ELCHE. Como viene siendo tónica habitual en el pleno ilicitano, acaba embarrado por las intervenciones y una confrontación que constata un divorcio cada vez más amplio entre bipartito y la mayoría de la oposición. Un guión repetido este lunes en la sesión que debatía los presupuestos municipales; tan solo aprobados por el equipo de gobierno, PSOE y Compromís. Aunque los discursos para la galería van por un lado, el fondo va por otro: nadie quiere arriesgarse a dar oxígeno a los últimos presupuestos completos de su rival. En ese sentido, el bipartito propuso asumir enmiendas de PP y Cs, rechazando aprobarlas aunque metiéndolas en el remanente en marzo de 2022, bajo la premisa de que si se aprueban, las cuentas tardarán más en entrar en vigor. PP y Cs, por su parte, indicaron que no se fiaban, habida cuenta de la falta de aplicación de los acuerdos plenarios.
Así pues, unos hechos que cada uno, de nuevo, venderá según le interese. La realidad, como era previsible, es que es imposible que a día de hoy las cuentas municipales salgan adelante con un consenso amplio. Sobre el papel este lunes había acuerdo en el fondo, pero las formas han sido el impedimento. En retrospectiva, el Partido Popular presentaba 74 enmiendas y Ciudadanos 31. Al menos en el caso de los primeros, con la propuesta de retirada de otras partidas para su consignación. Ellos las presentaban con 48 horas de antelación; Cs también con poco margen, aunque un día antes que en 2020. Un detalle que el alcalde quiso remarcar al inicio de la sesión para dar a entender que las habían entregado a última hora, aunque dentro de plazo.
Sin embargo, la edil de Compromís Esther Díez avanzaba que iban a asumir sus propuestas, 62 de 74 propuestas del PP, el 83,78% por valor de más de 1,5 millones de euros; y de Ciudadanos 7 de las 31 propuestas, incluyendo aparte subida de convenios sociales. Un 22%, que suponían más de 500.000 euros. Eso sí, la propuesta tenía 'truco', ya que iban —como hicieron después—, a rechazar las enmiendas bajo el argumento de que aceptarlas suponía retrotraer el expediente y empezar de nuevo el presupuesto, por lo que podrían tener que esperar a febrero para que entrara en vigor. Así que plantearon incluir esas partidas en el remanente el próximo año, cuando se liquide el ejercicio de 2021, que suele ser en marzo.
Algo a lo que finalmente no entraron ni PP ni Cs, que consideraron que no era serio ni además se podían fiar del bipartito, ya que las mociones aprobadas en el pleno por lo general no se ejecutan nunca. Hay una larga lista solo de esta legislatura. De hecho, varias de las propuestas que hicieron en las enmiendas son algunas de esas mociones aprobadas, como por ejemplo rehabilitar la carretera de El Altet por un millón de euros. Por su parte, Pablo Ruz aseguró que tras hablar con el Interventor en un receso, dijo que se podrían aprobar las enmiendas y retrasar solo dos semanas la entrada de las cuentas. Según el Secretario, salvo que fueran pequeños cambios, meter varios cambios sustanciales, las nuevas propuestas monetarias tendrían que pasar por los técnicos para informar de las enmiendas, convocar Junta de Gobierno para aprobar, pasar por Comisión de Hacienda y volver a pleno. O por el Consejo Social, al que solo se convoca para informar.
Incidía Ruz efectivamente que quedaría reflejado que de hacer caso al bipartito, la realidad es que iban a votar en contra de las enmiendas, lo que es un acto jurídico. Pedía como alternativa ante el enquistamiento dejar el debate para ir a un pleno extraordinario donde ellos se abstendrían si se incluían sus enmiendas; Eva Crisol también pedía qué garantías tenía si aceptaba la propuesta de los remanentes. Tras varios turnos en los que aprovecharon para criticar desde el Ejecutivo que tenían poca cintura y que se fiaran del acuerdo político, y desde la oposición que había que detraer consignación de los carriles bici, la reforma de Germanías o del MAHE, el alcalde medió. Tras consultar al Secretario, propuso un acuerdo político que firmaran los partidos implicados, y refrendado por el Secretario como fedatario, de que se añadirían sus sumas y propuestas al remanente en marzo. No lo aceptaron.
Así es como una vez más la forma se antepuso al fondo. El bipartito rechazó las enmiendas aunque decía comprometerse a incluirlo en los remanentes, lo que hubiera supuesto una buena victoria frente a la oposición en cuanto a poder vender unos presupuestos de cierto consenso. PP y Cs lo sabían, y se quejaron de la falta de alternativas para aprobar sus iniciativas. Aunque con el acuerdo del remanente hubieran tenido a qué agarrarse en el caso de que el Ejecutivo no cumpliera con lo prometido.
