VALÈNCIA. Es posible que a una parte de la escena valenciana se sorprenda de que, a estas alturas, 1976 sea el disco de debut de Atlàntic. Con aquel EP de 2014 y su presencia intermitente por salas a lo largo de este tiempo, el proyecto disfrutón de Moonflower acaba de poner una pica en la colección de álbumes de larga duración made in València.
La banda pop y paralela de María López y Josep Bartual no decepciona a quienes siguen la estela vitalista de esta pareja. Los 90 transpiran sus camisetas de rayas, flangers y un punto de reverb con una compilación de melodías. Las estructuras funcionan sin rendir cuentas a los demiurgos de la innovación musical, jugueteando todo el tiempo con todas las influencias americanas del indie pop o lo que un día se llegó a llamar música alternativa.
La ruptura de prejuicios alcanza incluso a la cuestión idiomática, con 'Blava' i 'Júlia' como canciones de esa nueva generación pop en la llengua. No son las más sabrosas del disco, entre las que se acumulan las que extraen ese concepto llamado zapatilla que tan bien le queda a la banda de 'Bartu' y López junto a Thomas Mantovani y Fran Mesado. O, quizá, tan bien le quedan a Carlos Soler (Damien Lott), el productor del disco con el que comparten aficiones power pop e influencias paralelas.
Más allá de 'Amante vehemente', 'Supermán' o 'Ellos eran mil', la vis de 'Me gustan todos los días' o 'Equilibrios' les deja en un estadio de lo más accesible como para colarse con su traducción al directo en bares, garitos, salas y festivales. Por el momento, la presentación oficial junto a Her Little Donkey, será el próximo 10 de marzo en la Sala l’Almàssera (Ontinyent) y el 1 de abril en Magazine Club (Valencia). Con portada de la ilustradora valenciana Ada Diez (Hits With Tits, Truenorayo Fest) especialmente pensada para su edición en vinilo, el disco se puede escuchar completo y en streaming a través de Bandcamp, Spotify o iTunes.