ALICANTE. Una desaparición en tierras gallegas y una superviviente que no recuerda nada. Esa es la escena que plantea la escritora pontevedresa Susana Fortes en su nueva novela, 'Nada que perder' (2022, Planeta). La autora estará desgranando secretos de la trama este viernes 21 de octubre en la segunda cita de las Veladas literarias, evento organizado por el grupo Vectalia, donde se conjuga la literatura y la gastronomía, con un menú inspirado en el libro. Según la propia Fortes, se trata de una novela "muy atlántica", que nace del imaginario de leyendas urbanas, del paisaje gallego y de los recuerdos de su infancia. Una historia que, con solo un mes en la calle, ya ha producido su segunda edición y ha cerrado un acuerdo para materializarse en serie de televisión.
- Este viernes vas a participar en las Veladas literarias del Maestral. Eres la segunda autora de esta temporada, casualmente también de Pontevedra, como Manel Loureiro, que fue el primero.
- Yo no sabía nada de las veladas y me parece una idea maravillosa. Cuando vi el menú me quedé fascinada. Justamente estuve cenando con Manel el sábado en los Premios Planeta. Ahí donde la ves, en Pontevedra somos pocos pero damos para mucho.
- Ahora que has comentado que has visto el menú, ¿te parece acertado el que se ha diseñado a partir de tu novela 'Nada que perder'?
- Acertadísimo. Me parece un menú exquisito y tal cual, porque han hecho una lectura muy sugerente de la novela. Me ha encantado la idea.
- 'Nada que perder' es un thriller ambientado en Galicia, tu tierra, y que tiene lugar primero en 1979 y después 25 años más tarde (2004). ¿Te es más cómodo moverte en un territorio que conoces y en unas fechas que tú has vivido?
- Yo Galicia me la he pisado mucho, me he criado allí y me la conozco. Esta novela es gallega por los cuatro costados; más que gallega, es muy atlántica. En este caso, la documentación la llevaba puesta, de mis veranos de infancia, del recuerdo de cómo fue la Galicia de los años 80, de muchos elementos transversales que aparecen en la novela, como los recuerdos de la Guerra Civil, el narcotráfico, etc.
- Además, ¿no te parece que Galicia tiene, de por sí, esa aura de misterio para ambientar un thriller?
- Te puedo asegurar que sí. Un día de invierno, de temporal, que estás tranquilamente leyendo tu libro, con tu calefacción, miras por la venta y ves fuera el rugido del océano, los árboles golpeando en los cristales, te asomas a través del cristal y crees que allí afuera ocurre algo. Hay esa sensación atmosférica en la propia niebla, que da esa aura de misterio. La geografía también ayuda, porque Galicia es como la costa noruega de los fiordos, las rías son entrantes y salientes, todo es en zigzag, muy recortado, con curvas... Galicia, en cuanto a geografía y psicología de los personajes de la novela, es casi una metáfora de la investigación y del proceso de búsqueda.
- ¿Fue en esta realidad, en este paisaje que describes, esta casi escena, de donde te nace la idea para escribir esta novela? ¿Buscas en la realidad, en otras obras, en tus propias ideas?
- Yo nunca trabajo con un planteamiento previo. Hay escritores que trabajan con mapa y otros con brújula; yo sería de estos últimos. Voy buscando un norte, pero no tengo nada claro cuando empiezo a escribir. Las historias nacen de las alforjas que llevas puestas. Es decir, todo lo que has vivido, leído, las películas que has visto, lo que ha aparecido en el periódico, lo que te han contado... Nosotros somos cazadores y cuando estamos en proceso de escritura llevamos siempre la antena puesta.
En este caso, el origen más remoto de esta novela posiblemente sean las historias que mi abuela me contaba de niña, historias con una finalidad preventiva de "mira lo que pasó", "no vayáis con desconocidos", "no os metáis muy pronto en el mar", etc. Esas historias quedan como letanías en el recuerdo colectivo. Un año, mis hermanos y yo hicimos un viaje con mi madre por la zona del Baixo Miño, donde nació ella y donde he ubicado esta novela, porque me impresionó mucho el territorio y me empecé a imaginar muchas cosas, como una furgoneta que sube por una pista forestal, una linterna entre los pinos, una mancha de humedad, el cobertizo... Todo eso, junto con los recuerdos de mi verano, comenzó a cuajar en una atmósfera de novela. Cuando ya tenía esa masa y esos ingredientes, me vino la voz de escritor y yo supe que esta historia la tenía que contar en primera persona, que es muy raro que un thriller o una novela negra se cuente desde la intimidad, desde el yo.
- Mencionabas la memoria, que es uno de los elementos que juega un papel importante, junto con los tabúes. ¿Cómo?
- La novela estructuralmente tiene dos hilos: uno de construcción y de avance -la investigación periodística- y el otro es la memoria. La protagonista nos cuenta en primera persona los hechos. Ella se salvó, pero ese suceso le dejó secuelas. A ella la encuentran al día siguiente de la desaparición en una cesta de mimbre al otro lado del río y sufre amnesia, su mecanismo de defensa encapsuló cualquier cosa que hubiera podido pasar entre las 17:00 horas y la medianoche del 12 de agosto de 1979. Es decir, no recuerda nada. Cuando 25 años después recibe la llamada del periodista, todo empieza a salir a la superficie, va recordando, sobre todo al volver a Galicia. Esa niebla que ella tiene comienza a desgajarse, pero no toda de golpe, no le viene la verdad esclarecida, sino por ráfagas. La memoria es muy maleable. En realidad la novela es la búsqueda de esa niña de 8 años que se quedó atrás y que sobrevivió a lo que sucedió ese verano.
- ¿Qué tal la acogida de la novela por parte del público?
- Estoy asombrada. Me dijeron hace unos días que ya estamos con la segunda edición, en menos de un mes. La acogida de la prensa y de los lectores está siendo increíble. Todo ha ido muy rodado desde el principio: salieron traducciones a otros idiomas incluso antes de que la novela estuviera en librerías y también ha venido el proyecto de la serie. Esta novela no es un thriller al uso, no te encuentras persecuciones de coches ni por los tejados. No tiene el toque James Bond, tiene un toque más Hitchcock, donde la intriga es un suspense, una búsqueda, una curiosidad.
- Ahora que hablas de la serie, ¿sabes si han empezado ya a rodarla? ¿Contarán con tu criterio como escritora?
- No creo que sea inmediato, porque el libro tiene que tener su recorrido primero. Pero en el contrato no se establece que yo participe, ellos tienen los derechos. Supongo que me informarán de las decisiones. La serie me hace mucha ilusión, porque es una novela muy palpable en imágenes. Y Galicia está muy de moda; incluso se habla de novela negra gallega. Creo que ahí ayudó mucho Domingo Villar, quien creó un escenario y nos allanó el camino a todos.
- Eres bastante constante escribiendo novelas. Normalmente, una cada año o cada dos. ¿Tienes ya entre manos otra historia?
- No, todavía estoy dentro de 'Nada que perder', porque la campaña de promoción está siendo muy intensa. Hasta diciembre o enero no acabaré. Y cuando estás en promoción es absolutamente imposible poder centrarte en otra cosa. Aparte, yo nunca hablo de las novelas hasta que no están terminadas, no solo con la prensa, sino tampoco en mi casa. No suelto prenda.