Lo que habían propuesto desde el Partido Popular iba desde actuaciones en el palmeral o ayudas al alquiler hasta otros convenios con asociaciones —la mayoría coincidentes con los de Ciudadanos—, accesibilidad, centro sociocultural en Carrús —que ya no está en el presupuesto tras desaparecer la idea de Jayton y el auditorio— o rehabilitar Clarisas para uso cultural. El bipartito quería asumir sus propuestas relativas a ayudas a la luz, plan de aparcamientos, conservación de edificios... Y rechazó el estudio para rehabilitar Porfirio Pascual porque quieren captar fondos Next Generation para ello con 12 millones de euros.
Por parte de Ciudadanos se había propuesto reformar el Mace, la rotonda del Aljub, accesibilidad, convenios sociales, un plan de prevención del suicidio... El Gobierno le aceptaba este último, la mejora de conservación del polígono Altabix, de equipamiento en viviendas tuteladas, una oficina de mayores, la accesibilidad edificios municipales y rehabilitación de polígonos. Aunque Crisol añadió que no podía aceptarlo y que las más importantes no se habían asumido.
Asimismo, se habló bastante del presupuesto de la Diputación de Alicante aprobado recientemente. Aunque sí se aprobaron enmiendas recientes, con un acuerdo además, como explicó Juan de Dios Navarro, a modo de justificación de que se podían aprobar enmiendas sin contratiempos ahora. Pero también que había suficiente con un acuerdo entre los grupos, como proponía el equipo de gobierno para salir del atolladero. En la Diputación se aprobaron mociones, se ampliaron partidas y se crearon nuevas y se dejaron inversiones para el remanente de la entidad. Así pues, varas de medir en ambas direcciones.
En cualquier caso, la diferencia es que en la Diputación también se había trabajado previamente y con tiempo el presupuesto para que los grupos que lo forman pudieran incluir directamente sus propuestas en el presupuesto, como se hizo con Compromís. Es lo que quiso decir la edil de Hacienda Patricia Macià, ya que convocó reuniones a finales de octubre para preguntar por las líneas para el presupuesto, y es lo que hizo el edil no adscrito Eduardo García-Ontiveros.
Entre el ruido del resto discutiendo por la forma de meter o no las cuentas, destacó que negoció en su momento varias partidas con Macià, y no presentando enmiendas sobre la bocina, y que se han incluido en el presupuesto: negoció partidas para el proyecto 'Elche ciudad educadora', fortalecer el turismo congresual, otra partida para defender la lectura, reconocer a deportistas de élite ilicitanos y una ayuda exclusiva de 15.000 euros para la compañía La Carreta que busca tenga una vocación anual. Es lo mismo que consiguió la legislatura pasada el entonces lider de Cs David Caballero, aunque también tuvo fácil colar sus propuestas porque el tripartito no tenía la mayoría suficiente para aprobar por sí solo las cuentas.
Por otra parte, como señaló el concejal y diputado provincial Juan de Dios Navarro, los grupos de la oposición en la institución votaron en contra porque no podían permitirse que Carlos Mazón sacara adelante sus cuentas sin votos en contra. Cálculos electorales extensibles al terreno local, ya que tan solo queda año y medio para los comicios y no interesa dejar medallas ajenas en la gestión del rival. Asimismo, los de Ruz volvieron a jugar con la parte interna socialista, señalando que solo Carlos González y Ana Arabid están en el proyecto de PSPV provincial de Toni Francés, mientras el resto están con Alejandro Soler, el otro candidato y secretario general local. O el runrún de Héctor Díez como posible alcaldable. Eso sí, los socialistas hicieron lo mismo aunque con Ciudadanos, aseverando Patricia Macià sentirse "decepcionada" con Eva Crisol por no negociar, de la que dijo que ya "ha empezado el proceso de absorción", en referencia al mal momento del partido y un posible fichaje para el PP local.
Por último, después llegó el debate del pleno en el que el bipartito destacó las bondades de sus cuentas, diciendo una vez más que estas son "los mejores presupuestos de la historia", lo que criticó Ruz por la grandilocuencia, para después recordar que solo se han ejecutado 2,7 millones de euros de los 30 de los Edusi. Y Hacienda ha apercibido por ello. Hay una larga lista por ejecutar y poco tiempo, aunque le contestaron que hay mucho en trámite. Aprovechó también para apostillar que no podían aprobar los presupuestos por el hotel de Las Clarisas. Aunque es algo que no va en las cuentas porque el PSOE quiere que la inversión sea privada. Eso sí, Ruz dejó otra vez la puntilla de que el hermano de Macià es uno de los promotores. Algo a lo que ella evitó responder; un plato incómodo de digerir.