, en este caso, el vestido que aparece en la historia es real. Sí, está inventariado en el Museo del Traje Centro de Investigación del Patrimonio Etnológico Nacional, ¡una verdadera joya!”, explica con alegría la madrileña.
El viaje no solo es fantástico, sino también sorprendente para el lector, como el que suscribe, que tiene escaso desconocimiento sobre el mundo de la moda. Son cuatro libros ya, y eso da bagaje, experiencia; pero todo tuvo un inicio. “Se puede decir que el hábito de escribir ha formado parte de mi propio desarrollo profesional. Son muchas las horas que he pasado frente al ordenador redactando informes y estudios de mercado, pero no fue hasta que inicié mi blog Mujer después de los 40 que sentí la necesidad de escribir ficción”, señala la autora.
Cristina, como ya ha mencionado, es bloguera, con un blog muy interesante y conocido sobre sus experiencias. Quizás ambas facetas se retroalimentan en una simbiosis literaria. “¡Imposible compaginarlas!”, sentencia. “De hecho, he reducido mis publicaciones para poder centrarme en mis proyectos literarios. No puedo dejar de escribir y lo reconozco... ¡Me siento muy afortunada por haber encontrado un maravilloso refugio, un sitio de mi recreo en la escritura! De hecho, a día de hoy, ando sumergida en mi décima novela, de nuevo a caballo entre la ficción histórica y la intriga”.
En la sinopsis del libro pone que “la ficción se entremezcla con testimonios reales”, algo que me desconcierta y hace más especial la historia que nos cuenta Cristina. “Escribir Vistiendo a Laura ha sido un verdadero regalo por muchas razones como el sorprendente arco de los personajes o el giro final de la trama”, comenta la autora.
“Disfruté, disfruté muchísimo escribiéndolo, quizás porque para hacerlo contase con tres testimonios reales de personas que vivieron la guerra civil española, y que he incluido en muchos de sus capítulos”, añade Pernas. “Los personajes protagonistas nunca existieron, es cierto, pero de alguna manera todos ellos, así como los escenarios por los que discurren sus historias, se han tejido con retazos de realidad. Circunstancia que curiosamente se ha repetido hasta en dos ocasiones más en mis libros, una de ellas cuando en la presentación de Te presto mi voz, IV Premio Somnium de Ciencia Ficción y Fantasía, una espectadora me confió un legado familiar que entronca con las razzias turcas del siglo XVI, o cuando me hicieron entrega del diario manuscrito de un soldado español que participó en la tercera de las guerras cubanas de independencia”
La portada es preciosa, como si de una fotografía antigua se tratara nos presenta a una de las protagonistas. “Pese a que no soy una escritora de mapa sino más bien de brújula, dejándome llevar allá donde la historia lo requiere; en el caso de la portada de Vistiendo a Laura lo tenía muy claro. Sabía que tenía que ser ella, que tenía que ser Covadonga, con esa dulzura, con esa fuerza y con esa expresión casi hipnótica. La autora, una maravillosa Roma García, que me ayudó a darle forma”, aclara.
La historia es dura, el entorno en el que se desarrolla parte de la misma también; aproximarse a la Guerra Civil española siempre es un ejercicio complejo. “Un acontecimiento tan abrupto como una conflicto bélico no solo trunca la vida de inocentes a los que se les arrebata su presente y futuro, sino que además deja historias inconclusas”, apunta Cristina. “Por ello, esta novela habla de sanar viejas heridas y mirar hacia adelante, un ejercicio en el que quise ser ecuánime porque realmente Vistiendo a Laura no es un libro sobre la guerra civil sino sobre los hombres y mujeres anónimos que fueron sus protagonistas”
Una autora como Cristina, que se ha dejado la piel en este libro y en que fuera lo más emocional posible, seguramente ya estará embarcada en algún otro proyecto. “Desde que escribí Vistiendo a Laura he encontrado mi voz, mi sitio, mi relato y aún siendo mi cuarto libro me siento como si fuera el primero”, comenta la autora. Es increíble como Cristina ha encontrado su voz en esta historia y con ella a partir de ahora, narrará el resto de relatos. “Me dio fuerza y confianza en mí misma para abordar sin miedo nuevos retos como en el que ando ahora inmersa que me ha llevado a la región del Alentejo en Portugal, al Tribunal de la Santa Inquisición de Évora y a una trama sorprendente salpicada con toques de realismo fantástico”.
Como hemos dicho, la veremos en Alicante y Elche, el 15 y el 22 respectivamente. “Desde las 12 de la mañana hasta las ocho de la tarde estaré en Casa del Libro de Alicante para firmar la novela. Son jornadas agotadoras, pero muy gratificantes ya que puedo conocer en primera persona a los lectores y hablar con ellos. Es entonces cuando el círculo se cierra porque si escribir es mi pasión, conseguir que además el público disfrute con lo que escribo eso ya es un valor añadido que no tiene precio”. Si puedes, pásate por allí, hojea el libro y quédate a la presentación. Seguro que lo disfrutas.