VILLENA. Sin duda, 2021 está siendo el año del glamping en la terreta. En enero, Nature Zielo de Levante (ubicado en Castellón) se convertía en la primera apuesta de esta modalidad hotelera en la Comunitat Valenciana. Ese mismo mes, se proyectaba en Benimantell (Alicante) el hotel burbuja Guadalest Galaxy, que aunque ya está listo para su inauguración, sigue esperando la licencia de apertura. Ahora, Nomading Camp, que hasta el momento disponía de un hotel en Andorra-Lérida y otro en Ronda (Málaga), ha abierto su último “campamento” de lujo en el término municipal de Villena.
El complejo dispone de varias burbujas transparentes y climatizadas de unos 20 metros cuadrados, cada una de las cuales está situada en un perímetro particular para garantizar la intimidad de los huéspedes. Todas ellas disponen de un jardín privado con una mesa para desayunar, comer o cenar al aire libre, y cuentan con un telescopio para observar la luna y las estrellas. Aparte de la habitación, las burbujas tienen un cuarto de aseo seco, esto es, sin agua corriente, pero con un baño químico y un depósito de 5 litros de agua para la higiene personal. Además, todas las estancias en el hotel incluyen una sesión en una bañera situada en una burbuja independiente.
Fuera de las instalaciones, Nomading Camp ofrece a sus clientes varias opciones turísticas en la zona: el Castillo de la Atalaya o el Teatro Chapí de Villena, el municipio de Bocairent —donde se pueden visitar también el Pou Clar y las llamadas Covetes dels Moros—, el Parque Natural de la Sierra de Mariola, el Monte Arabí —conocido por sus cuevas y sus pinturas rupestres— y el casco antiguo de Biar.
El fenómeno del glamping, cada vez más extendido a escala global, pretende combinar la experiencia de la acampada al aire libre (incluyendo a las mascotas) con las comodidades de un hotel. De este modo, la naturaleza se convierte en la protagonista. Una naturaleza que, en este caso, se complementa con una decoración interior diáfana y sin excesos. Todo pensado para disfrutar del silencio, la tranquilidad y la belleza del entorno con una filosofía clara: la sostenibilidad, porque en Nomading Camp, además de evitar el consumo excesivo de agua, se prescinde de los plásticos de un solo uso.
Los lujos, no obstante, no están al alcance de todos los bolsillos. Al intentar hacer una reserva en su web, se comprueba que el precio por noche en el hotel burbuja de Villena oscila entre los 100 euros un día laborable y los 222 si la fecha elegida es un fin de semana festivo o de temporada alta. Pese a ello, la moda del glamping parece haber llegado para quedarse. Cada vez, esta alternativa al turismo de interior tradicional está ganando más adeptos y, quizás, la pandemia esté ayudando a ello. Con las limitaciones de movilidad, la actividad turística se restringe a la propia comunidad autónoma. Así que, después de todo, puede que emprender en un proyecto de este tipo en mitad de una crisis sanitaria no haya resultado ser una apuesta tan temeraria.