El césped del estadio Rico Pérez ya está listo para unos entrenamientos que todo apunta que no arrancarán antes de la tercera o cuarta semana de agosto.
El Hércules, carente estos años de una estructura deportiva consolidada, necesita a Carmelo para intentar la huida del foso de la Segunda B. Y Carmelo necesita al Hércules para curarse la herida gallega e impulsar a un club histórico tal y como hizo en Oviedo hace un lustro.