ELCHE. Esta semana tenía lugar un nuevo capítulo del Mercado Central, que se alarga en demasiadas temporadas para todos los implicados. En el pleno del pasado lunes, el primero del año, el equipo de gobierno sacaba adelante una modificación del Plan General, que a su vez era una modificación de la ya planteada por PSOE y Compromís: dejar sin efecto los cambios de suelo que propusieron para mantener la Clave (tipo de suelo) que hasta ahora había tenido el viejo inmueble. Ello, como confirma el concejal de Urbanismo, Francisco Soler, permite el uso tradicional para los placeros y permite compatibilizar con puestos para la hostelería. Un cambio aún en los primeros compases de la legislatura que permite margen para ver cambios ya tangibles durante este mandato. Sin embargo, hay una patata caliente por ahora guardada en el cajón: el aparcamiento.
Si hay un proyecto que ha sufrido idas y venidas durante años y legislaturas, es este. Sobre la zona ha habido proyectos diseñados en los últimos veinte años, pero ahora ya se acerca la solución definitiva. O eso parece, otra cuestión será cómo de definitiva es, y si deja contentas a todas las partes implicadas. En retrospectiva, el Partido Popular presentó en campaña su idea: un diseño de rehabilitación del clásico, pero elevando una planta y compatibilizando el uso gastronómico/hostelero y el tradicional. Ello pasaba por la eliminación del mercado provisional, y en el que el propio Pablo Ruz, como candidato, sugirió poder destinarlo a una especie de bulevar con pequeños volúmenes para cafeterías. Esto último ya ha quedado en el olvido y únicamente se eliminará el provisional para restituir la zona verde. Sin embargo, en pos de agilizar la situación, asumieron el proyecto heredado de PSOE y Compromís, con la licitación ya publicada.
El haber optado por un camino intermedio, implica otros problemas a solucionar, y es principalmente el del aparcamiento, porque su idea es reutilizar el que se hizo para la pescadería. De hecho, la idea de aumentar una altura que tenía el PP no es baladí, para poder dar cabida a los placeros, hoy en el provisional, e incluir hostelería. Ya entonces el Ejecutivo les advertía que no se podía aumentar ahí una planta más porque se requería la protección del edificio. Y al tiempo, el proyecto que ya estaba en licitación suponía, o dejaba la puerta abierta más bien, a eliminar una crujía de la fachada del Mercado Central; es decir, retranquear la fachada y por tanto tener menos espacio. Un primer problema, o al menos reto a solucionar, será en unos pocos años encajar tanto a los placeros, como a posibles puestos para la hostelería. Todo en un inmueble diáfano, pero más reducido por el retranqueo, y sin esa altura más. Por eso, además, apuntaba Ruz que no le convencía la eliminación de una crujía: ese espacio es necesario para dar cabida a todo.
Pero no solo eso, sino que el gobierno local planteó que mientras se hacían las obras para el viejo aparcamiento de la pescadería, para compensar a la hostelería de la Plaza de las Flores, podrían integrarse temporalmente en el Mercado para evitar las molestias. Un encaje complicado para todos, y en un aparcamiento que al menos las dimensiones que tiene, según algunas fuentes, darían para un pequeño parking de medio centenar de plazas, además de que habría que ver su estado, conservación de las paredes y posibilidades. Sobre esta cuestión ponía el foco el PSOE, advirtiendo que hay hosteleros de la Plaza de las Flores que han solicitado reunión al Ayuntamiento y al alcalde hace unos meses y siguen a la espera de respuesta para reunirse.
También, como recordaban el miércoles, o en el propio pleno, que el Consistorio aún no ha empezado ningún trámite con el aparcamiento. Que este tiene otro informe de febrero de 2018 elaborado por el entonces jefe de sección (ahora de servicio) de Patrimonio del Ayuntamiento en el que habla literalmente de "incidencia potencialmente negativa sobre el núcleo histórico si se construye el parking y su afección al Misteri". Hurgando de nuevo en informes contradictorios como el de la cruz de Germanías. Ahora los socialistas se preguntan por qué no empezar todas las obras al mismo tiempo para no duplicar molestias, primero con el Mercado y después con el aparcamiento. Además de otras cuestiones como si ese aparcamiento puede hipotecar la movilidad del entorno, ya peatonal, ahora que hay que implantar la Zona de Bajas Emisiones, aunque sin restricciones. Por ahora, el edil de Urbanismo se ha circunscrito a que en este punto se están centrando en el Mercado, para desbloquear problemas y proyectos, y que el aparcamiento se verá más adelante. Cabe recordar que los placeros siempre han exigido un aparcamiento para su actividad, y era la condición de volver al antiguo inmueble. Por su parte, en el PSOE lamentan que no se apueste por su modelo de "mercado gastronómico", destinado únicamente a esto, pero con el mercado consolidado en la ladera del río y aparcamiento en José María Buck.
Muchas incógnitas aún por despejar, a pesar de que este paso urbanístico ya da vía libre a la obra de rehabilitación del Mercado y su protección parcial. Quedan licitar las obras. Entre tanto, colectivos como Salvem el Mercat no han recibido respuesta a sus alegaciones presentadas en octubre, a la modificación aprobada, aunque el concejal señalaba que se habían resuelto con el expediente. Un auténtico laberinto urbanístico y de encaje en pleno corazón de la ciudad. Y con unas opciones que no no son las que quieren ni el gobierno ni la oposición. El Partido Popular, después de defender el proyecto de Aparcisa hasta que no fue posible, han renunciado a su idea de más altura; y PSOE y Compromís —más con la boca pequeña, aún sugiriendo que tampoco les encanta la opción en la ladera— ahora defienden la protección del viejo mercado, pero hay que recordar que apuraron hasta el último momento con su idea de demolición. Fue la respuesta de Icomos quien cambió el rumbo para proteger el inmueble.