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el sur del sur / OPINIÓN

#28M, que no fallen los tuyos   

14/05/2023 - 

La campaña pasa el primer fin de semana. Pronto para hacer conclusiones. Las encuestas aún muestra mucha igualdad. El Gobierno de la Generalitat Valenciana puede caer todavía hacia un lado u otro. Poco sabemos del resto. Esto va por sensaciones. Ya la mayoría dicen que van a ganar, o van a tener representación. Mayor o menor, pero la van a tener. Veremos la noche del 28M.

Pero sí que hay tendencias. Los que están gobernando, quieren un campaña de perfil bajo. Buscan fundamentalmente que su electorado responda, y a ser posible crezca. Pero sin arriesgar demasiado. Dos ejemplos. El alcalde de Alicante, Luis Barcala, y el president de la Generalitat Valenciana, Ximo Puig. Los debates, los justos y los anuncios, muy estudiados. Barcala, en el ámbito económico: rebajas fiscales, apoyo a emprendedores y atracción de inversiones. Puig, buscando el centro. Lo más destacado, la propuesta de que las familias con dos hijos pasen a ser consideradas familias numerosas. Pero sobre todo ofrecen gestión. También el alcalde de Elche, Carlos González, se mueve en ese aspecto, aunque quizás arriesgando un poco más. Pero la mayoría de los alcaldes se mueven en ese círculo en función de la dependencia que tienen de sus socios. 

Después están los aspirantes. No todos arriesgan. El que más, Carlos Mazón: es la alternativa al Botànic y dispara  contra todos sus integrantes, pero especialmente contra Puig y contra Pedro Sánchez. Simplifica el mensaje, intenta confrontar -en el debate de la Ser tampoco le perturbó mucho- y explota el agravio, la escasa influencia de la Comunitat en Madrid y promete rebajas fiscales con quién vende melones en un mercado.

Después está el resto. No hay mucho más. Propuestas, gestión, matices sobre las ideas-fuerza que rodean la campaña y augurios sobre posibles socios. Pero en el fondo lo que hay es una pugna por mantener la fidelidad del voto. O en movilizar al hipotético electorado. Eso es lo que persiguen Compromís y Unidas Podemos, con diferentes criterios. Compromís quiere más influencia, Unidas Podemos rasga en el PSOE. Pero saben que el futuro del Botànic pasa por la fidelidad de su voto. Los actos, como decía la semana pasada, se han convertido en actos de autoproclamación y autoafirmación: se busca -como hizo Pedro Sánchez en su visita a Alicante- inyectar adrenalina entre los suyos y que éstos la repliquen en el resto de la sociedad. Y dónde no llegue el factor humano, que lo hagan las redes sociales. Pero las ideas-base son casi las mismas en todos los actos; apenas hay novedad. Se trata de repetir y machacar, a veces casi más que motivar o atraer a los nuevos. 

Ciudadanos busca lo mismo, pero por la supervivencia. Y lo de Vox es otra lógica. Dependen de que la marcha y los líderes nacionales se muevan para que sus cargos y militantes se activen. Si no hay agitación mediática nacional, les cuesta más. O les costará más.

Y de momento, esto es lo que hay. Esto es lo que ha dado de sí el primer fin de semana de campaña. Más mensajes conservadores y de autoconfirmación. Apenas hay riesgo. Quien busca consuelo, tiene encuestas de todos los tipos, y a ellas puede agarrarse. Y mientras a buscar a indecisos o asegurar que no te fallen los tuyos. De momento, no hay factor sorpresa y no tiene pinta de que se produzca. Nadie domina la agenda. O dejan que la domine otro. Nadie quería a Pedro Sánchez en esta campaña, y resulta que, ir sin él la cosa, no hay día de la semana que la marque: bien para sacar un conejo de la chistera -y que todos le sigan el juego-, bien para tapar indecencia indeseada -y desviar la atención-. Pues eso, que el 28M no fallen los de cada uno.

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