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Sus moros y cristianos MUEVEN cada año a unas 10.000 personas

Con pérdidas millonarias y un descenso de socios: así encara Villena otro septiembre sin fiestas

1/09/2021 - 

VILLENA. A escasos días de la que, hasta 2019, hubiera sido la inauguración de sus fiestas grandes, en Villena nadie ultima trajes de fantasía ni prepara su casa para recibir a los invitados. Los talleres de confección, dependientes casi al 100 % de los Moros y Cristianos de la zona, llevan dos años parados y sin apenas esperanzas en recuperar su actividad. Pero no son el único sector dañado. Las pérdidas en la ciudad —una de las que más personas y recursos moviliza en esta celebración— suman ya varios millones de euros. El parón, de hecho, también ha supuesto un deterioro cultural para la fiesta: muchas comparsas han perdido a parte de sus asociados y temen que otros dejen de pagar sus cuotas.

“Si no tienes para tu casa, lo primero que desaparece son los caprichos, y entre ellos está la fiesta”, lamenta Ángela Jordán, presidenta de la Asociación de Empresas del Sector de la Artesanía Festera de Villena (AESAFV). Las dificultades económicas, recuerda, han afectado en mayor o menor medida a todas las familias, por lo que renunciar a su aportación como socias haya sido la decisión de muchas. La de suspender de nuevo las fiestas, en cambio, no ha sido bien recibida en el sector artesano. “No nos ha preguntado nadie ni se nos han dado opciones, ni siquiera a día de hoy, cuando ya se están habilitando salas de fiestas y se están realizando conciertos, e incluso las Fallas. Hace dos años, se nos dijo que estaba todo cancelado y así continuamos”, reprueba Jordán.

Desde el Consistorio, la concejala de Fiestas, Maite Gandía, explica que, tras una reunión con la consellera Ana Barceló, el Ayuntamiento y la Junta Central de Fiestas prefirieron suspenderlas ante la imposibilidad de celebrarlas como siempre. “En Villena, las fiestas son multitudinarias. Se desfila en bloques grandes, algunos de más de 100 personas, hombro con hombro. Además, llevamos unas 100 bandas de música. No es lo mismo que hacer una ofrenda”, se defiende la edil. Así pues, un concierto, la misa mayor y un castillo de fuegos artificiales son las únicas actividades organizadas para recordar que son fechas señaladas. “En Villena, cualquier otro acto supondría mover a 10.000 o 15.000 personas, por lo que sería inviable”, argumenta Gandía. Y añade: “Las Fallas se suspendieron a tres días de la cremà. Aquí no teníamos todavía una inversión hecha, quitando las empresas que habían comprado telas para los trajes”.

De eso sabe y mucho la propia Ángela Jordán, cuya empresa familiar (Abbasíes) se dedica a la elaboración y el alquiler de indumentaria festera. “La mayoría de negocios no aguantamos más. Llevamos dos años sin trabajar y vamos a tener que cerrar, si no el 100, el 95 % de las empresas”, asegura. Hasta el momento, cuenta, solo han recibido 3.000 euros en dos años, una cantidad “totalmente insuficiente” para las tres familias que viven del taller. “Esto es generacional; si cae uno, caemos todos”, aclara, y precisa que la situación es especialmente delicada para los propietarios que, como su padre, tienen una edad avanzada y, por tanto, más difícil encontrar empleo.

Reinventarse —asegura Jordán— tampoco es una opción factible cuando se deben seguir pagando las cuotas y los impuestos sin recibir ingresos: “Tendríamos que hacer una inversión que, ahora mismo, no podemos permitirnos”. Pese a todo —revela—, en otros municipios cercanos, los ayuntamientos no han ofrecido subvenciones a sus empresas artesanas, y las prometidas por Diputación y la Generalitat tampoco han llegado aún a ningún rincón de la Comunitat.

Por todo ello, el pasado mes de junio, se fundó la Federación de Empresas de la Artesanía Festera de Moros y Cristianos (Femic), de la que Ángela Jordán es integrante de la Junta Rectora a falta de adjudicar los cargos. El colectivo, de ámbito autonómico pero dirigido, sobre todo, por las representantes de Alcoi y Villena, se creó con la crisis “para tener más representación y más conciencia de sector”, según explica la villenense. No obstante, en este tiempo, sus movilizaciones no han obtenido respuesta. “El último cartucho que nos queda es manifestarnos en València o en Diputación”, asevera.

Además del gremio de Jordán, otros como el calzado, la bisutería, la sastrería o la metalurgia también se han visto gravemente afectados por la anulación de las fiestas y se unen a la reivindicación. De igual modo, el turismo y la hostelería están sufriendo un fuerte impacto. En este sentido, la concejala agrega que, en condiciones normales, se hubieran realizado actos durante todo el verano, lo cual habría repercutido también en las tiendas de moda y en salones de belleza, entre otros comercios.

 Con todo, la presidenta de la AESAFV y miembro de la Femic pide que, por una vez, se apoye al sector de la artesanía festera: “Nunca hemos pedido ayuda porque nuestros negocios eran totalmente solventes, pero ahora la necesitamos”. De no recibirla, confían en que la situación sanitaria vaya solucionándose por su curso natural y puedan volver a trabajar cuanto antes. Por su parte, Maite Gandía se suma a la petición y recuerda que ha sido trasladada también al Ministerio para que apruebe unas ayudas específicas. Mientras tanto, se resiste a permitir los Moros y Cristianos en su ciudad: “Espero que, avanzando la vacunación, podamos erradicar la enfermedad o reducir sus síntomas, pero no concibo unas fiestas con restricciones y en las que la gente no se pueda aglomerar; no es viable para ningún sector”.


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