ALICANTE. El Puerto de Alicante mueve ficha en busca de soluciones que permitan rentabilizar la isla flotante construida en la bocana de la dársena interior: uno de los últimos proyectos concebidos como reclamo turístico por el que se había apostado como fórmula para completar un recorrido circular en todo el espacio abierto al público junto al centro de la ciudad.
La construcción de esa plataforma sostenida por pilastras quedó completada a finales de diciembre de 2022. Sin embargo, más de un año y medio después no se le ha podido dar la funcionalidad prevista como base para la instalación del restaurante proyectado sobre su superficie, a modo de reclamo para atraer visitantes al quedar situado prácticamente sobre el mar, en la conexión entre los extremos de los muelles 8 y 10, de Levante, y los muelles 5 y 7, en Poniente.
El uso de esa estructura quedó bloqueado después de que se detectasen problemas en algunas de sus sujeciones ancladas en el lecho marino, lo que forzó una intervención posterior para afianzarla. Esos trabajos se acometieron hace meses, pero permanecen a la espera de una última comprobación, mediante la realización de una prueba de carga, que permita acreditar de forma fehaciente su estabilidad, lo que ha acabado desencadenando diferencias entre los técnicos de la Autoridad Portuaria y la empresa adjudicataria de su construcción: Vías y Construcciones.
Tanto es así que la pretensión de la Autoridad Portuaria es tramitar un expediente de resolución del contrato con el fin de que, en una fase posterior, sea otra empresa especializada la que pueda asumir esa última tarea, según se concretó este viernes en el transcurso de la reunión del consejo de administración del Puerto, en la que -entre otros asuntos- se aprobó la cuenta anual correspondiente a 2023 y se dio cuenta del plan de empresa para 2025.
La resolución del contrato queda sujeta al proceso administrativo habitual, lo que conllevará que se abra un plazo de audiencia para que la adjudicataria pueda formular alegaciones, en el caso de que se estime oportuno. De presentarse, el proceso todavía se prolongaría hasta su contestación. De ahí que, por el momento, no se haya precisado una posible fecha para que la estructura pueda ponerse en uso y cederse al grupo hostelero que ganó el concurso para la construcción del restaurante -el Grupo Forty- hace dos años.
La construcción de la estructura flotante se adjudicó en febrero de 2022 por un importe de 2,1 millones, en un concurso que partía con un presupuesto de salida de 2,7. Su instalación debía quedar concluida en un plazo de cinco meses. Sin embargo, los trabajos no se dieron por concluidos hasta finales de ese año ya que no comenzaron hasta la primavera.
En paralelo, el Puerto sacó a concurso la concesión del restaurante a cambio de que su adjudicatario asumiese la inversión necesaria para su construcción, que se calculó entonces en torno a los 2,8 millones. A la convocatoria, concurrieron cinco empresas. Y finalmente, se decantó en favor de la propuesta de Forty, que planteó un diseño de un espacio con forma elíptica provisto de tres zonas hosteleras distribuidas en dos alturas. El grupo dispondría de un plazo de 25 años para explotar esas instalaciones en el momento en el que puedan ponerse en funcionamiento.