ELCHE. Aunque se ha mencionado en varias ocasiones, el culebrón de Nuevos Riegos El Progreso parece llegar definitivamente a su fin. Al menos en cuanto a tramitación y legalidad. El Ayuntamiento aprobará provisionalmente en el próximo pleno la modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) para incluir en el catálogo de edificios protegidos la fachada en su ubicación actual, tal y por indicación de la conselleria de Cultura. También el estudio de detalle que marca la construcción permitida en el inmueble, que como ya señaló también la conselleria, la compensación por pérdida de edificabilidad para los propietarios será de una altura más y no dos como planteaba el Consistorio, compatibilizando la obra con el patio interior.
A partir de la aprobación provisional del pleno (aunque en la Comisión de Urbanismo Vox y el edil no adscrito Eduardo García-Ontiveros se han abstenido), saldrá a exposición pública durante 45 días hábiles la modificación del Plan General para proteger la fachada y 20 días el estudio de detalle. Ambos a la vez. Una vez este finalice, se aprobará de nuevo y de forma definitiva en el pleno municipal. Y con eso finalizaría el trámite. El único hándicap es que también se tiene que pronunciar Cultura con un informe preceptivo, y que por tanto podría alargarse más allá de esos 45 días. No obstante, se presume que no debe haber problema porque la solución adoptada es la que estableció la conselleria, y según el Consistorio hay acuerdo con la propiedad, que ha cedido a la propuesta. Meses atrás en sus alegaciones pedían resarcimiento por daños y perjuicios y ponían sobre la mesa que el Ayuntamiento vendiera o permutara el solar.
Con todo, la edil de Urbanismo, Ana Arabid, explica que con la solución adoptada tras sus alegaciones se ha intentado compensar la edificabiliad que pierden con la protección de la fachada y la limitación de alturas. Además de la compensación con una altura más, se protege de forma ambiental el patio interior. Con esta figura de protección —la mínima según el Plan General y que se basa en preservar el paisaje—, esto significa que se puede desplazar la fachada del patio, pero el patio se ha de conservar; el nuevo inmueble que se construya deberá contar con él. Paralelamente está en la página de Urbanismo del Ayuntamiento la encuesta pública que pidió Conselleria por el impacto en el paisaje del palmeral. Y recomendó además a la administración local que redelimitara su Núcleo Histórico Tradicional a colación de este u otros conflictos patrimoniales.
En cuanto a los plazos, en urbanismo es siempre una materia difusa, en este caso sobre todo porque aunque el Ayuntamiento va a acompasar el estudio de detalle que establece la edificabilidad del nuevo edificio destinado a viviendas (que quedará detrás de la fachada) con la modificación del Plan General para proteger la fachada, aún se tiene que pronunciar la Generalitat, con sus tiempos. La concejal espera que se pueda aprobar todo antes de que finalice el mandato, pero cree que la aprobación definitiva sería como mínimo en el pleno de abril. Aunque quizá por los plazos estrictos podría llegar a marzo.
Por último, sobre el levantamiento del apuntalamiento que obstaculiza un carril de circulación en la Plaza de la Constitución, todo dependerá de que se apruebe el trámite. Una vez aprobado, los propietarios tendrán que pedir una vez más la licencia de demolición y construcción y esta estará condicionada a las excavaciones previas que se tendrán que realizar al ser área de tutela arqueológica. La no realización de catas y aprobación de la licencia de demolición fue precisamente una de las cuestiones que afeó el Consell y por el que se acabó en un contencioso que le dio la razón.
Así que aunque el trámite está ya realizado, aún habrá que esperar tiempo a que se inicien los trabajos en la obra, cuestión de los dueños, que ya advertían que sería una intervención más costosa por el poco espacio entre la fachada, que formará un pasillo con soportal en la calzada, y que tapará parte de un posible bajo comercial. Además del sobrecoste de tener que mantener el patio de cara a las obras. Según pudo saber este medio, el Ayuntamiento ya tuvo que sufragar 200.000 euros del andamiaje del edificio. Y en el futuro el mantenimiento de la fachada, como elemento protegido, correrá a su cargo.